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viernes, 15 de abril de 2011

Difusión cultural: LOS NUEVE MONSTRUOS.

  
César Vallejo con su obra poética inaugura en la literatura peruana y latinoamericana la libertad de la escritura, y el sustento de su propuesta es el vínculo entre palabra y realidad vivida: “…Vallejo encuentra la verdad humana ahí abajo, a ras del suelo (…) establece una fusión indisoluble entre verdad y poesía…” (Saúl Yurkievich. El humanismo de C.V.)

Los frutos literarios del poeta santiaguino (1892 – 1938) han sido estudiados, analizados y confrontados por investigadores  de diversos perfiles y especialidades (literatos, sicólogos, periodistas, sociólogos, historiadores, antropólogos) en prolíficos textos que desafían nuestra capacidad de lectura y reflexión.

En el libro Poemas Humanos de César Vallejo publicado póstumamente el año 1939, está incluido el poema “Los nueve monstruos”.

Intento en esta breve nota realizar un acercamiento a la semántica del aludido poema.

César Vallejo elabora su mensaje humano cuando advierte que en una sociedad de desigualdades enormes, la adversidad y la aflicción para una inmensa mayoría se torna  en tormento; las clases sociales dominantes destruyen a los otros para perennizarse en el poder.

Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces (…)

De modo no declarado, disimulado, oculto, soterrado se provoca sufrimiento; sin embargo éste crece y se multiplica cotidianamente.

Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en
                                                        (la cartera)
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética! (…)

Es el dolor humano evidente, que aflora y recorre de pies a cabeza y cala en el alma.

Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
tan mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor, (…)

No hay circunstancia que no sea invadida por la desdicha de ser pobre, se mueve y se reproduce porque es consecuencia del poder de unos contra otros como signo de dominación.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente (…)

Vallejo en su propósito de hacernos entender con crudeza el sufrimiento, recurre a la personificación y nos dice que el pan (alimento de sobrevivencia de los pobres) es negado en provecho de intereses mezquinos.

Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver el pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla, (…)

En los últimos versos de “Los nueve monstruos”, César Vallejo expresa su agobio, cuestiona con reiteración al ministro de salud (representación del poder estatal), e invoca a todos los que sufren la opresión, a los que saben de ella, a iniciar y cumplir la noble tarea de liberar a nuestro pueblo y construir una sociedad diametralmente opuesta a la actual.

Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: qué hacer?
Ah! Desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.

                                                                                                               Jorge Horna

                                                                        Lima, 15 de abril de 2011

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