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domingo, 19 de febrero de 2012

Entrevista: Al DR.VICTOR RODRIGUEZ CHAVEZ

Entrevista de Tito Zegarra Marín.

E1 Dr. Víctor Rodríguez Chávez es uno de los sucrenses que, al bordear los 90 años conserva una lucidez admirable, cordialidad y buen humor, propios de un profesional exitoso, de un hombre de vida fecunda. A continuación la presente entrevista.

T.Z.M. Dr. Rodríguez, primeramente cuéntenos de aquellos momentos gratos e inolvidables que vivió durante su infancia en la tierra querida.

V.R.CH. Muy bien, yo fui pastor de vacas. En ese pastoreo me dedicaba a buscar, cazar y criar pajaritos; eran épocas de maizales, en la Pampa Grande, por Chulipampa, el Isco y otros. Luego me dedicaba a sacar cabuyas de las pencas para hacer cordeles que nos eran de utilidad. Como pastor, recuerdo de un enorme carnero que tenía, bravo, hermoso, y muchas veces me defendía.

T.Z.M. Y su Escuela, Doctor, sus maestros, ¿qué recuerdos tiene Ud. de ellos?

V.R.CH. He tenido buenos maestros: Manuel Gil es uno de ellos; luego Demetrio Sánchez con quien aprendí las primeras letras. Recuerdo de una fuerte competencia entre mi Profesor Demetrio Sánchez y Saúl Silva, casi una lucha en la que las mujeres fueron las motivaciones, como mi tía Clarita Rodríguez. Al final quedaron dos escuelas fiscales, pero eran muy pobres, asientos de maguey. Demetrio Sánchez fue un excelente profesor, estudió en La Cantuta.

T.Z.M. Como muchos de nosotros, Ud. Tuvo que salir de Sucre, en plena juventud: ¿cómo lo recuerda al Huauco de ese entonces?

V.R.CH. Yo salí por el año de 1928, y bueno, había pocas casas; no había eucaliptos, sólo dos, muy gruesos, que estaban en la casa de mi tío Ambrosio Chávez; las familias principales las conformaban los Zelada, que siempre eran autoridades; el Sordo Jesús Aliaga; los Rodríguez y otras, había dos escuelas, como ya lo dije. La laguna en las épocas de lluvia era inmensa, cubría todo el valle, tapaba los maizales y cuando esto sucedía los choclos eran comunes, todos cogían sus choclos, nadie se molestaba. Por esta época murió ahogado don Joaquín Marín al buscar huevos de patos, que habían muchos; nosotros los buscábamos para convertirlos en patitos y también comerlos.

T.Z.M. Sobre la Iglesia de Sucre, Dr., aquella monumental y hermosa obra, ¿Qué sabe de su construcción?

V.R.CH. La Iglesia es realmente muy bonita. En su inicio tuvo sus torres que luego se cayeron. Recuerdo de una enorme escalera por la cual subíamos a una de las torres para jugar el "chano docena". Ya no conocí al Padre O. Haya, que fue el gestor de esa obra. Mi madre nos llevaba a rezar, no había asientos, había mucha fe por San Isidro Labrador.

T.Z.M. ¿La producción en ese entonces qué características tenía, cubrió las necesidades de la población?

V.R.CH. El maíz fue la base, de allí se derivaba todo; también el trigo, y en épocas buenas había abundancia, no así en épocas de mucho verano, sequías. En las jalcas también se pro­ducía, y gratis por que los terrenos no tenían dueños. Yo he ido a las jalcas desde muy niño y no tenía miedo.

T.Z.M. El Huauco de ese entonces tuvo mucha relación con Chachapoyas. ¿Cómo percibió Ud. esa vinculación?

V.R.CH. Sí, existía el arrieraje. Don José Chávez, papá de Almanzor tenía más de 50 mulas en las cuales transportaba los productos desde Cajamarca a Chachapoyas. Hubo también otras familias, muchas se quedaron en Chachapoyas y otras fueron más al oriente, había mucho intercambio comercial. La gente se dirigía por allí.

T.Z.M. Volviendo a la Laguna, ¿cree Ud. que debía desecarse o convertirse potencialmente en un atractivo turístico?

V.R.CH. Yo ya no estuve cuando se desecó; pero se hizo bien. El Dr. Clodomiro Chávez lo prometió y cuando llegó al Parlamento lo cumplió; el que dirigió la obra fue el Ing. José María Zegarra. Por esa época no se pensaba turísticamente. Recuerdo que Aladino Escalante, uno de los hijos más eminentes que ha tenido el Huauco, enrolado a una religión, viajó a Inglaterra por 14 años, estudió en Escocia, regresó como pastor protestante; hablaba 4 idiomas y murió pronto; recuerdo que él se interesaba en la laguna como promesa turística.

T.Z.M. Y cuéntenos el itinerario de su vida al salir de Sucre y también su trayectoria profesional.

V.R.CH. Salí primero a Huamachuco, muy joven, invitado por mi hermano Elías y con una esperanza muy grande, porque hasta ese año no tenía la idea de educarme y de que mis padres iban a salir de la pobreza. Yo era también peón, ganaba 20 centavos y los ahorraba, era admirador de la plata, la soñaba, guardaba centavo a centavo. Mi hermano Elías me escribió una carta histórica, por ella fui a Huamachuco a pie y estudié en el Colegio San Nicolás. Después fui Trujillo donde me gradué de Abogado y luego a Lima donde me recibí de Doctor en Derecho.

T.Z.M. Y cómo llega a Cajamarca Dr., donde efectivamente va a descollar como hombre de leyes.

Arrieros en la plaza del Huauco..
V.R.CH. Yo primero estaba por ir a Moyobamba o Iquitos, en tanto Huamachuco me resultó muy pequeño. Ulises Díaz me invitó a Cajamarca, aquí sólo había dos abogados: el Dr. Peña y el Dr. Horna, pariente nuestro. Ulises Díaz me facilitó su casa y así me quedé, que de paso me ha ido bien, muy bien. Cargos públicos no los quería, me propusieron como Vocal a la Corte Superior y Suprema, pero no los acepté. Tenía mucha clientela y todos mis juicios los ganaba. Nunca defendí juicios entre hijos de Sucre.

T.Z.M. Nos alegran sus éxitos profesionales, Doctor. Queremos peguntarle ahora sobre dos destacados hijos de Sucre: Clodomiro Chávez Mariñas y Alcibiades Horna Marín.

V.R.CH. Sobre el primero, Clodomiro Chávez, fue muy inteligente, temporalmente trabajé con él en su estudio en Lima, vivía modestamente, fue deportado a Argentina, no tenía ambición al dinero, y como parlamentario fue de una gran lucidez y demasiado valiente, emocionaba escucharlo. Sería bueno que lean sus crónicas parlamentarias.

Alcibiades Horna Marín, mi primo, hijo de José Horna, es uno de los pocos o tal vez el único que quiso muchísimo a Sucre, lo visitaba constantemente, dejando todo quehacer. Era capaz de dar su vida por su pueblo. Aquí en Cajamarca fue un exitoso empresario, se interesó por el periodismo y llegó a ser regidor y Teniente Alcalde.

T.Z.M. Volviendo al Dr. Clodomiro Chávez, ¿Ud. recuerda de aquél ingrato incidente en Celendín como consecuencia del calor de la campaña política?

Clodomiro Chávez A.
V.R.CH. Yo estuve allí, era muchacho, pero quiero decirles que nuestro pueblo fue muy unido, hemos querido a los hombres por el ejemplo y amor a la tierra, no había divisiones. Su madre era ejemplar, Clodomiro siempre nos visitaba y vestía al estilo de la tierra. No recuerdo que se haya dedicado con intensidad al proselitismo político, o las campañas; creo que su error fue no visitar a los distritos. Las mujeres lo admiraban y siempre había reuniones cuando llegaba.

A Celendín ingresó acompañado de una gran muchedumbre a caballo, unos 500, entre del Huauco, Lucmapampa, Huacapampa, de las jalcas. El ingreso fue pacífico pero algunas familias celendinas odiaban gratuitamente a Clodomiro y desde sus balcones arrojaban alfalfa. Entonces, ante esta provocación, reaccionaron los chavistas, se hizo tronar a los caballos y Celendín tembló, se convirtió en un cementerio, ni un alma, creo que llegaron más acaballados, la ciudad parecía tomada, fue una buena lección.

T.Z.M. Ud. Siempre ha estado vinculado con nuestro pueblo; lo ha visitado; ha tenido algunos proyectos. Desde su punto de vista, ¿qué cree que es necesario para impulsar su desarrollo?

V.R.CH. El progreso es natural; no hay directiva que lo haga cambiar de la noche a la mañana. Huauco quiere decir Tambo, auspicio. La casa de Manuel Rodríguez Chávez era la casa posada para trasladarse al oriente. Sucre debe progresar: depende mucho de sus hijos, de la juventud; pero hay que trabajar duro. El Común, El Sauco deben servir a su progreso y a la gente pobre. Hay la pampa de Combayo, que no pertenece a Sucre y que queda al pie de Oxamarca. Esta pampa, con inversión y en el futuro puede ser pilar para el despegue de todos esos pueblos, ya que es muy grande.

T.Z.M. Finalmente Dr., ¿cuál cree Ud. que es el peor defecto del sucrense y cuál su mayor mérito?

V.R.CH. El peor defecto es que son costumbristas, aunque sean ricos, los mismos estilos, el mismo ropaje, el fondo, el sombrero, el poncho; aunque imagino y espero que haya cam­biado en las nuevas generaciones.

El mayor mérito, ser emprendedor, ambicioso, soñador. En el pasado fue muy solidario, unido; hoy desconozco, por mi edad y mi salud.

Infinitas gracias. Dr. ha sido muy grato conversar con Ud.

De la revista El Labrador, mayo 1997.

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