Distrito de Sucre en todo el Perú y el mundo.

Buscar en este portal

lunes, 6 de febrero de 2012

Personajes: ALFONSO RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ


1926-1984

Por Olindo Aliaga R. y Gutemberg Aliaga Zegarra.
Un tanto alto y corpulento; su hirsuta y poblada cabellera, a pesar de su edad, no conoció muchas canas; de bigote bien cuidado, los cristales de sus lentes se enmarcaban dentro de una montura metálica y dorada. Vestía pulcramente, generalmente de colores obscuros; de hablar cordial, ameno y conversador; así, era don Alfonso Rodríguez Domínguez, abogado de profesión. Fue vecino de un distrito de clase media de Lima, ocupó una antigua casona ubicada en Magdalena Vieja de amplia sala, decorada con objetos traídos de la sierra; cubría el piso un grueso cuero de ganado, sobre el cual descansaba una antigua mesa de color nogal, de techos altos, ventilada e iluminada por grandes ventanas con rejillas de madera torneada, en esa casa del jirón Junín N° 134 vivió el doctor Alfonso aspirando por varios años el aire suave y la brisa marina de Magdalena junto a su esposa María Concepción Pajares, natural de Cajamarca y al lado de sus hijos.

Se ilustran estas biografías de sucrenses que nacieron, vivieron y cantaron a Sucre, con la señera figura del doctor Alfonso Rodríguez Domínguez, sucrense generoso por su ascendencia, nacido el 8 de junio de 1926 en las tierras auríferas de Chilla, provincia de Pataz, en el departamento de La Libertad, creado en época de la Independencia.

Fueron sus padres don Elías Rodríguez Chávez quien, joven aún, y por razones de trabajo se trasladó al asiento minero del distrito de Chilla, en ese pueblo, a base de su gran esfuerzo y perseverancia, como corresponde a los huauqueños corajudos, se convirtió en próspero comerciante y su madre la señora Clementina Domínguez Bocanegra natural de Cajamarca.

Por el lado paterno, Alfonso Rodríguez procede de una vieja e hidalga estirpe huauqueña, con amplia ejecutoría intelectual. La familia Rodríguez es numerosa, entre los que se cuentan, el abogado de prestigio en Cajamarca, Víctor Manuel, los médicos Magno y Francisco y sus hermanas, Cecilia y Elisa Rodríguez Chávez, que vienen a ser sus tíos padres; entre sus primos hermanos, mencionaremos a la farmacéutica Nísida, Dora, Elvia y al profesor de juventudes, Octavio Reyna Rodríguez.

Sus primeros estudios los realizó, hasta el 2° año en la escuela primaria de Chilla; del tercero hasta el quinto año, lo cursó en la escuela 83 Andrés Mejía Zegarra hoy Escuela de Menores N° 82427, siendo su director el profesor Wilfredo Merino Villar.

El niño Alfonso desde las primeras lecciones demostró tener enorme interés por el estudio, su sensibilidad social y su carisma le permitieron hacer amistad y conquistar amigos fácilmente.

Estudió la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco, en el tercer año de secundaria definió su vocación por las letras y por la lectura de obras sobre Historia.

Al término de la secundaria ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, en donde estudió dos años; luego se trasladó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en esa decana universidad estudió dos carreras: Derecho y Ciencias Políticas; y Ciencias Económicas.

Después de sustentar su tesis de grado sobre Derecho de Sucesiones la Universidad le confirió el título de Doctor en Leyes, especializándose en Derecho Notarial y Derecho Administrativo.

En la universidad se vinculó con hombres de la política peruana, admirador de las ideas populistas de Belaunde Terry, años más tarde militó en el partido fundado por el arquitecto, célebre por el manguerazo arequipeño.

En la década del 60 se trasladó a Cajamarca, en dicha ciudad, escenario del rescate y la leguleyada española, del verdor y de los Baños del Inca. Fundó y dirigió el diario Generación el año de 1961; posteriormente este diario, cambió de nombre por el de Extra.

La docencia fue otra de las actividades que orlan su extenso currículo y la ejerció temporalmente en la Universidad Pedro Ruiz Gallo y en la Universidad de Lima.

Durante la época de estudiante universitario, fue dirigente del Centro Federado de Derecho y Secretario General del Centro Federado de Ciencias Económicas de la Universidad de San Marcos.

Por su militancia política sufrió prisión en una cárcel pública de Lima, impuesta por el dictador Manuel A. Odría.

En 1962, postuló a una diputación, siendo elegido diputado por Cajamarca para el período de 1963 a 1965.

Su labor congresal fue prolija en proyectos de enorme beneficio para la nación, a fin de elevar el nivel educativo y cultural de la juventud, orientó su labor a la creación de escuelas y colegios en el interior del país; las comunicaciones también fue tema de su preocupación, por ello a los pueblos más distantes del norte peruano les dotó de teléfonos y carreteras.

Fue el promotor de la creación oficial del Colegio San José de Sucre y de la instalación del teléfono en el distrito de Oxamarca.

En síntesis, su gigantesca acción congresal fue coherente con el lema de su partido: El Perú como Doctrina.

Al referirnos a su trabajo en la Cámara de Diputados, no podemos dejar de mencionar sus encendidos debates que provocaron situaciones que exacerbaron los ánimos de sus contrincantes políticos, quienes en varias oportunidades se fueron a las manos, para defender con los puños, lo que no podían defender con las ideas y la razón.

Después del golpe de estado del General Juan Velasco Alvarado, se retiró a su hogar; su partido, con su jefe deportado por la Junta Militar y por la violencia dirigida contra la dirigencia política, entra en quietud partidaria.

Después de asumir con serenidad los acontecimientos coyunturales de la vida política por los que atravesaba el Perú, se dedicó a sus labores de abogado litigante en su estudio jurídico de la calle Carabaya 1559, oficina 401, en el Centro de Lima; y , en el Jirón Unión N° 1081, oficina 411.

Al ser restituida la democracia en 1979, los partidos políticos rehabilitados, disciplinadamente como corresponde a todo hombre consecuente con sus ideas, el doctor Alfonso se entregó sin vacilaciones a la campaña electoral de su partido que, por segunda vez, llegó al poder de 1980 a 1985.

Durante el segundo gobierno de Belaunde ocupó la Dirección de ENACO y fue Asesor del Instituto Nacional de Administración Pública INAP.

En 1982, renuncia a la vida partidaria de Acción Popular, para postular al flamante Tribunal de Garantías Constitucionales; siendo Magistrado del Tribunal hasta el 20 de mayo de 1984, año en el que fallece víctima de un derrame cerebral, cuyo nombre científico es Accidente Cerebro Vascular. La muerte lo sorprende tempranamente a los 58 años de edad, en una cama del Hospital de la Fuerza Armada Peruana.

De Personajes de la Historia Sucrense.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 

©2009 Asociación Movimiento de Unidad Sucrense - "MUS" | Template Blue by TNB