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lunes, 2 de abril de 2012

Aventura: PEDALEANDO EN LAS SALINAS, LUGAR DE MESETAS Y LAGUNAS ANDINAS DE AREQUIPA.

Escribe Rodolfo Trigoso.
Mi compadre Moisés y yo practicamos el ciclismo de montaña, no somos competidores, lo hacemos como afición. Es así que mi compadre viajó de vacaciones a Arequipa dándome una gran sorpresa: “Trajo su bicicleta”. Apenas llegó salimos a visitar la hermosa campiña arequipeña, la cual lo dejó muy cautivado. Un día me contó que, él tenía planeado viajar en bicicleta a la zona de la Laguna Salinas; entonces empezamos a planificar la aventura, la cual se hizo realidad un día del mes de diciembre del año 2000. 


Muy temprano, salimos pedaleando desde Congata, urbanización donde yo vivía entonces, hasta una de las agencias de transporte en el centro de la ciudad de Arequipa, abordamos el bus que iba al pueblo de Ubinas en Moquegua.
Con nosotros viajaban un grupo de muchachos arequipeños que acudían a una festividad en Ubinas y que también llevaban sus bicicletas con ellos, dijeron que tenían un evento especial allá. Después de recorrer en bus unas cuatro horas, eran aproximadamente las once de la mañana, cuando arribamos al lugar denominado Moche, pueblo pequeño, geográficamente ubicado en Moquegua y que se encuentra a la orilla sur de la Laguna Salinas, en la Reserva Nacional Salinas. Uno de los muchachos que acompañaba al grupo mencionado, que durante el trayecto del viaje en bus, trabó amistad con nosotros y enterado de nuestras intenciones deportivas de volver en bicicleta desde Salinas hasta Arequipa; decidió acompañarnos y se quedó también con su bicicleta en el pueblo de Moche. 

Luego de algunas preguntas a los lugareños de Moche, sobre como arribar al pueblo denominado Salinas, emprendimos el viaje con dirección al lado norte de la Laguna Salinas. Ésta, en esa época del año, se encontraba baja en su nivel de agua. 
Rodando sobre suelo salino intentamos llegar al otro extremo norte, tras treinta minutos de viaje, nos encontramos en  medio de un desierto de sal y no avistamos señal de algún lugar cercano. Sólo pudimos observar el volcán Ubinas por el este y el Misti y el Pichu Pichu por el oeste. ¡Estuvimos perdidos!, de repente a lo lejos, vimos una figura diminuta que se acercaba. Esperamos… Una bendición de Dios, era un ciclista del lugar, llegó justo cuando no supimos qué dirección tomar. El señor se acercó montado en una bicicleta antigua, dijo que venía del pueblo de Salinas. Le pedimos referencias para llegar allá. Nos tomamos algunas fotos con él y nos indicó que ruta tomar. Luego de rodar unos treinta minutos más, el paisaje fue cambiando, el suelo salino dio paso a los pajonales, señal de que nos aproximábamos a tierra firme. 

Efectivamente, nuestra presencia, fue un poco rara para los lugareños, especialmente para los niños que se asustaron al vernos “salir de la Laguna”. En esos momentos se celebraba un matrimonio al estilo del lugar. El pueblo de salinas consistía de sola una calle con casas a los costados de ella… El hambre se hizo sentir en nuestros estómagos y fuimos a una tienda a tomar una bebida, comer un poco de fruta que habíamos llevado y descansar un poco. Habíamos recorrido una travesía de 16 kilómetros.

El pueblo de Salinas se encuentra a una altura de 4,325 msnm, según el altímetro que habíamos llevado. El cielo empezó a nublarse, el frio de la jalca o puna, lugar de las mesetas y lagunas andinas, se hizo sentir con fuerza…

Decidimos continuar el viaje siguiendo por la carretera afirmada que conduce a Arequipa y que bordea la laguna Salinas de este a oeste... Soplaba un viento fuerte y helado que entraba a nuestro cuerpo cual punzantes alfileres a través la ropa poco adecuada que habíamos llevado para esa altura.
La recompensa fue el paisaje impresionante, por un lado la laguna con sus aves endémicas como las parihuanas y otras aves migratorias y,  por el otro, los cerros cubiertos de Ichu y algunas vicuñas pastando plácidamente. Nosotros nos detuvimos de cuando en cuando para tomar algunas fotografías y contemplar la bella naturaleza que Dios nos la puso ante nuestros sentidos.

Seguimos pedaleando reciamente, el viento en contra era fuerte y nos era imposible avanzar rápidamente. Llegamos al hito de entrada a Reserva Nacional Salinas (INRENA). Seguimos dándole al pedaleo, esta vez en una carretera en ascenso, gracias a Dios que, las laderas del volcán Pichu Pichu nos protegían un poco del fuerte viento helado, sin embargo la subida se hizo larga y ardua. El cuerpo se resistía a seguir, ya no daba más. Lo miraba a mi compadre que iba en su bicicleta a mi costado y que parecía tranquilo, o por lo menos era lo que aparentaba. 

-        - ¿Una descansadita Compadre? Le dije.
-        - Claro, por supuesto - Él también sentía los estragos de la cuesta, el frio y la altura.

Después de recorrer unos veinticinco kilómetros desde el pueblo de Salinas, llegamos a la fila en donde pudimos apreciar la carretera sinuosa que conduce a Chiguata y más al fondo la extensa campiña de Arequipa.
Ya, con menos frío, empezamos el descenso en una carretera llena de polvo volcánico que cubría más o menos en diez centímetros las llantas de nuestras bicicletas, después de hora y media, llegamos al pueblo de Chiguata, donde tomamos alguna bebida, y nos tomamos fotografías ante la mirada atónita de algunos parroquianos que notaron nuestras bicicletas y ropas cubiertas de polvo. 

Después de descansar un poco del largo descenso, continuamos con el viaje, la ruta esta vez estuvo más fácil por ser asfaltada y en bajada. Siempre acompañados por el portentoso Misti…
 En la ruta encontramos a unos colegas de la policía de carreteras de Arequipa, nos tomamos algunas fotos con ellos y, continuamos rumbo a la ciudad blanca… En esta ciudad, en algún lugar que ya no recordamos, nos despedimos de “José”, nuestro compañero de travesía a quien no lo volvimos a ver nunca más. Ojalá él pueda leer estas líneas y se comunique con nosotros.

Tras cruzar la ciudad de Arequipa, llegamos aproximadamente a Congata a las 6 pm., nuestro destino final. Tras un recorrido de 116 kilómetros.
Después de un reponedor baño y comer disfrutamos de un Anís Najar, recordando la aventura vivida.

Reflexión:
Saben…, una bicicleta no es un juguete, es un instrumento que sí lo sabes usar te traslada poco a poco hacia la felicidad, el ciclismo es un deporte tan completo que te relaja, te fortalece, te promete que disfrutes de la naturaleza, te inspira al amor, a la poesía, purifica tu alma, y lo mejor de todo, te lleva a la meditación.
¡Ama y respeta a la naturaleza, entra en armonía con ella y con lo que te rodea, se feliz…!



 Les voy a resumir un poco sobre La laguna Salinas:


Es una laguna de agua salobre y está rodeada de turberas(es un tipo de humedal ácido en el cual se ha acumulado materia orgánica en forma de turba) y bofedales. Cerca a esta laguna se encuentran importantes nevados y volcanes como el Misti, Chachani, Pichu Pichu, y Ubinas. 

Además  alberga relictos de bosques andinos, así como praderas alto andinas que poseen especies típicas que forman agrupaciones como la Yareta, Queñual y Kcapo, entre otras usadas por la población local como combustible y para el pastoreo de ganado. 

Ésta laguna se encuentra en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca que está ubicada en las provincias de Arequipa y Caylloma, del departamento de Arequipa, y la provincia de General Sánchez Cerro, del departamento de Moquegua. Abarca una superficie de 366,936 hectáreas y se encuentra a una altitud promedio de 4,300 m.s.n.m. 
Partiendo de Arequipa, se accede a la Laguna Salinas por la carretera Arequipa - Chiguata - Puno.
Las temperaturas medias anuales que oscilan entre 3 y 8 grados centígrados, con mínimas absolutas que llegan hasta los –10 ˚C.
Los meses de mayor precipitación son enero, febrero y marzo, en los cuales se registra 65 por ciento del total de precipitación anual. En los últimos veinte años, la región sur ha sufrido ciclos de sequías muy severos, lo cual nos indica que se debe manejar con sumo cuidado el agua en este frágil ecosistema. La humedad relativa media es baja: su promedio menor es de 50 por ciento. El viento helado contribuye a la sequedad ambiental y la evaporación es intensa (1,5 m por año o más).

En la laguna de Salinas, encontramos una de las principales áreas para la conservación de tres especies de flamencos, con poblaciones que pueden alcanzar hasta 25 mil individuos en la temporada húmeda. En esta laguna son particularmente notables las gaviotas andinas y anátidos (patos), de diversas especies.
Posee una fauna típica de la puna seca de América del Sur, adaptada a los bruscos cambios de clima y a las temperaturas extremadamente frías que caracterizan a este ecosistema, aun así su diversidad es importante, posee 24 especies de mamíferos, destacando entre ellos la vicuña, el guanaco y la taruca (venado andino). Además de la presencia importante de la alpaca y llama como animales domésticos.
  
La laguna se originó por la gran actividad volcánica que hubo durante el cuaternario y el terciario superior, a lo que se sumó la acción erosiva glacial y pluvial como fuerza exógena, que tuvo un gran impacto durante el cenozoico superior pero que se ha atenuado en el presente.



Articulos Relacionados: Cicloturismo en la Campiña de Sucre 2010.
 Cicloturismo en la Campiña de Sucre 2011.


martes, 2 de agosto de 2011

CICLOTURISMO EN LA CAMPIÑA DE SUCRE 2011…


La Definición:
Etimológicamente la palabra cicloturismo proviene de unir bicicleta y turismo. Bicicleta es un cultismo francés bicyclette tomado del latín bi (dos) y cyclos (rueda). Turismo proviene de la palabra latina tornus a través del francés tour y del inglés tourism, que significa giro, vuelta o movimiento.
  El cicloturismo es una actividad que consiste en realizar viajes en bicicleta de duración variable, con el fin de conocer los lugares por los que se transita y regresando al final al punto de origen. Normalmente se cubren distancias de entre 10 y 150 kilómetros por día, dependiendo del terreno y la cantidad de equipo que se lleve, por lo que es posible recorrer grandes distancias en poco tiempo.

El cicloturismo se asienta en nuestra necesidad de explorar, de descubrir nuevos lugares, de disfrutar de la naturaleza y de la emoción de la aventura al embarcarnos en un viaje en el que no todo está planeado y garantizado de antemano... de sentirnos independientes, de alcanzar las metas que nos hemos propuesto y de atender ese instinto nómada que heredamos de nuestros antepasados... de conocer nuestro territorio, el de los demás y muchas veces de dormir bajo las estrellas.
Es una fuente inagotable de sensaciones variadas para todas las edades. No está reñido con el concepto de familia. El término cicloturismo engloba todas las formas de ciclismo recreacional, no competitivo, todos los ámbitos de utilización de la bicicleta en constante búsqueda. Es el deporte que se hace sin prisas - no se ha de llegar en primer lugar, el premio es la satisfacción que se encuentra en cada pedaleada-. Es el deporte en el que no se intenta imitar el ciclismo de alta competición, y en el que se busca, muchas veces, la autosuficiencia.
Es uno de los mayores placeres que proporciona la bicicleta. No es importante cuántos kilómetros se hacen, ni con qué tiempo, sino cómo y por dónde se va. El auténtico cicloturismo comienza bastante antes de la primera pedaleada: preparando los itinerarios, estudiando los mapas, hablando, acumulando información, estudiando los lugares, las formas de comer y dormir, preparando el equipo y la bicicleta, poniéndose físicamente a punto...
El cicloturismo, más que un deporte, es un cierto estilo de vida, una cierta concepción y una cierta filosofía de vida. Es una combinación indivisible entre hombre y máquina.
 Es sinónimo de libertad y de independencia. Nos ayuda a redescubrir sensaciones perdidas de nuestro mundo interior, a reencontrar los placeres más intensos, y a conectarnos y a interpretar nuestro entorno y la realidad de la vida. Ya que este maravilloso artilugio mecánico se revela también como una herramienta de unión familiar. Hoy en día es habitual la imagen de las parejas con sus hijos, que comparten las emociones de un paseo con bicicleta…

La Ruta:
Por segundo año, a las 9 de la mañana del día 13 de este último mayo, la concentración de ciclistas fue en la plaza de armas de Sucre.
Ruta de la bicicleteada.
 Tras una larga espera a los participantes, a quienes se les entregó un polo blanco con el logo del evento; las calles y vías que conducen a los alrededores de la campiña sucrense se llenaron de colorido, entusiasmo y emoción…

Es que, mostrando su inquietud deportiva, dos ciclistas celendinos Julio Castañeda Sánchez y Karina Muñoz Cachay, que tuvieron a bien acompañar a sus similares de Sucre, Cajamarca y Lima; partimos de la plaza de armas de Sucre, con dirección a la calle Nazario Chávez A., terminando ésta, el pelotón viró a la derecha tomando la calle Clodomiro Chávez con dirección al barrio San Antonio de Pencas, arribando al fundo El Común, frente al zoológico, lugar, donde se tomó un pequeño descanso, y dando pase a las instantáneas y vistas panorámicas de nuestras camarógrafas; en seguida rodamos por la parte superior del túnel, tomando la ruta de Las Lajas…, llegamos a la vía de la Pampa de la Arena, luego de un pequeño tramo, entramos a la izquierda rodando por la ruta antigua que conduce a Macas desde Jorge Chávez; ya en Macas al costado de una capilla y un paisaje colorido y verdor impresionantes, se tomó un descanso, todos deleitamos de un refrigerio consistente en jugo de frutas y galletas saladitas.  
 La mañana se presentaba sin sol y con amenaza de lluvia, sin embargo a los ciclistas y a los acompañantes en los vehículos de apoyo se les notaba llenos de júbilo, porque todo el desarrollo del circuito estaba discurriendo de forma bastante amena y acogedora.
Tras el breve descanso pusimos rumbo con dirección a Macas…, allí se unieron al grupo de ciclistas, dos bellas damas, se les ofreció el polo respectivo del evento, ellas nos acompañaron hasta la pampa del Pachamango. En este lugar giramos a la derecha y discurrimos en medio del bosque para arribar por la parte alta de José Gálvez tomamos la ruta del Pozo verde hasta el cruce con la carretera que va al Tambo; tomamos esta vía… el paisaje era impresionante, en medio de bosques de eucaliptos, nos impregnamos de su fuerte pero agradable aroma, llegamos al Tambo tras una pequeña pendiente, giramos a la izquierda, rodamos por el camino rodeado de pajuros que nos condujo hasta Chaquil… Seguimos pedaleando por la única vía de ésta localidad ante la mirada curiosa de los pobladores, llegamos a la plaza de armas de José Gálvez. Un grupo de chicas del lugar, sentadas en una de las bancas aceptó posar para nuestras cámaras y lucir las camisetas del evento…
Después, enrumbamos a Sucre por la ruta de la Misionera, ingresamos por el jirón Dardanelos, giramos por la calle Jorge Chávez hasta llegar a la plaza de armas… rodamos un par de vueltas a ésta y seguidamente el sorteo de la flamante bicicleta montañera donada por el Sr. Zenón Valdez Guillén

David Sánchez Portal, fue el gran afortunado de llevarse el premio de la montañera.

El agradecimiento:

Agradecemos la contribución desprendida a los siguientes ciudadanos sucrenses para que este evento obtuviera el fin deseado a:
  •          Sr. General Néstor Zegarra Silva por la donación de 60 polos con el logo del evento y gracias también a la gestión de esta donación a la Dra. Milagros Sánchez M.
  •          Sr. Zenón Valdez  Guillén por la donación de una bicicleta montañera, sorteada entre los participantes.
  •          Municipalidad de Sucre, con su representantes el señor alcalde Fernando Chávez Collantes y su Gerente Municipal, David Torres,  por su aporte con dos vehículos en calidad de apoyo al pelotón de ciclistas y acompañantes,  las bebidas hidratantes y las galletas… 
  •         A las camarógrafas Rosita Zelada y Silvia Reyna, con su invalorable apoyo ha sido posible eternizar estos momentos.
  •          También a los participantes de todas las edades: en especial al niño Alexander Zegarra Chávez de ocho años y a Héctor Escalante Sánchez de 73 años, éste último  muy emocionado, nos comentó que algunos días después de ocurrido el evento ya lo habían invitado para participar de un acontecimiento similar en la localidad de Celendín en las festividades del mes de julio y, que igualmente su hermano Víctor residente en Suiza, también le había ofrecido una bicicleta como premio. ¡En buena hora!
·         A los acompañantes, en los vehículos de apoyo, que disfrutaron tanto de este hermoso paseo y se comprometieron a participar activamente el próximo año…
 
Los ciclistas participantes:

·         Chávez Marín Víctor
·         Sucre
·         Díaz Delgado José
·         Sucre
·         Briones Collantes Willmer
·         Sucre
·         Bringas Carrera Segundo
·         Sucre
·         Muñoz Cachay Karina
·         Celendín
·         Castañeda Sánchez Julio
·         Celendín
·         Díaz Sánchez Armando
·         Sucre
·         Díaz Silva Marco Antonio
·         Sucre
·         Zegarra Chávez Alexander
·         Cajamarca
·         Díaz García Abraham
·         Sucre
·         Escalante Sánchez Héctor
·         Sucre
·         Abanto Azañero Guillermo
·         Sucre
·         Sánchez Portal David
·         Lima
·         Bautista García Kléber
·         Sucre
·         Santa María Choflokle
·         Sucre
·         Pereyra Rabanal Dayana
·         Macas
·         Araujo Araujo Jennifer
·         Macas
·         Mujica Muñoz Gonzalo
·         Lima
·        Rojas Aliaga Moisés
·         Lima
Las imágenes:
(doble clic para ir al álbum)

domingo, 9 de enero de 2011

Paisajes de mi tierra: SUROLAJA, PARAÍSO TURÍSTICO NATURAL SUCRENSE.


Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza.
(Rousseau)


Por: Moisés Rojas A.
A seis kilómetros del distrito Celendino de Sucre, caserío La Conga de Urquía, al margen derecho del río Lealmayo, sobre laderas cubiertas de vegetación exuberante y a 2,500 m.s.n.m., localizamos el sitio ecológico Surolaja. Una carretera afirmada y en buen estado, que une los pueblos de Sucre y Oxamarca, atraviesa este lugar por la parte baja. 

Existen diversas formas de llegar a Surolaja: Una de ellas es, abordando los vehículos (combis) que trasladan pasajeros desde Celendín hacia Oxamarca o también rentando caballos o simplemente caminando o en bicicleta, lo que permite armonizar ejercicio y naturaleza.

Una vez en el lugar, se accede desde la carretera por un camino ascendente y rodeado de pinos, eucaliptos y pajonales hasta llegar a una casita rústica de forma hexagonal, construida con adobes y paja, cubierta con techo de madera y tejas, bien ubicada en medio de una zona despejada y de topografía llana.


Acudimos al lugar, gracias a la amable invitación de Santiago Galarreta Escalante, uno de sus propietarios. Apenas llegamos a Surolaja, nos vimos extasiados por el paisaje florido y de verdor impresionantes. En la casita antes mencionada encontramos a Santiago (Shante), quien nos recibió cordialmente y nos invitó a que lo siguiéramos para conocer los sitios más importantes del lugar; llegamos a una explanada sembrada de maíz, donde nos habló de sus proyectos futuros de ubicar un albergue y restaurante campestres de comida típica, aprovechando la impresionante vista hacia el valle del río Cantange, las cuevas del Idulo y el cerro Yerbabuena; también expresó que la crianza de cuyes en gran escala está dentro de sus proyectos futuros. Luego empezamos a subir la ladera, internándonos en un bosque de pinos: “pátula”, “radiata” y “estrobus”; Shante nos informó que son las primeras plantas que sembraron con su padre cuando era niño. Él y sus hermanos -recuerda- acudían a éste lugar de muy mala gana, cada fin de semana, a trabajar en la forestación de estas tierras por orden de su padre el profesor Santiago Galarreta (El Teacher). Hoy, en cambio, se muestra muy satisfecho.

Continuamos con el recorrido, en la parte alta y en medio del bosque nos topamos con un pequeño estanque que provee agua al lugar, ésta llega hasta allí por medio de tuberías instaladas, procedente de un manantial cercano ubicado en una quebrada de tantas existentes en Surolaja. Fuimos a conocer la quebrada en donde nace el agua, para llegar a ella atravesamos un bosque de helechos y algunos enjambres de abejas entre plantas silvestres. Llegamos al “ojo de agua” encajado en la quebrada. Tal parece, que éste manantial es el que le da el nombre al lugar. La quebrada y alrededores presentan carrizos delgados y rocas alisadas o lajas de donde mana abundante agua cristalina. (Según Carlos Burga Larrea en su diccionario Geográfico e Histórico: Suro significa Quebrada cubierta de carrizos  y laja: Piedra lisa y aplanada).

Surolaja de agradable clima templado con exuberante fauna y flora natural propia de un bosque, al decir de su propietario, consta de más o menos unas setenta hectáreas de extensión. La vegetación está formada por pinos, eucaliptos, alisos, helechos, paucos, orquídeas y otros arbustos naturales del lugar…

¡Un lugar que no se puede dejar de visitar!

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Oh, pinos hermosos en tierra y ambiente
yo os amo. Sois dulces, sois buenos, sois bravos
diríase un árbol que piensa y que siente
mimado de amores, poetas y aves”.
Rubén Darío (poeta nicaragüense)

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