Arguedas dedicó gran parte de su vida a
difundir y rescatar nuestras danzas más ancestrales. En este articulo se
refiere, entre otros bailes, a la hoy famosa huaconada.
Los ballets folclóricos
constituyen una expresión plástica en que la escuela clásica del ballet
elabora, recrea o se inspira en formas puras de la coreografía folclórica.
Puede valerse parado del argumento mismo de las danzas tradicionales en sus
límites propios o componer otro en el cual la danza folclórica recreada aparece
oportunamente. En todo caso el ballet folclórico no puede existir sin un previo
desarrollo suficiente de la escuela, llamémosle clásica, del ballet.
Otra circunstancia determinante
parece existir en los casos del surgímiento del ballet folclórico. el caso de
una tradición folclórica en periodo de extinción o de simple supervivencia y no
de pervivencia.

En el caso del Perú
nos parece algo paralelo al de España, aunque en el Perú el contenido mágico
del folclor es mucho más vasto. España ha existido en el mundo de su folclor no
por medio de un ballet sino mediante coros y danzas. En el Perú las danzas
están henchidas de sentido religioso, mágico o social. Tales danzas contienen,
por lo mismo, un mensaje más intenso y trascendente que el de los "ballets
folclóricos" en los que la recreación constituye la finalidad que ellas
pretenden, mientras que la danza folclórica constituye el lenguaje total de un
pueblo que no dispone de otros medios diversificados de expresión como los que
fueron desarrollados en pueblos con literatura escrita, tales como el teatro,
la poética y la narrativa.
Nosotros propusimos
envío a Europa y América una selección de danzas y cantos del Perú y no de un
ballet folclórico que no existe ni puede existir aún, por las razones que hemos
expuesto.
Los huacones de la
provincia de Jauja, bajaban danzando a ciertos pueblos del valle, disfrazados
para no ser reconocidos. Ese día –1 de enero u otras fechas– el gobernador y el
alcalde de los distritos les cedían todo su poder. Pregonaban los huacones las
culpas y delitos no sancionados por la justicia oficial y llevaban a los
culpables hasta la cárcel.
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Los Huacones. |
El concepto de la
justicia según las normas de la comunidad se cumplía así, con rigor pero
protegido por el manto de la música y la danza. Los sijllas del valle de
Vilcanota, en el Cusco, en cambio, representan una parodia humorística, triste
y vengativa de esta misma justicia oficial. El ayla, de Lucanas, el huaylas de
la provincia de Huancayo; el maqta carnaval, de Canchis, Cusco, son danzas de
solteros, bailes eróticos de iniciación, que constituyen un rito propiciatorio
de la fecundidad de la tierra. Los jóvenes, en el Cusco, escalan hasta cumbres
heladas en las que germina la bellísima y precaria flor del phalcha y el achanqaray.
Durante el viaje se realizan juegos mágicos: la mujer hará de paloma o de venado
y el hombre de halcón o de puma y cazará, con goce de su víctima, al a paloma o
al venado. Allí se conciertan los futuros matrimonios. Luego bajarán, al
amanecer, a las aldeas, cantando y danzando; los sombreros adornados de la no
aún marchita flor del phalcha. Esta danza contiene el más contagiante regocijo,
porque interpreta no solo la triunfal alegría de las mozas que acaban de
conocer el mayor secreto de la vida sino la belleza del mundo que en esos meses
de lluvias empieza a cargarse de fuerzas nutricias. La Corporación de Turismo y
la Comisión Nacional de Cultura intentarán presentar un programa tentativo de
lo que podría constituir una selección de nuestras danzas como lenguaje del
Perú actual, universo en el que lo occidental y lo indígena se han mezclado en armonías
originales que pueden, seguramente, fascinar a los hombres con sensibilidad
para la danza, la música y la sabia combinación de colores [...].
El Dominical, 10 de julio de 1964. Fragmentos.
Coca Quintucha: Máximo Damián.
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