Tito Zegarra Marín
A nuestra
provincia, en los últimos tiempos, se le está presentando la oportunidad de aprovechar
al turismo en beneficio de la economía local y como medio para valorar sus
recursos históricos, paisajistas y culturales. Sin embargo, muy poco estamos haciendo
en ese sentido y hasta pareciera que hemos actuado en forma contraria: se ha
dañado y casi abandonado al bello mirador de San Isidro y se está acabando con
las tradicionales viviendas del centro de la ciudad.
Dentro de algunos meses, la oportunidad turística
se acrecentará notablemente, pues muchos flujos de visitantes, atraídos por el
teleférico a Kuélap, pasarán por nuestra ciudad. Hecho éste, que nos obliga a
pensar en ofrecerles algo significativo y de sabor celendino, que tenemos en
sus diversas modalidades, pero que no reciben la atención debida como para
disfrutarlos en la fiesta del Carmen. Por lo que urge lo siguiente:
1.
Rescate y rehabilitación de la colina San Isidro como mirador natural y centro
de esparcimiento familiar y turístico, que implica: relleno parcial del horroroso
boquerón; cercado con rejas de fierro a fin de evitar su mal uso (criadero de
animales) y prevenir invasiones; construcción de caminos peatonales y graderías
de piedra; descansos techados con material de la zona, basureros ecológicos y
sistema de señales; implementación de jardines y arborización nativa y ordenada.
2. Conversión de la calle “2 de Mayo” en vía
exclusivamente peatonal, que incluya: piso de piedra o lajas calizas de la
zona; eliminación de postes para luz eléctrica y telefonía; cableados
subterráneo y faros eléctricos incrustados a las paredes; letreros y avisos
comerciales con las mismas características de tamaño y color (caso calle
Amazonas en Chachapoyas).
3.
Delimitación del centro histórico de la ciudad de Celendín. Nuestro
envidiable plano, calles amplias y rectas y casas de estilo tradicional,
ameritan tener nuestro centro histórico, que implique: delimitar su área
territorial; dictar normas de regulación de su crecimiento urbano (casas solo
de dos pisos y sin techo de calamina); conservación y mejora de las casas
tradicionales, en especial, de la parte externa u frontis. No permitamos que la
voracidad modernizante siga imponiéndonos construcciones estrambóticas y chocantes con nuestra
tradición.
4.
Rescate y puesta en valor de centros arqueológicos y otros, entre ellos: Los
centros arqueológicos La Chocta, en Oxamarca y La Lechuga, en Sucre; la catarata
El Cornelio, en Huasmín; el valle y aguas termales de Llanguat; el valle José
Gálvez-Sucre-Jorge Chávez, (cascada Langascocha y parque ecológico El Común). Este
punto requiere de proyectos específicos. Sin embargo, para facilitar visitas
turísticas, se debe rehabilitar los accesos a dichos recursos, limpiar el
escenario natural en el que se encuentran, implementar señales de ubicación e
iniciar una agresiva campaña de publicidad.
5.
Interconexión turística con la Región Amazonas, rica en
atractivos turísticos y en óptimas condiciones para darle viabilidad.
*Publicado
en el diario “Panorama Cajamarquino” el
2 de agosto 2016
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