Tito Zegarra Marín
Vivía
con su madre en una casita de adobe y piso de tierra que no les pertenecía. El
pan de cada día lo ganaban al lavar ropa o al ayudar a cocinar a algunas
familias. No dispuso de zapatos para ir a la escuela, pero aprovechó algunos
años de estudio para enfrentar un futuro incierto.
A temprana
edad, rondaba por su cabeza la ciudad de Lima a donde iban sus paisanos
esperanzados en trabajar y ganar algunos soles. Pensó entonces ir hacia allí y
con algo de suerte y de la mano de don Demóstenes Aliaga y señora, llegó a
Lima, urbanización Fiori. Desde allí, se esforzó por laborar en lo que fuera
necesario.
Le fue
atractivo el centro comercial “Gamarra”, un mundo extraño para él, pero en el
que podría aprender algo útil. Y así fue, apoyado por Jorge Mauro Sánchez
vendió pasamanería y luego aprendió la técnica del tejido y el manejo de
máquinas para tejer. Pasado el tiempo, conformó su empresa textil y otra,
metalmecánica (venta de tejidos y fabricación de máquinas industriales para ese
fin).
Pero para
llegar a ese nivel y ser pequeño empresario, nunca dejó de explorar y
perseverar sin cansancio en la rama comercial y empresarial, estimulado, en
mucho, por cierta dosis de inteligencia y la convicción de que podía tener
éxito. Pronto entonces, obtuvo sus primeros frutos y superó meritoriamente las
duras barreras de la pobreza. Hecho éste, que no es nada fácil en un país como
el nuestro: segregacionista y excluyente.
Cabe
destacar, que Shunshona, en su arduo trajinar por alcanzar algunos logros
económicos no se olvidó de su querido pueblo ni de los niños que, como él en el
pasado, siguen atravesando por momentos difíciles. De igual modo, nunca dejó de
rememorar al santo de su devoción, San Isidro, un modesto labrador de la
tierra, de poncho y sombrero, humilde y solidario para con los débiles y
marginados.
Quizá por
eso, comenzó a extender su mano generosa a quienes lo necesitaban,
modestamente, pero siempre con cariño y sencillez. Y como asiduo devoto de San
Isidro, se nutrió de mucha fe y fortaleza para cumplir con sus buenos deseos.
Así, por
voluntad propia y con el apoyo de familiares y amigos cercanos ofreció organizar
la festividad en honor a San Isidro (mayo 2025). Lindo gesto, que refleja su
acendrada devoción y el deseo sincero de compartir con su pueblo lo poco que
podía ofrecerle. Pero también, magnánimo gesto por tratarse de un hijo venido
de cuna indigente.
Por primera
vez, dos bandas musicales de Pomapata, Ancash y Huaranchal, La Libertad, mano a
mano (“en choque”) alegrarán a su pueblo; de igual manera, el grupo social “Los
Capitanes” y la danza típica del mismo nombre, harán sus presentaciones respectivas.
Así mismo, se compartirá tres días de almuerzo.
Mi
reconocimiento y gratitud al amigo Cluver Vargas Malaver (Shunshona). Los actos
bondadosos engrandecen el alma y recompensan lo sufrido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario