Por Olindo Aliaga Rojas y Gutemberg
Aliaga Zegarra.
En Sucre, ciudad de
los molinos de piedra; tierra que pisó Ciro Alegría de tránsito a su presidio,
después que las fuerzas del orden lo capturaran en la quebrada de la Arteza. Pueblo donde se preparan
artesanalmente, al estilo español, los rellenos y chorizos, ha nacido Andrés
Mejía Zegarra, el 4 de febrero de 1845.
Fueron sus padres el
coronel de milicias Pedro José de Mejía de origen español, desconociéndose los
caminos y las intenciones que lo guiaron hasta esas tierras vírgenes e
indomadas; y, doña Emperatriz Agustina Zegarra. Su abuelo materno, don Marcos
Zegarra, fue fundador de la hoy provincia de Celendín, a donde se trasladaron
los esposos Mejía Zegarra.
Estudia primaria
elemental en las aulas de latinidades de una escuela de Celendín, entonces,
conocida como Semi Colegio o Vice Colegio. Otros estudiosos indican, que
estudió en el colegio particular de Juan Sánchez Silva Urrelo y en el seminario
de la ciudad de Chachapoyas.
Al terminar la
primaria, sus padres lo matriculan en el Colegio San Ramón, tenía 11 años de
edad, aproximadamente, siendo director de este prestigioso colegio el doctor
Juan Manuel Arbayza, bajo cuya dirección de este joven abogado cajabambino, se
reiniciaron las clases después que este centro educativo sufriera un receso
motivado por los acontecimientos políticos de 1854. El 3 de enero de 1854 se
inició la revolución en Cajamarca (lucha entre liberales y conservadores) en contra
del presidente Rufino Echenique. José Toribio Casanova López fue el director
del colegio y a la vez cabecilla de los insurrectos.
Durante toda la
secundaria demostró su innata inteligencia; con la banda de alumno
sobresaliente, alumbrado por la luminaria de su sabiduría, fortalecido por las
enseñanzas de sus maestros y con la convicción de forjarse una profesión viajó
a Trujillo y en 1865 ingresó a la Universidad Menor de La Libertad, donde
estudió Jurisprudencia.
Al poco tiempo de
estar ejerciendo la abogacía, es nombrado director del colegio secundario de la
provincia de Otuzco de Trujillo.
En julio de 1873, el
Presidente de la República don José Balta, lo nombró director del Colegio San
Ramón, atalaya del saber cajamarquino. Al mismo tiempo, que atendía la
dirección, dictó el curso de Filosofía Subjetiva y Objetiva. Siendo director
del colegio más reputado del norte del Perú, se desencadenaron los
desafortunados y cruentos sucesos bélicos de la Guerra con Chile, en la que el
país agresor cometió abusos incalificables de violación de los derechos
humanos. En ese aciago año de 1879 Andrés Mejía, no pudiendo mantenerse
indiferente y quieto ante el avance belicista del país del sur, se aprestó a
defender a su patria y junto al profesor Manuel María Arroyo integraron la
Columna Grau; siendo la Columna de Honor, integrada por los alumnos del San
Ramón: Gregorio Pita, José Manuel Quiroz y Enrique Villanueva los que
participaron en la batalla de San Pablo. Para cumplir con tan patriótica
lección, dejó el cargo de director del colegio después de 6 años de fructífera
labor en ese centro donde fueron sus discípulos: Germán Leguía y Martínez,
Ezequiel Burga Larrea, Arturo Osores, entre otros estudiantes que le dieron
gloria y honores al Perú.
En 1888, por segunda
vez, asume la dirección del San Ramón, cargo en el que se mantiene hasta el
primer trimestre de 1891.
En 1894, representando
a la provincia de Celendín, postuló como candidato a diputado del Parlamento
Nacional, integrando la lista promovida por el presidente Cáceres, caudillo del
civilismo de esa época; pero, su candidatura fue anulada por el propio
presidente, debido a una increíble dualidad de credenciales que se produjo con
el coronel Figueroa, que tampoco accedió al parlamento no obstante ser
protegido del gobierno.
Pasado el incidente de
la dualidad de credenciales, organizado por el coronel Figueroa, sin sabor
amargo para el eminente abogado que subsecuentemente fue nombrado Vocal
Interino de la Corte Superior de Cajamarca, en 1896, el presidente Avelino
Cáceres en un acto de tardía justicia, lo nombró Vocal Interino de la Corte de
Cajamarca y Amazonas.
La Nación y los
gobiernos que se sucedieron después de la guerra con Chile, en enconadas luchas
y guerra civil estaban en deuda con el doctor Mejía, que había desempeñado por
dos años y sólo en calidad de Interino el cargo de Vocal de la Corte Superior;
cargo merecido pero insuficiente, para un profesional abnegado.
Manuel Candamo,
presidente de la junta de gobierno que asumió las riendas del Perú el año 1895,
no obstante conocer que Andrés Mejía perteneció a las huestes de Cáceres, su
enemigo político, enmendó esa omisión histórica nombrándolo Vocal Titular de la
Corte; título refrendado por el Ministro de Justicia y Culto Luis Felipe
Villarán.
En los años de 1897,
1898, 1899 y 1910, ocupó la Presidencia de la Corte Superior por voto unánime
de los magistrados; y, en 1913 accedió a ese alto cargo por sorteo, al empatar
en número de votos con el Dr. José Rodolfo Osores.
En 1915, después de 20
años de servicios en el Poder Judicial, se jubiló por límite de edad. Su enorme
personalidad de hombre íntegro y su amplio conocimiento profesional
prestigiaron a la Corte Superior.
En 1931, fue
Presidente de la Asociación de ex alumnos de San Ramón y participó en el Primer
Centenario de su Alma Máter. A la edad de 95 años, el 06 de noviembre de 1940,
falleció en la ciudad de Cajamarca.
La ingratitud fue
aureola de este sucrense ejemplar, tarde le fueron reconocidos sus méritos de
hombre inteligente, entregado a su patria y a su profesión, elevándose por
encima de la dádiva, de la ridícula ostentación y del logro personal.
El Centro Escolar de
Sucre, llevó su nombre desde el año 1946 hasta 1972; cuando por decisión del
gobierno, las escuelas se fusionan y adquieren otra nomenclatura. Debido a
esto, la escuela de Sucre pasa a ser Escuela de Menores N° 82427, suprimiéndose
el nombre del ilustre sucrense, pedagogo, con auténtica vena de maestro, dos
veces director del Colegio San Ramón.
Profesional Equilibrado Y Honrado
Andrés Mejía Zegarra,
fue un hombre de su época, con convicciones e ideales firmes; su adscripción al
movimiento cacerista revela su extracción de clase, pues perteneció a una
familia acomodada y de nobleza hispana.
Inscrito en el Partido
de la Constitucionalidad, al igual que el caudillo Cáceres, apoyó el pago del
tributo - contribución colonial abolida por Castilla.
Abogado litigante
primero y administrador de justicia después, en el desempeño de su función de
magistrado fue equilibrado y honrado, respetuoso de la norma jurídica y jamás
titubeó para emitir sentencia, que como Vocal de la Corte le cupo sentenciar.
Supo guardar distancia
entre su función profesional y la relación familiar, cuando el hecho
profesional se encontraba con el vínculo familiar, prefirió hacer uso del
instrumento legal, que los abogados llaman eximirse.
Sobre la figura
egregia del doctor Andrés Mejía Zegarra, se ha ocupado la pluma enaltecedora
del escritor y político Nazario Chávez Aliaga y la de otros intelectuales de
ayer y hoy.
El articulista del
diario El Comercio de Lima, que firma con las iníciales C.B.L dice: "en la figura de Andrés Mejía Zegarra, se
aunaban la inteligencia más viril, el patriotismo más puro y la hombría de bien
más completa".
Galanas y exactas son
las palabras de Felipe Neri Zegarra Silva, que a pesar de su brevedad, expresan
la vida, la sapiencia y la verdad del maestro y magistrado: "Jurista y Maestro, revolucionario puro,
nervio del fervor multitudinario cajamarquino en la gesta de San Pablo y otros.
El más grande de los hombres del Huauco, Cajamarca ha querido honrar su memoria
con la balanza de la justicia, solamente al paradigma de todas las virtudes y
talentoso como ninguno".
Créditos: Libro Personajes de la Historia
Sucrense, abril 2008.
Fotografía: Libro y Manuel Delgado M.
Fotografía: Libro y Manuel Delgado M.
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