La Patria, no es término Geográfico o Literario, sino la Imagen de Hombres Vivos
(Eugenio Estushenko)
Escribe NOSS'96
Sucre, mi pueblo, mi
tierra, mi mundo luminoso y vosotros sucrenses, hombres de justicia en la mano,
del verbo en la boca y de insensibilidad profunda. Hombres que habíais sentido
el dolor profundo de la angustia vital, la desazón de la impotencia del no
poder arreglar las cosas, de este pueblo. Pueblo, de la mujer de los ojos de
muerte, de los niños de vientres hundidos.
Mi dueño y Yo, siempre
estuvimos equivocados, él por ser un perro sin amo y yo por tener a un perro
como amo; vosotros sucrenses, hombres de ideas de la pasión humana, universal y
eterna, hombres que escriben los paisajes y los hechos de los hombres de esta
tierra de sol y coraje a todos los sucrenses les invoco que en estos días de
descanso, meditación o de polémica, nos enseñen a resolver el problema de los
hombres mediante la herramienta del espíritu y de la razón. A todos vosotros les
digo que esta ciudad de adobe y de rencores, a esta casa del Santo de la Hoz y
de la Espiga, rincón de paredes cálidas para los pobres.
Sucre los necesita,
también yo y mi amo; conocemos Sucre a través de la vida, conocemos sus
jerarquías con todo lo que tiene de promesa y todo lo que tiene de lastre.
Somos un pueblo
formidable inclusive para los (perros), somos un pueblo de corazón, de
pensamiento de generosidad, al fin y al cabo, todo lo que necesitan los hombres
y los perros de positivo lo tenemos.
A lo que se refiere a
mi actitud como perro y como sucrense, he de decir, que odio la violencia o
cualquier tipo de actitud que vaya contra la libertad, odio la violencia
irracional, odio la violencia inteligente y organizada.
Ninguna de las dos
puede cambiar el país, las otras posiciones de reforma lenta o paulatina o de
revoluciones pacíficas son simplemente engañifas, la única solución para el
país es la educación. En lo que se refiere a mi persona, creo que es una
consecuencia directa de mi aptitud vital, es una consecuencia de mi aptitud,
porque yo no puedo explicar, que un sucreño comprometido con su pueblo, simplemente
tenga un compromiso teórico, yo creo que el sucreño comprometido con su pueblo,
necesariamente debe tener: una fe, una filosofía, una política y militancia
universal. En este sentido de estar adherido teóricamente y prácticamente con
los problemas del pueblo. Esto es, una militancia, lo demás es estar un día con
los alertas y el otro con los testaferros del pueblo.
Creo, pues y estoy
convencido de ello, que la única forma de hacer progreso, la única manera de
hacer positiva labor en el bienestar del pueblo es hacer cultura y es mediante la
posibilidad del dialogo Hagamos del diálogo un verdadero instrumento de trabajo,
un instrumento del mejoramiento cultural y social, al fin que el diálogo y la
meditación sean los elementos con los cuales podemos encontrar el progreso de
nuestro pueblo.
Sino recordemos a los
antiguos griegos en sus embarcaciones con los ojos pintados, cautelosos
viajaron a lo largo de la horrible costa volcánica de Italia hasta llegar al
apocalíptico paisaje del Vesubio.
El vasto cono de
ceniza inclinado del cráter, los fragmentos insulares de una gran caldera cuya
tapa voló antes que la historia comenzara, la boca infernal del lago del
Averno, cuyas emanaciones matarían a cualquier ave que volaran por ahí.
Este lugar era una
especie de Marte para los colonizadores griegos.
Fundaron ciudades sobre
la costa y escarbaron cuevas con el propósito de albergar sus oráculos, sus
mujeres sagradas.
Encontraron formas de
cultivar un terreno lleno de cráteres.
Allí, la Sibila habló
a Eneas y allí Anquises profetizó el imperio romano, y también allí si Virgilio
no miente, la Sibila previó la venida de Jesús de Nazaret.
Dante conoció asimismo
ese infernal paisaje, sólo por ese camino pudo alcanzar los divinos mundos
extraterrestres del paraíso, y todo comienza con la educación ateniense;
vivimos, en la época en la que a pesar de haber conquistado en términos
relativos unos grados de bienestar y seguridad, hay por doquier un sentimiento
de pérdida de valores, dignidad y grandeza.
En cuanto a la visión
de nosotros mismos y de nuestro pueblo, nada nos une como alguna vez lo
hicieron los grandes patriarcas de nuestro pueblo; sobre todo los jóvenes parecen
sufrir por la falta de un magno proyecto social, de una visión. La existencia
de un buen proyecto levantaría la moral de muchos sucrenses, porque
comprenderían que están trabajando por algo que merece su atención.
Necesitamos un
proyecto que nos permita buscar la belleza y la verdad a una escala mayor, así
como la labor más profunda, debe ser como la del artista, quien en forma
indirecta crea cierta abundancia de lo bello.
El desarrollo de Sucre
nos obliga a educarnos a medida que lo necesitemos. Pero a nuestras espaldas,
mientras estemos descuidados, parecerá a primera vista un desperdicio
desmedido. Sólo con el paso del tiempo comprenderemos que era en nuestro
beneficio.
Aún más tarde, tal vez
sea considerado como la clave de la supervivencia de nuestro pueblo.
Créditos: Revista El Labrador,
1996.
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