Escribe Jorge Horna
Como cada año, la Asociación Celendina
en Lima rememoró, con ceremonia
especial, el centésimo cuadragésimo octavo aniversario de creación de la
provincia de Celendín; el evento tuvo lugar el viernes 8 de octubre del
presente.
En las palabras de
orden pronunciadas por el Dr. Luis Alberto Peláez Pérez, se pudo advertir sus
puntos de vista que analizan la situación actual de nuestro pueblo.
Resaltó que la
explotación minera (Minas Conga) traerá progreso para la población; que las
“modernas” edificaciones de cemento que están reemplazando a los originales diseños
de las antiguas construcciones, son signos de desarrollo. ¿Desconoce el ilustre
abogado Dr. Peláez los riesgos que de aquí a unos pocos años con las mineras en
territorio celendino contaminen las tierras de cultivo y el agua nuestra? ¿No
sabe qué es conservación del patrimonio histórico arquitectónico urbano?
Respetamos las ideas
de Alberto Peláez, pero también es bueno conocer las razones para cuestionar
las explotaciones de nuestros minerales y la destrucción y desaparición de
nuestras ancestrales casonas, que tienen un sello único de belleza y atractivo
turístico y que fortalece nuestra identidad.
Es una realidad que la
loa a las empresas mineras sea el resultado de la millonaria campaña lanzada
por Minas Conga para convencer de sus beneficios a desprevenidos y
desinformados ciudadanos. Sin embargo, expertos técnicos independientes que ven
con preocupación la destrucción de la biodiversidad y la naturaleza, nos
previenen que no se debe realizar explotación minera en cualquier lugar, y ese
es el caso de Minas Conga en las alturas de Sorochuco, pues los yacimientos
están situados en la cabecera donde los manantiales de agua pura fluye a los
ríos Jadibamba, Chirimayo, Sendamal y por derivación al río La Llanga, que inevitablemente
serán envenenados por la contaminación minera.
Pero pasemos a la
celebración del aniversario cuyo programa empezó con la puntualidad de la hora
anunciada. Buena conducción por Luis Aliaga Bardales, secretario de Cultura de la Asociación. Oscar
Agustí con afiatada voz y excelente acompañamiento musical cantó románticas
melodías; bailes de marinera por niños hijos de celendinos; Olivia Inga del
Cuadro dio lectura al cuento “Mi caballo
Sangre Negra” de su autoría escrito en su adolescencia.
Se anunció la Exposición de libros de
autores celendinos, que debemos reconocer
como una iniciativa relevante.
Permanentemente en el desarrollo del programa se invitaba al público asistente
para que al finalizar la ceremonia se acercasen a observar la serie de libros.
Nadie, absolutamente nadie acogió la invocación, tampoco hubo disposición para
observar el conjunto de óleos de Jorge Antonio Chávez Silva que daba realce y
altura al ambiente del salón de actos.
La efusividad del
reencuentro entre abrazos y saludos y la conversa amical, distrajeron a
nuestros paisanos y paisanas. O quizá será el resultado de las carencias
tradicionales que adolece la educación peruana: nulo estímulo por la lectura y
el cultivo del espíritu para disfrutar del arte.
Wilson Silva Ramos,
que preside la Asociación Celendina,
está empeñado en darle a su gestión un matiz cultural. Bienvenido afán.
Fotografìa: Jorge Llerena
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