"Es una cosa curiosa que todos
los grandes hombres tengan siempre un grano de locura en medio de tanta
sabiduría - Juan Bautista Poquelín.
Los pueblos descubren
los motivos de su orgullo y tradición en las obras creadoras de sus hijos y en
lo que, generosamente, Dios, a través de la naturaleza, les ha dado. Del mismo
modo, una familia debe encontrar en su árbol genealógico, hechos trascendentes
realizados por sus antepasados, para exponerlos como banderas o símbolos de su
orgullo y tradición que sirvan también como antorchas que iluminen el camino a
seguir a sus nuevas generaciones, en el mismo sendero, siguiendo una tradición
de grandeza y buenas acciones.
En este propósito,
quiero que este primer libro que, a manera de relato biográfico de mi querido
padre, he colaborado en editar, sea para mí, mis hijos y hermanos, cual estela
que nos señale el camino a seguir, buscando siempre actuar correctamente, pensando
en el bien de todos, despojándonos del egoísmo que desde el comienzo de la
historia de la humanidad, es la causa de tantos males y sufrimientos entre los
hombres.
Orgulloso se siente un
hijo, cuando descubre en las acciones de su padre, actos de desprendimiento y
constante superación; cuando con su coraje y perseverancia ha sabido vencer las
más grandes adversidades representadas en el egoísmo, la envidia, el pesimismo,
el conformismo y la intolerancia; y ha sabido lograr éxitos en bien de todos a
quienes representaba.
Aunque caminando por
las calles podamos ver que la gente actúa con tanta indiferencia, pensando sólo
en sí mismos y no interesándoles sus semejantes -sino que dejando su calidad de
Hombres, pareciera que hubieran retrocedido a la situación de animales salvajes
que tienen que devorar para no ser devorados -y sintamos un desencanto por
actuar correctamente, buscando mejorar la condición de vida de nuestros
semejantes, debemos tener presente nuestra condición de seres superiores de
nuestro mundo, y como tales debemos tener una conducta superior a la de un
simple animal salvaje; sólo así debiéramos considerarnos seres humanos.
Clúber Fernando Aliaga Lodtmann
Evocación de Sucre
Por Moisés Aliaga Zelada.
Llegan a mi mente como luces
brillantes,
son mis recuerdos
de esos momentos que
me fueron muy tristes
y me siento apenado.
Tener que dejar mi rincón querido
cuna de mi vida
para dar el adiós
con un abrazo.
Unté mi pecho
al pecho de mi noble y santa
madre
en ese adiós ambos corazones
explosionaron
en ese profundo misterio de amor
maternal y de hijo.
Para luego tomar el hado al
horizonte
que el destino me señalo.
Camine con dirección a la
Quintilla
en los amarillos me detuve
desde allí te contemplé y te
fotograbé
y con mis labios las revelé
seguí y llegué al ojo de agua,
me arrodillé con el alma en la
mano
esa agua tomé.
Agua cristalina y pura que de las
rocas brota
para brindar salud y vida
a todas las generaciones de mi
añorada,
generosa y bendita tierra
sucrense.
Nunca olvidé tu maravilloso y poético
paisaje
divina acuarela que Dios nos legó
tu extensa campiña cubierta de
verde esmeralda
Tus elevados cerros celosos
guardianes
el Huisquimuna, el Lanchepata, el
distante Huashaj.
De donde se observa los trazos y
virgilianos
de avenidas indicando un futuro
prometedor
tu riachuelo, ora turbio, bullanguero
bravío
abonando los campos otrora manso
cristalino donde
los niños comienzan a bucear, en
las
diferentes posas.
Tus acogedoras colinas donde grupos
de cumpas
elevamos nuestras cometas hasta
el cielo azul
en tu laguna paseos en sendas
balsas y canoas
a las islas y lugares poblados de
la otra orilla.
en el Común bañistas de todas las
edades
semejando una playa
incomparable...
si México tiene su golfo, Sucre
tiene su laguna.
en esas aguas las cabelleras de
esas ninfas o sirenas
encantadoras parecen divinas.
Como no evocar a esos señores
parrantosos
viejos patriarcas huauqueños
que con sus trabajos colectivos
(república)
pavimentaron la ciudad con el
empedrado casi
al cien por ciento.
El templo que es un monumento
señalando el norte a las nuevas
generaciones
cuando las bandadas de garzas
blancas
surcan el cielo es aviso
la llegada de las fiestas carnavalescas
disfrazados, cuadrillas y agua a
los Shalalages.
Tus tejedoras excelentes artistas
tiernas, fieles y amorosas madres
curvadas de día y de noche
trenzando la paja toquilla y
terminar el sombrero
que tus recios hombres lo rodaran
por el mundo.
Mes de mayo ¡fiesta patronal¡
Santa imagen San Isidro labrador
invitado de honor San Antonio de Pencas
visitado por tus fieles devotos
de diferentes
lugares de la patria y pueblos
vecinos,
el 15 de mayo todos escuchan tu
misa y
luego pasan a adorarte
devotamente.
Yo te pido desde este distante
lugar me perdones
el no estar presente como es mi
devoción
por ser hijo de esa querida y
añorada tierra
que ni tiempos y distancias
han podido de mis ojos tu
presencia apartar.
En mis luchas siempre fuiste mi
bandera altiva
y firme escudo de mi serrano
orgullo
hoy que evoco tu nombre
siento que recorre por mi pecho
y aflora un prolongado suspiro de
amor
por esa orgullosa cuna ¡Sucre!
Del libro Una Mirada al Pasado, 2002.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario