Por: R.M.L
A Navidad tiene múltiples
significados, cuyos orígenes son desconocidos para un gran número de personas.
El conocimiento de sus significados y de sus orígenes hará que este día le
brinde mucha mayor satisfacción a las personas que lo celebran.
Si hemos de investigar
el tema con cierto método, podemos utilizar la siguiente división: los aspectos
históricos; las costumbres; y el idealismo de la Navidad. En cada una de estas
divisiones, consideraremos brevemente los puntos más evidentes y
significativos.
En la primera división
concerniente a los aspectos históricos, comenzaremos con Jesucristo. Por
supuesto, Jesús es la idea central en cada una de estas divisiones; es, por
decirlo así, el núcleo central de las celebraciones de Navidad. La palabra
Cristo va generalmente asociada con Jesús, para designarlo en forma más
particular, constituyendo una especie de título. El origen inmediato de la
palabra Cristo es del latín, Cristus, que a su vez tiene un origen griego. En
la versión griega de los Setenta la palabra griega Cristos se usa para traducir
la palabra hebrea Mahsiah, que nosotros escribimos Mesías, y cuyo significado
original es "El Ungido".
La costumbre religiosa
de los hebreos de ungir, era en realidad heredada de sus antepasados,
especialmente del antiguo Egipto y de Babilonia. Se pensaba que el aceite usado
en la unción le confería al individuo ciertas características espirituales y
ciertas virtudes como resultado del rito. El rito de la unción iba acompañado
de las correspondientes oraciones y liturgia, todo lo cual constituía un acto
simbólico de infusión divina, significando que por medio de la ceremonia se
recibía un manto divino de poder y sabiduría. Todos los que eran ungidos de esa
manera pasaban a ser sacerdotes, y se les consideraba como intermediarios
entre el hombre y su dios.
Las personas ungidas,
o Mesías, eran esperadas en la categoría de reyes, para dirigir a los hombres
en una batalla contra sus opresores, o bien para actuar como salvadores en un
sentido moral o espiritual. La gente esperaba la llegada de un Mesías con el
anhelo de librarse de las calamidades físicas y mentales y obtener la
salvación. Los profetas hebreos, mucho antes de la era de Jesús, hablaron de la
venida de un rey o de un Mesías. Uno de los primeros en hablar de esa manera fue
el profeta Isaías. Se decía que el Cristo, este Mesías particular, se
revestiría de justicia y rectitud, no se dedicaría a la guerra ni a la
conquista, y se referirían a él como "el Príncipe de la Paz".
Es interesante notar
que el mismo Asurbanipal, famoso rey asirio, se consideraba él mismo como un
Cristo. Fue durante su reinado que se construyó la biblioteca más grande del
mundo antiguo. Él decía: "Yo nací en las montañas que ningún hombre
conoce. Tú, Ishtar, me has traído desde las montañas para pastorear a tu
pueblo." Este rey asirio creía que la Diosa Ishtar, o sea, la Diosa del
Amor, lo había creado para convertirlo en salvador de su pueblo elevándolo a una
posición de dominio; la cual fue realmente alcanzada por el pueblo en el mundo
antiguo.
Durante el reinado
despótico de Herodes, Rey de Judea, los judíos ansiaban la llegada de un Mesías
personal, que los librase de la opresión y los abusos que estaban sufriendo.
Este Cristo, cuya llegada esperaban, había de ser "un libertador de la
casa de David." De hecho todo el populacho de Jerusalén aclamó a Jesús
como el Mesías que tanto habían esperado cuando él entró en esa ciudad. Es muy
significativo ver que la manera en que Jesús entró en Jerusalén y los demás
detalles relacionados con este hecho, estaban de acuerdo con las predicciones
tradicionales acerca de la manera en que los Mesías debían entrar para liberar
al pueblo.
Nacimiento Virginal
Los últimos seguidores
de Gautama Buda narran muchos acontecimientos extraños, con el fin de explicar
la manera de su nacimiento. La colección de estas narraciones, constituye una
parte de la literatura clásica budista, bajo el título de Jataka. Sin embargo,
estas narraciones no aparecen en las enseñanzas Pali de Buda, lo cual indica
que él nunca las enseñó. Podemos suponer, por lo tanto, que los monjes budistas
de los lamaserios, impulsados por una gran veneración hacia Buda, exageraron
varios incidentes de su vida para hacerlo aparecer como un hombre muy diferente
y superior a todos los demás. Esa es una práctica generalizada en otras sectas
religiosas cuando desean venerar a un gran líder, cuya vida idealizan por medio
de leyendas y proezas fantásticas.
No debemos olvidar que
Jesús tenía verdaderos hermanos y hermanas, quienes, según los datos, tuvieron
un nacimiento muy natural. Él tenía cuatro hermanos y algunas hermanas casadas,
cuando fue bautizado do por Juan. Entre los teólogos y otros intelectuales han
habido grandes controversias en relación con el nacimiento virginal de Jesús.
Las autoridades bíblicas han señalado el hecho de que la narración del nacimiento
solamente aparece en los evangelios de Mateo y Lucas. Más aún, Pablo, el
Apóstol, nunca hace mención del nacimiento virginal de Jesús en las epístolas
que se le atribuyen, aunque de algún modo sugiere que su nacimiento fue
milagroso y diferente del de los demás hombres. Pero lo importante no es que
Jesús naciera de una virgen en el sentido literal de este concepto. Lo
verdaderamente importante es que nos demos cuenta de que en él se encarnó el
Espíritu Divino; tal vez más que ningún otro ser humano, Jesús estaba imbuido
en la consciencia espiritual. Desde el punto de vista del concepto místico,
todos los hombres y mujeres son la encarnación del ser divino o espiritual.
Otro eslabón de la
cadena histórica de la Navidad está relacionado con la doctrina de que Jesús
era el Hijo de Dios. ¿Fue éste un privilegio exclusivo de Jesús, como la
mayoría de los cristianos pretenden? Es interesante notar que muchos siglos
antes de Jesús, en la antigua ciudad de Egipto llamada Heliópolis, y dedicada
al dios sol Ra, los sacerdotes declararon que Khufu era el hijo corporal del
dios Ra. El mismo Khufu, a quien más tarde los griegos llamaron Cheops, fue el
constructor de la Gran Pirámide de Gizéh. Subsiguientemente cada Faraón fue
proclamado como hijo corporal del dios-sol eterno.
Entre los antiguos
hebreos, Israel mismo era concebido como el hijo de Dios. En el Éxodo, Capítulo
4:22, encontramos: "Israel es mi hijo, mi primogénito." Aquí vemos
pues, que un pueblo es declarado como hijo de Dios. Si Jesús es un hijo de Dios
o el único Hijo de Dios, ha sido un asunto de acaloradas polémicas y
argumentaciones entre los teólogos por muchos siglos. ¿Se trataba solamente de
uno de varios maestros espiritualmente privilegiados, o de la persona más
cercana a la Divinidad de una manera exclusiva? Puesto que Jesús, de acuerdo
con las narraciones bíblicas, tuvo un nacimiento especial, los teólogos
encontraron apropiado asignarle una afiliación única también, diferente a la de
todos los demás mortales.
La Estrella del Oriente
Y, ¿qué diremos de la
misteriosa Estrella del Oriente? ¿En qué forma la estrella se relaciona con los
aspectos históricos de la Navidad y con la vida de Jesús? A muchas personas les
sorprenderá saber que la ascensión inesperada de una estrella en el Este, no es
un fenómeno extraordinario, y ha sucedido antes y después de los tiempos de
Jesús. Astronómicamente dichas estrellas se denominan helíacas. Son las que
salen por el Este poco antes de la salida del Sol. No se perciben a simple
vista por el día o por la noche. Los antiguos egipcios, especialmente,
observaban el ascenso helíaco de Sirio, la estrella fija más brillante. Estos
sabios de la antigüedad determinaron que el intervalo entre uno y otro ascenso
helíaco de sirio era poco más de trescientos sesenta y cinco días,
aproximadamente un año. Podemos encontrar referencias de estos fenómenos de
estrellas helíacas en épocas que se remontan a mil ochocientos ochenta años
antes de Jesús. Es posible que nuevas excavaciones arqueológicas traigan a la
luz del día inscripciones que puedan demostrar que las estrellas helíacas
habían sido observadas por los hombres en épocas más remotas todavía. Cada vez
que una estrella semejante aparecía en los cielos, ocasionaba muchas conjeturas
en las mentalidades supersticiosas. Casi siempre se las consideraba como
augurio de milagros o calamidades para la humanidad.
¿Cuál es la
explicación de las estrellas helíacas? ¿Son el resultado de alguna causa sobrenatural,
o más bien de una razón definitivamente física y empírica? En realidad son
estrellas situadas por breve tiempo en el meridiano del Sol, y en el mismo
plano del Sol. Como consecuencia de esto, mientras están en el meridiano del
Sol, los rayos solares hacen imposible que se vea la luz mucho más débil de la
estrella. Pero entonces, poco antes de la salida del Sol, o poco después de la
puesta, la estrella resulta visible de repente debido a que el Sol ha pasado a
un meridiano diferente.
Los antiguos egipcios
orientaban muchas veces sus templos por medio de esas estrellas helíacas. Se
fijaban en la posición de la estrella al salir el Sol y entonces el arquitecto
construía el portal del templo en la dirección adecuada. Y así, cuando la
estrella periódicamente salía se podía ver en el extremo del largo salón de
columnas, llamado hipóstilo, al mirar desde el otro extremo. Cada año el
sacerdote observaba el fenómeno de la salida de la estrella, que se veía como
si estuviera a la entrada del hipóstilo, y entonces, con la ceremonia apropiada
pronosticaban los hechos del futuro. Casi siempre esas predicciones eran de
naturaleza astrológica, basadas en la determinación de la posición de la
estrella helíaca respecto a los planetas. Estos sacerdotes no creían que la
estrella en sí misma poseyese una influencia sobrenatural.
Los Magos, Fraternidad Secreta
La leyenda de los
Magos también tiene un lugar definido en el significado histórico de la
Navidad. La palabra Mago significa "hombre sabio." Los primeros Magos
venían del Oriente, de los antepasados de los persas. Tenían grandes
conocimientos en todas las ramas del saber, y vivieron muchos siglos antes de
los días de Jesús. Como sabios eran conocidos, y al principio no tenían que ser
necesariamente sacerdotes, ni ocuparse de los ritos y ceremonias religiosas.
Poseían los secretos de la magia, que en la antigüedad consistían en la
comprensión profunda de las leyes naturales. Así, pues, los Magos venían a ser
los científicos de su tiempo.
Estudiaban los
fenómenos naturales para descubrir sus causas y efectos, y aplicar las leyes al
bienestar del hombre. Por eso los Magos poseían grandes poderes para efectuar
curaciones. También tenían grandes conocimientos de astronomía, astrología,
matemáticas, y estaban muy bien familiarizados con las filosofías principales
de la época.
Los Magos pertenecían
al pueblo de los medas, antecesores de los persas; ambos eran descendientes de
la raza aria, que a su vez constituía una de las divisiones de la gran raza
blanca. Esta gran raza estaba compuesta de una serie de tribus que se extendían
a través de Europa desde el Atlántico hasta las planicies del Mar Caspio. Con
el correr del tiempo se consolidaron y se volvieron a dividir; una de estas
divisiones se estableció en Irán, lo cual le ha valido el nombre de Irania o
Aria. Esta palabra significa que es de origen noble. La otra división de la
raza aria pasó al valle del Rio Indo, y son los antecesores de los hindúes de
hoy día. La palabra magos es probablemente de origen ario.
La fama de los Magos
se extendió por todo el mundo antiguo, junto con el relato de sus poderes
extraordinarios. Se les conocía como profetas e intérpretes de los sueños. Con
el tiempo constituyeron una fraternidad, un grupo secreto, con el fin de
conservar la sabiduría que habían acumulado, y para transmitirla a sus
sucesores oralmente. Nadie podía entrar en su secta a menos que demostrara sin
lugar a dudas su capacidad y vocación. Entonces, comenzaron a ejercer una
poderosa influencia política como consejeros religiosos. Como grupo
político-religioso eran tan importantes en su tiempo, en el poder que ejercían
sobre los gobernantes, como lo han sido los jesuitas en épocas más recientes.
Los Magos siempre estudiaban las estrellas helíacas. Los tres Magos
mencionados en la Biblia, sin duda hicieron un estudio astrológico para llegar
a su famosa predicción.
La segunda división
general en nuestro estudio de la Navidad, se refiere a las costumbres
tradicionales. ¿De qué modo se eligió el 25 de diciembre como fecha de la
Navidad? ¿Es que Jesús nació ese día? La celebración del 25 de diciembre como
fecha de la natividad de Jesús, tuvo su origen en Roma, cuatro siglos después
de su nacimiento. Antes de ese tiempo, durante los primeros cuatro siglos de la
Era Cristiana, la celebración de la Navidad tenía lugar el 6 de enero, fecha de
la Fiesta de la Epifanía. Se trataba de la conmemoración, no del nacimiento de
Jesús, y en realidad de la visita de los Magos a Belén. La celebración de la
natividad (Navidad), se estableció más tarde que la conmemoración de la resurrección.
Durante mucho tiempo se estuvo celebrando la resurrección cuando todavía no se
había establecido la celebración de la natividad.
El Papa Liberio de
Roma entre los años 353 y 354 descartó la fecha del 6 de enero en favor del 25
de diciembre. De acuerdo con el calendario romano, el solsticio de invierno
empezaba el 25 de diciembre. Por lo tanto, se estimó muy conveniente relacionar
la natividad de Jesús con el fenómeno del Sol en su función astronómica de
señalar el comienzo del invierno, que era una ocasión celebrada desde hacía
tiempo por el pueblo. Ese día era conocido como el día del Sol de la justicia.
También alrededor del 25 de diciembre se celebraba la natividad del dios-sol de
Asiria, que era una derivación del dios Mitra, de Persia, conocido como el dios
de la luz. Durante varios siglos esta fecha y la correspondiente celebración,
era de gran importancia. El establecimiento del 25 de diciembre para la
natividad de Jesús servía para hacer resaltar en la mente popular que Él había nacido
como hijo de un dios, por la relación que ese día tenía con la natividad de
Mitra.
La fecha del 25 de
diciembre, al ser escogida por los teólogos cristianos, no fue universalmente
aceptada por todo el mundo cristiano. Es interesante notar que la Iglesia
Oriental, que era rival de Roma y tenía su sede en Constantinopla y también en
Antioquía, no aceptó la fecha del 25 de diciembre sino hasta mucho después. La
fecha del 25 de marzo o el 28, alrededor del equinoccio de primavera, también
se había declarado como el día de la natividad. La razón por la cual muchos
favorecían esta fecha es que la primavera trae el renacimiento de la Naturaleza
y el nuevo despertar de la vida. Muchas razones filosóficas se presentaron en
favor de la fecha de marzo. Algunos llegaron a afirmar que en la fecha de marzo
Jesús había sido concebido, y debía celebrarse en vez de la fecha del
nacimiento.
De hecho, la Iglesia
Romana estaba ansiosa de corregir el sentido pagano que el pueblo le daba a las
fiestas del 25 de diciembre. Como ya dijimos, esta fecha se celebraba en honor
de Mitra, dios de la Luz. Era también la ocasión de la fiesta del Sol Invictus.
Por consiguiente, se estimó lo más apropiado señalar las fiestas de Navidad
para esa misma fecha. Desde un punto de vista psicológico, se estableció de esa
manera en la mente popular una cierta relación entre Jesús y el Sol, y los
fenómenos relacionados con el Sol siempre han impresionado profundamente al
hombre. Puesto que el Sol había sido divinizado algunas veces por los antiguos,
esta relación reforzó el concepto de la divinidad de Jesús.
La Saturnalia era una
antigua fiesta romana en conmemoración del dios Saturno. Las fiestas de la
Saturnalia tenían lugar durante la semana del 17 al 24 de diciembre. Muchas
costumbres de la Saturnalia llegaron a incorporarse a nuestras celebraciones de
Navidad. Más aún, la mayoría de las costumbres y maneras de celebrar la Navidad
en todo el mundo no tienen un origen cristiano, sino que representan un
sincretismo, es decir, un esfuerzo de reconciliar varias costumbres paganas.
El regocijo de la
celebración de la Navidad, constituía un aspecto importante de la fiesta de la
Saturnalia. Todas las escuelas se cerraban durante esa semana; la alegría y el
júbilo se apoderaban de la gente. No se castigaban las transgresiones menores
de la ley, no era necesario vestirse en la forma acostumbrada, ni existían en
esos días las diferencias sociales. Tanto los esclavos como los amos
participaban en los convites en una misma mesa; todas las clases sociales se
ofrecían regalos mutuamente. Estos regalos consistían en gran parte en obleas
de cera. Sin embargo, muñecas de barro y juguetes se les daban a los niños;
también se tiraba confetti y se usaban disfraces. Repetimos que muchas de estas
costumbres fueron transferidas a la celebración de la Navidad, como resulta
evidente todavía.(El Sincretismo que la mente popular hace con las costumbres,
a veces ayudada por los teólogos, artistas e intelectuales, puede verse, por
ejemplo, en México, donde la celebración de la Navidad también comienza el 16
de diciembre con las fiestas llamadas Las Posadas; en estas fiestas algunas
tradiciones indias y cristianas se reúnen para producir un ambiente lleno de
regocijo y colorido)
Algunas costumbres de
nuestras celebraciones de Navidad, se han heredado de las tribus nórdicas de
los teutones. Estas tribus tenían la fiesta de Yol (Yute), cuyo motivo
principal era celebrar el rito del sol después de los cuarenta días de
obscuridad, debido a la ausencia del Sol durante una parte del invierno en las
altas latitudes. Puesto que la época de Yol tenía lugar durante la larga noche
del invierno nórdico, las supersticiones abundaban entre la gente. Creían que
durante el largo período de obscuridad los demonios y espíritus maléficos
rondaban por todas partes. Más tarde, sin embargo, cuando su mentalidad avanzó
y obtuvo una comprensión exacta de las cosas, estos demonios fueron
transformados por la mente popular en tipos cómicos, y la gente misma se
disfrazaba como demonios, con cuernos y rabos, en un espíritu de fiesta. Iban
de una casa a otra con regalos que se ofrecían mutuamente y con juguetes para
los niños. También tenían grandes cenas.
También en Alemania
tenían grandes celebraciones en ocasión del solsticio de invierno, despidiendo
el año viejo y dando la bienvenida al año nuevo.
En los Estados Unidos
y otros lugares, el "mistletoe" o muérdago (planta sagrada de los
celtas y los galos), se deriva de las antiguas prácticas religiosas de los
celtas. Se dice que los sacerdotes celtas usaban ramas de esta planta cuando
saludaban al Sol naciente, o al dios sol. Stonehenge, en las planicies de
Salisbury en Inglaterra, probablemente fue construido por los antiguos druidas.
Las reliquias de sus monolitos todavía pueden verse, formando una especie de
sala entre columnas, y unas estructuras circulares. Se supone que los
sacerdotes se paraban en esas columnatas (que están orientadas hacia el Este),
sujetando en alto con la mano derecha una ramita de muérdago, como salutación
al Sol naciente.
Otras decoraciones
verdes, de ramas, que añaden tanto colorido a la Navidad, tuvieron su origen en
Alemania, en el siglo diecisiete. El Árbol de Navidad, que tiene tanta importancia
en nuestras celebraciones y constituye un centro de atracción por sus
decorados, probablemente tenga su origen en un animismo primitivo, que rendía
culto al árbol. Los animistas creen que todas las cosas están vitalizadas por un
espíritu o inteligencia especial. El árbol sugería el concepto de la
inmortalidad, pues sus raíces penetran profundamente en la tierra y su parte
superior se dirige hacia las regiones celestiales. Por esta razón los griegos
tenían grutas y huertos sagrados donde, en un ambiente que hacía pensar en lo
divino, efectuaban sus misterios y ritos sagrados, con las iniciaciones
correspondientes. El Árbol de Navidad pudiera tener también alguna relación con
el tronco de Yol, que también se adornaba con sentido religioso en el antiguo
rito de los teutones.
Tal vez el símbolo más
popular de la alegría de la Navidad es Santa Claus, que se deriva de la
tradición de San Nicolás, antiguo obispo de la ciudad de Myra, en Asia Menor.
Tuvo que sufrir persecuciones, fue arrestado, y sufrió tormentos durante muchos
años. Al convertirse en mártir obtuvo un gran número de devotos. Se le
atribuyeron grandes proezas y actos de generosidad que hicieron resaltar su
importancia ante los ojos del mundo. Entre otras cosas se decía que San Nicolás
les había dado dotes a las hijas de los campesinos pobres para que pudieran
casarse, y nunca pregonaba los actos generosos que realizaba. Más tarde también
se dijo que San Nicolás ofrecía muchos regalos secretamente en su día, y se le
ha presentado siempre como un protector de los niños; las estatuas que lo
representan en varias partes de Europa, muestran a los niños sujetándose a su
túnica. El nombre Santa Claus, se derivó por evolución fonética del nombre
holandés San Nicolás; fueron precisamente los primeros colonizadores holandeses
quienes trajeron esa tradición al Nuevo Mundo.
Idealismo
La tercera división
del significado de la Navidad, se refiere a su idealismo. Claro está que no
puede existir ningún maestro religioso, ni ninguna enseñanza religiosa o
espiritual, que sea universalmente aceptada en todos sus detalles por todos los
hombres. La inteligencia de los diversos pueblos, las asociaciones mentales y
la diversa educación y diferente ambiente de las personas, hacen que miren las
mismas cosas con muy diversos puntos de vista. Cada individuo deriva una
interpretación diferente de sus experiencias, de acuerdo con la elevación o
desarrollo de su consciencia, de su habilidad de comprender y percibir. Sin
embargo, en el mundo inmediato de cada ser humano hay algún personaje a quien
conoce personalmente, o de quien ha oído hablar o acerca del cual ha leído,
cuya vida ejemplar constituye su propio ideal. Todos concebimos una forma de
vida, o la vida de algún personaje, como la representación de lo que
consideramos lo mejor y más excelente.
Sin embargo, lo que
una persona considera como verdad, y aún como milagro, para otras personas no
es así. Hay quienes consideran las creencias sagradas de otros no como
realidades sino como fantasías. No es que quieran ser sacrílegos o parecer
ateos; es, sencillamente, que lo que otros veneran no armoniza exactamente con
su concepto de lo espiritual. Se ha dicho que la belleza está en los ojos del
que la contempla. Así también, la espiritualidad está en aquello que despierta
la armonía del alma; de otra manera la espiritualidad que hay en una tradición
carecería de sentido. Nada se pierde al comprender que muchas de las costumbres
que hoy se relacionan con Jesús no tenían ese mismo significado en épocas
pasadas. Por el contrario, esto demuestra que los hombres han ido cultivando
gradualmente un concepto más amplio de lo bueno, y en todos los tiempos han
encontrado cosas que representan la espiritualidad. En consecuencia, una
personalidad que representa lo bueno que hay en todo, ha servido como centro de
atracción y se le han atribuido todas las virtudes del pasado. En todas las
épocas los hombres escogen, cual si fueran joyas, las cosas que representan sus
ideales.
No importa que los
hombres crean o no crean la narración de la natividad de Jesús según la
exégesis cristiana. Mucho más importante es que para ellos Jesús se convierta
en un símbolo de los conceptos más nobles, hacia los cuales la humanidad
espiritualmente se encamina. Después de todo, lo divino ha de ser siempre lo
ideal. Los ideales no pueden reducirse completamente a hechos concretos, puesto
que de este modo estarían limitados a la materia objetiva de que se componen.
Los ideales humanos han de elevarse más alto que los hombres que los conciben,
ayudando a levantar sus propias naturalezas. El concepto espiritual es siempre
la culminación del crecimiento moral de la humanidad y representa las mayores
alturas que ha alcanzado en una era determinada. La Navidad y la narración
bíblica de Cristo, están entre los ideales espirituales más elevados y
admirables que el hombre haya logrado concebir.
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