Base para el desarrollo integral,
armónico y sostenible de Cajamarca.
Por. Aurelio Martos Díaz
Cajamarca posee 13
provincias, con 127 distritos, con una extensión de 33,318 km2. Su población
total es de l' 515,827 habitantes. Es un Departamento totalmente rural
(74.971); la provincia con menor ruralidad es Cajamarca, de 288,865 habitantes
el 54.72% es rural y la de mayor ruralidad es San Ignacio que de 144,693, el
89.62% es rural. (Fuente INEI1998-99).
Si se quiere construir
las bases para un desarrollo integral, armónico y sostenible que Cajamarca
exige y tantas instituciones y políticos ofrecen y parafrasean, en el marco de
un proceso de descentralización irreversible, se aceptara que el área rural es
la base y punto de partida para una Planificación participativa y concertada
con todos los sectores estatales, privados y la sociedad civil.
Aun cuando a nivel
nacional hubo una decreciente inversión pública en el sector rural en el lapso
1995-1999. Se redujo de 970 millones de dólares en 1995 a 367 millones de
dólares en 1999. A esto se suma la vulnerabilidad de la actividad agraria,
frente a fenómenos naturales extremos como las heladas y sequías.
La vigésimo tercera
Política de Estado del Acuerdo Nacional (22/07/2002) se refiere a la Política
de Desarrollo Agrario y Rural" y su objetivo, según el Decreto Supremo N°
065-2004-PCM, (5/09/2004) es: Impulsar el desarrollo humano en el espacio rural
con criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental, equidad y
democracia de las decisiones locales. Y uno de sus lineamientos estratégicos es
"Impulsar una economía rural competitiva, diversificada y
sostenible".
En el área rural,
además de la actividad agraria existen otras actividades económicas, culturales
y sociales. Debemos cambiar de lentes para mirarla con otros ojos y no
considerarla como siempre: un lugar de miseria, pobreza, de pobladores
ignorantes, que estiran la mano para recibir una limosna. Creemos en sus
grandes potencialidades de recursos naturales, mayor población que espera
oportunidades para desarrollarse, mejorando su productividad, ser más
competitivos y sostenibles en el tiempo.
La sociedad minera y
la urbana tienen una gran deuda social y económica con la población rural por
el sesgo en atención en bienes y servicios con mayor privilegio al área urbana
y menor atención al área rural, originando la gran brecha en estos servicios
básicos ejemplo agua potable, luz, agua, desagüe, teléfono, educación, salud,
además de vivienda, vías de acceso, etc. Por lo tanto, es tiempo de acortar
esta brecha usando una estrategia regional para el desarrollo rural, lógico sin
perder de vista el área urbana.
Los diferentes
sectores como Producción, Transportes, Vivienda, Turismo, Salud, Educación,
agricultura, y Minería deben elaborar un Plan Concertado a largo, mediano y
corto plazo para revertir la tendencia urbanística solamente; teniendo como
aliados estratégicos principales a los Gobiernos locales, organismos privados y
a la sociedad civil, logrando una transformación social, económica, y cultural
rural y urbana. La decisión política del Gobierno Regional y entes financieros
permitirán tener suficiente inversión con la cual se logrará la innovación a
través de la investigación que producirá tecnologías necesarias para elevar la
productividad y competitividad del área rural.
Trabajos aislados
permiten gastar recursos en forma dispersa y sin articulación a planes
productivos o sociales de consenso local o regional, eleva el costo de su
aplicación y no resuelve los principales problemas del desarrollo rural,
permitiendo solamente el despilfarro de los pocos recursos de que se dispone.
Las medidas de
política asociadas con la solución de los problemas ambientales deberán atender
tanto a los aspectos inherentes a la extracción de recursos, uso de la
biodiversidad, producción de bienes y servicios como aquellos que tienen que
ver con las reglas de juego para su aprovechamiento y conservación.
De la revista El Labrador, mayo 2006.
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