Plaza de Chalan, perusva |
La escarcha de belleza boreal y la niebla que
lame recuerdos, son parte vital del porvenir
I
Vistió la cumbre una
tarde ambarina
con estribos hacia tu
hermosura.
tus callejas y
tejidos. Esa cobertura
de una fase que
infinita te ilumina
Picos tutelares, al
fondo el Marañón.
con su voz de leyenda
nos envuelven
en himnos arrieros que
absuelven
pesca que ausculta una
oración.
Destacan dos torres y
sus campanarios
con el río a tus pies
en su gradiente
y arriba el camposanto
en media loma.
Cuántas noches
agotaron los rosarios
al recato de profunda
buena gente.
a la fiesta de todo
sol que asoma...
II
Cabalga en su potro
aquel hermano
que la anca escapó con
su amada...
cruzando de la Llanga
su cascada
dichosos en invierno y
en verano.
El amor que despunta a
ras de tiempo
es amor de Agua
Blanca, inolvidable,
que diáfana robulle
inexplicable...
a rodar dondonadas que
contemplo..
Tu historia es
historia de prohombres.
grandeza soñante desde
Muyoc Chico.
por un viejo sendero
hacia la Chokta.
Hay vestigios fuentes
cuántos nombres
viviendo arcano, en
tanto pajarito...
nidal de ilusión que
no pernocta.
III
Chalán. Pueblo mío. Yo
te canto
en niebla marfilina a
cada hora.
en asaltos de lluvia
bienhechora
en alma que pena algún
quebranto.
Embarca mi recuerdo tu
esperanza
jornadas que ausentan
o nos abstraen
a dos manos un latido
de bonanza.
Cuando peregrino goce
de tu posada
cuando triste de tu
cálido consuelo
en mi orfandad tu
inmensa compañía.
Chalán de mi amor.
Bíblica morada
hay en tu estela,
multiplicado anhelo
en tus auroras calma y
alegría.
Chalán, por perusva |
De la revista El Labrador, mayo 2000.
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