Por
Tito Zegarra Marín
A casi 5 meses del
mandato municipal de Wilson Zavaleta Pérez, creo necesario hacer unas breves
reflexiones sobre su desempeño en ese poco tiempo (más de cien días por cierto)
y sobre lo que podría realizar en los años que vienen. Solo me ánima el deseo sincero
de aportar modestamente con algunas ideas y de sugerirle asuma, en lo
inmediato, aquello que Sucre espera: planificar y ejecutar obras.
Fundo El Común |
Días previos a las
elecciones e inmediatamente conocido su triunfo electoral, le manifesté que
debía iniciar su mandato bajo dos premisas: un plan inmediato de pequeñas obras
y un compromiso para actuar con absoluta honestidad; paralelamente, debía
proyectar obras de mayor envergadura.
Sobre lo primero,
le expresé que es indispensable elaborar un plan a corto plazo para construir
pequeñas obras que podrán estar listas o en proceso, hasta los días festivos de
mayo. Entre ellas: la reconstrucción de la pared de entrada del cementerio
local que se está cayendo a pocos o la pavimentación de las dos cortas calles
entre la Plaza de Armas y el Jr. Clodomiro Chávez. Pequeñas obras, que muy bien
podrían hacerse con el poco presupuesto que queda después de cubrir gastos
corrientes (sueldos, compra de bienes indispensables y otros).
Por algún motivo no
ha sido posible y tratando de recuperar el tiempo perdido (lo cual está muy
bien), el alcalde ha anunciado en cabildo abierto de mediados de abril que
construirá en lo inmediato una escalinata hacia la cruz en el cerro Huishquimuna.
Es un excelente decisión, aunque lamentamos no haya sido receptivo al deseo de un
grupo de amigos que queríamos hacernos cargo de esa obra y que más de una vez
hicimos de su conocimiento. Lo bueno es que se haga y que Sucre disponga de un
estupendo atractivo turístico que permita gozar de su inigualable panorama
paisajista y de aliviar la salud orgánica de muchos de sus hijos.
Sobre los proyectos
de mayor alcance, aunque muy brevemente, convenimos que debían estar orientados
a contribuir en la mejora económica de algunos segmentos de la población y en el
adelanto material y social del distrito. En ese sentido, precisé que uno de los
más importantes sería el que propicie hacer un manejo empresarial de los
predios ganaderos El Común y El Sauco. Lo que significa, entre otras cosas, constituir
una pequeña empresa industrial con capacidad de darle valor agregado al insumo
leche, es decir, transformarlo en productos variados y de calidad para el
consumo y el mercado: queso, yogurt, mantequilla, entre otros.
Wilson, como distinguido
economista, sabe lo mucho que significa poner en marcha un proyecto de esas
características; por eso lo tuvo muy en cuenta cuando a lo largo de la campaña
electoral, le prestó especial interés, lo fundamentó e incluyó en sus planes de
gobierno a mediano plazo. Por supuesto que al lado de él, consideró a otros que
de una u otra forma contribuirían al desarrollo integral de Sucre y, en lo
particular, a hacer de soporte y garantía de continuidad del proyecto principal
en referencia. Estos últimos, sin embargo y a decir de muchos, devinieron en exagerados
y ambiciosos, pero no por ello, dejan de ser realistas y de beneficio social. Son
los siguientes:
·
Implementación desde el primer día
de enero de un comedor popular.
·
Construcción de las pozas de
oxidación para el tratamiento de aguas servidas en coordinación con los tres
distritos.
·
Nuevas carreras para profesionales
el Instituto Tecnológico A. Rocha Z. de Sucre.
·
Organización de bibliotecas
básicas y servicio de internet en las instituciones educativas.
·
Construcción de la casa del
estudiante para alumnos de lugares lejanos.
·
Reapertura de una oficina del
Banco de la Nación en la localidad de Sucre.
·
Asfaltado de la carretera Sucre,
José Gálvez y Celendín en coordinación con los distritos involucrados.
·
Funcionamiento de la planta
chancadora de piedra.
·
Reconstrucción del Palacio
Municipal con ambientes para todas las entidades públicas.
·
Manejo empresarial y turístico de
los fundos ganaderos El Común y El Sauco, para darle valor agregado al producto
leche.
·
Drenaje y mejora de pasturas en
los solares de la campiña de Sucre.
·
Mejora de caminos y carreteras de todos
los caseríos.
·
Transferir el haber que le
corresponde como alcalde, a un fondo
manejado por terceros para fines sociales.
·
Reestructuración del túnel
profundizándolo un metro para ampliar su luz y facilitar el discurrir de las
aguas de los tres ríos.
·
Poner en valor los yacimientos arqueológicos
de importancia de los caseríos.
·
Reubicación del parque ecológico a
un lugar más apropiado.
·
Mejoramiento integral del sistema
de agua potable de Sucre y sus caseríos.
·
Reducir el número de personal,
técnicos, profesionales y obreros, a fin de tener mejor cobertura para realizar
obras.
·
Organización de una pequeña
empresa productiva sobre la base del maquicentro que se encuentra en el Colegio
San José.
·
Pavimentación de algunas cuadras
del jirón 15 de Mayo.
·
Reconstituir la banda de músicos
local para ponerlo al servicio de la comunidad.
Como
vemos, es una gama de proyectos (propuestas a convertirse en proyectos) que
serán difíciles de ponerlos en práctica en su totalidad, entre otras cosas, porque
son pocos años que se dispone y limitados los recursos pecuniarios. Pero no por
eso, nuestro amigo alcalde, debe eximirse de la enorme responsabilidad (ética y
política) que tiene para con su pueblo: dar efectivo cumplimiento a lo
prometido, sobre todo a aquellos proyectos de mayor trascendencia, entre los
que destaco el asfaltado de la carretera Sucre, José Gálvez, Celendín. Ante lo cual,
las instituciones y ciudadanía en general, deben permanecer atentas y
vigilantes.
Pero permítame reiterar, acorde con mi
concepción social, que el proyecto de más importancia, de alcance eminentemente
social y sostenible en el tiempo, es aquel que tenga como objetivo dotarle de un
manejo empresarial y turístico al fundo ganadero El Común, a través del cual se
desarrolle y consiga lo siguiente: mejora del terreno, pasturas y ganado,
incremento de la producción de leche, constitución de una pequeña industria
láctea, generación de trabajo y fuentes de ingreso, conectividad con los
mercados, movilidad social y comercial, entre otros; a la vez, aprovechar sus
condiciones paisajistas y estructurales (el túnel) para impulsar el turismo.
Por cierto no será fácil se concretice ese
gran proyecto, se requiere de mucha visión, capital financiero y capital humano
especializado y mucha transparencia para manejarlo. No obstante ello, veo que las
condiciones son favorables, las exigencias de factibilidad igualmente son de
las mejores y el momento más indicado para proyectarlo e impulsarlo es,
precisamente el que nos encontramos. Apostemos a ello, sin temores ni
vacilaciones y siguiendo ejemplos de casos exitosos: la granja Porcón en
Cajamarca y la cooperativa Huacariz, en el distrito de Jesús, De la atención
que le dedique la actual gestión municipal y de los esfuerzos que haga para
ponerlo a caminar, dependerán, en mucho, la progresiva mejora del nivel de vida
de muchas familias y el éxito de Wilson, como alcalde.
Con relación al segundo punto, referente a la
honestidad y transparencia en la administración presupuestaria, le manifesté lo
siguiente: La mejor forma de transparentar el manejo presupuestario es haciéndolo
de conocimiento público ya sea en forma escrita o a través de los cabildos
abiertos. Ello significa que, mes a mes, se debe informar sobre el total de
ingresos recibidos y recaudados (foncomún, canon y recursos propios) y sobre el
total de gastos del mes en forma detallada, exacta y que incluya absolutamente
todo: gastos por pago a trabajadores y jubilados, dietas, compras de bienes y
otros, gastos en viáticos, gastos en representación, combustible, arreglos de
equipos y maquinaria, gastos en obras de
construcción (sí las hubiera), y otros. Creo, sin equivocarme, que este es el
mejor método para demostrar limpieza y decencia en el manejo municipal. Abogo
por que así sea.
Algunos amigos me
han sugerido no dejar de referirme al asunto del exceso de personal y a los
malos tratos que se vienen dando dentro de la institución municipal. Sobre lo
último, no tengo mayores pruebas, pero sí parece que se ha sobrecargado de
personal a la municipalidad en forma contraria a lo propuesto en campaña. Se
pone como ejemplo, el contrato de hasta 4 veterinarios (uno de ellos
zootecnista, de función similar), de tres auxiliares en la oficina de Registros
Públicos, de un (o dos) abogados de planta, y de tres contadores. Pero lo que causa
malestar, es que varios de ellos no sean sucrenses sino importados de otros
lugares, olvidando que tantos jóvenes de la tierra a la que decimos querer, de
verdad necesitan.
Son pocos meses de gobierno de este nuevo equipo
edil, es cierto, de todos modos, vayan estas reflexiones y nuestros votos porque
más fuerza y dedicación cunda en todos ellos.
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