Por Ing. Secundino Silva Urquía.
Un fin de semana de enero 2017, fui a Puente Piedra, a invitación de
Jaime García, amigo y paisano del caserío sucrense de Cajèn. En una losa
deportiva encontré a otros paisanos, entre los que estaba Renán García, el
actual alcalde del Centro Poblado Calconga. Luego del saludo de reencuentro,
conversamos acerca de la realidad y coyuntura de nuestra tierra; precisamente
él fue una de las tantas personas que apoyaron mi candidatura a la alcaldía de
Sucre, en la campaña del 2014. Me informó que justo ese día, en horas de la
noche iba a tener una reunión con paisanos de los caseríos del Centro Poblado
Calconga, residentes en Lima. Acto seguido me invitó a quedarme y participar en
dicha reunión, a lo que accedí gustoso.
A las 7:00 p.m. se inició la reunión con más de una treintena de
paisanos, mayormente jóvenes. De entrada, el alcalde saludó, agradeció a todos
por su presencia y dio lectura a la agenda. El primer punto era algo así como: “Creación de una organización de paisanos de
los caseríos del Centro Poblado de Calconga, residentes en Lima”; y el
segundo: “Tareas y gestiones a realizar
para apoyar el progreso del Centro Poblado y caseríos”. Entre estas tareas
y gestiones, y para no dilatar la reunión, la autoridad indicó que serían solo
dos. Uno: “Colaboración de los paisanos
para la realización de la fiesta patronal en honor a San Juan Bautista”; y dos:
Inicio de la gestión para que Calconga
sea un futuro distrito”.
El alcalde delegado hizo un informe acerca de su gestión, no sin
expresar el total desinterés del alcalde distrital, Wilson Zavaleta Pérez, para
hacer obras en los caseríos del centro poblado Calconga. La muestra màs palpable
de este desinterés es la situación de la infraestructura del puesto de salud,
que pese haber sido declarado inhabitable, sigue ocupado por el personal y los
pacientes; y la espera para que esta obra se inicie continúa. A propósito, debo
recordarle al alcalde distrital que en el debate que sostuvimos en Calconga en
septiembre del 2014, se comprometió, como nos comprometimos todos en caso de
resultar elegidos, a ejecutar esa obra con carácter de prioridad. En todo caso
aquí está el reclamo y ojalá, desde su gestión edilicia, reaccione...
Pero volvamos a la reunión de Puente Piedra. Ésta se desarrolló con
normalidad y el resultado fue que aquella noche se creó en Lima, el “COLECTIVO CENTRO POBLADO CALCONGA”,
cuyo presidente electo es Jùber Díaz. El naciente grupo humano, de inmediato,
se planteó su primera tarea: organizar un campeonato intercaserìos de mini
fútbol, para apoyar la celebración de la fiesta patronal en honor a San Juan
Bautista y aperturar una lista de devotos y colaboradores para tal fin. A la
fecha el mencionado campeonato está en pleno desarrollo, con al menos ocho
equipos, y ha sido difundido por Radio “Kaliente” de Celendín y por la red
social Facebook.
Para la segunda tarea: “Inicio de la gestión para que Calconga sea
un futuro distrito”, el alcalde abrió un rol de intervenciones, basando
esta necesidad en el ya señalado desinterés de la gestión municipal distrital
de Sucre. En resumen, se acordó que los miembros de la Junta Directiva del naciente
colectivo, tendrían que asesorarse para conocer la ley vigente de creación de
nuevos distritos; y buscar apoyo a la gestión en propio Congreso de la
República. Designaron para contar con el asesoramiento inmediato a la abogada Ruth
Elena Yupanqui Torres, hija de padres calconguinos.
Debo terminar este artículo haciendo algunas reflexiones.
Primero.- Esta pretensión de crear un nuevo distrito en las alturas de Sucre no
es nueva; tal vez surgió como idea, hace ya varias décadas, en la cabeza de
algunos ciudadanos de la propia capital distrital de Sucre, que tuvieron la
pretensión de hacer de este distrito, una nueva provincia de Cajamarca. Entonces
se dijo que Calconga pasaba la evaluación para convertirse en uno de los
distritos de la posible provincia de Sucre.
Segundo.- En esta época de modernidad y globalización, es deber de las
autoridades, políticos y dirigentes sociales, bregar y trabajar por la
integración de los pueblos. Sucre requiere tener liderazgos integradores tanto
en la ciudad como en sus caseríos de la altura. Creo que esto debe ser màs
fácil y viable que dividirse. Sin embargo, la mía es sola una idea. Y no por
esto, dejo de reconocer como comprensibles las razones que mueven a muchos
ciudadanos de los caseríos sucrenses, como Renán García, a pedir que se inicie
la gestión para la escisión o separación del distrito de Sucre.
Aún no es preciso pensar o analizar las consecuencias o impactos,
ojalá todos positivos, que una escisión legal del distrito de Sucre ocasionaría
para un lado y otro.
Tercero.- Si mal no recuerdo, desde los primeros años de la década de los
noventa, he sostenido la necesidad de una cambio de mentalidad de los sucrenses
en torno a la integración ciudad-anexos; de adoptar una nueva visión del
distrito que requeríamos reconstruir, desde el punto de vista social, económico
y político; de la necesidad de construir las obras de infraestructura vial que
nos permitan interconectar adecuadamente a la ciudad capital con los anexos
(centros poblados y caseríos); como antaño lo hacían simples y accidentados
caminos de herradura. Y debo confesar que, luego de mi participación en dos
campañas electorales municipales; y pese a la difusión que se dio a estos planteamientos;
no he observado voluntades ni encontrado decisiones para el cambio radical. Lo que
he observado es resignación con el estado u orden actual de cosas. Ojalá,
alguna vez los sucrenses no se equivoquen y elijan bien a sus autoridades y den
inicio a los cambios urgentes y necesarios. Que nunca sea tarde.
Puedo sugerir algo a sucrenses, josègalvinos y jorgechavinos, para que
el futuro no nos coja desprevenidos: conversen, acuerden y hagan uso de la mancomunidad municipal de
los tres distritos de la campiña, y miren San Juan de la Alianza (El Isco).
Zonifiquen, compren terrenos, expropien, permuten; etc. Y proyecten hacer allí
un polo de desarrollo comercial; eso que pese a sus limitaciones hicieron los
caseríos de la altura en Cruzconga... “Soñador…”, me dirán algunos; “claro, las
grandes obras nacen de los sueños”, respondo. Cuando ejecutaba el proyecto “La
Quesera”, don Pedro Chávez me contò que el sueño de llevar el agua de ese río a
la campiña de Sucre, venía desde la juventud de don Arístides Camacho; el
extinto dueño del hostal Sucre en Cajamarca. Y vaya que su sueño se hizo
realidad, incluso el agua llegó màs allá; aunque él ya no estuvo para verlo.
Piura, 05 de mayo del 2017
(*)
Artículo publicado en la revista “EL LABRADOR”- mayo del 2017.
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