LA CHOCTA EN CELENDÍN

Tito Zegarra Marín

       Al sur de Celendín, distrito Oxamarca, se ubica uno de los centros arqueológicos más importantes de la provincia y región: La Chocta. El sabio Julio C. Tello identificó en ese lugar rasgos inequívocos de la cultura de los marañones. Investigadores como Federico Kauffmann, Henry y Paule Reichlen y Keit Muscut, después de visitarla, destacaron su valor histórico y cultural.  

       La Chocta fue una pequeña y significativa llacta (población preincaica), vinculada a las culturas Cuismanco y Chachapoyas, cuyas expresiones materiales más notables son las chulpas, pequeñas edificaciones de piedra que se alzan en un paraje excepcional, con vistas al importante río Marañón y a territorios de Chachapoyas y Bolívar.

       Las chulpas (chuilpas) se distinguen por su singularidad histórica; solo en Cutervo y Puno existen algunas algo parecidas. Por la función funeraria que cumplieron conformaron una importante necrópolis, cuyos vistosos y dispersos mausoleos (guardando las debidas proporciones) sirvieron como nichos para miembros de la clase dirigente, incluidos niños.

      Estas edificaciones fueron construidas sobre la base de lajas y piedra caliza semilabrada, en estructuras que alcanzan de uno a tres niveles bien definidos, comparten características arquitectónicas comunes: techo de dos aguas, cornisas, hornacinas y pequeñas puertas y ventanas. Algunas son emblemáticas, entre ellas la de tres pisos conocida como “La Torre”, ubicada en el caserío cercano de Piobamba.  

      Cuando fueron estudiadas por Tello en septiembre 1937, se registraron 27 chulpas en regular estado de conservación y estimó que debieron existir alrededor de 100 en dicho centro y alrededores. En la actualidad, se ha podido verificar la existencia de 17, aunque expuestas a riesgos naturales y humanos.

        Además de las chulpas, el complejo arqueológico comprende otros restos relevantes: el templo de adoración situado a la entrada, la portada de piedra de ingreso a la zona central, un recinto circular con graderías bautizado como anfiteatro Tello y vestigios de una muralla estratégica ubicada en el sector oriental. El arqueólogo celendino Moisés Chávez Velásquez considera que La Chocta fue una necrópolis y un centro religioso-administrativo.

        En setiembre de 2008, inquietos por conocer algo más de ese legado histórico, emprendimos una visita al lugar junto con el profesor Daniel Quiroz Amayo. En julio de 2016, con el sociólogo Wilder Sánchez Sánchez, acompañamos al investigador de la Universidad Católica de Lima, Samuel Amorós, quien hizo mediciones, tomó diversas fotografías y recopiló datos valiosos. Así mismo, expresó su admiración por la belleza paisajista y por el caudaloso Marañón, que en ese punto recibe las aguas del río Mirilis. “Este importante legado tiene futuro cultural y turístico”, comentó.

       No obstante, queda mucho por hacer en La Chocta: restaurar sus estructuras, conservar y proteger el sitio, habilitar accesos adecuados, implementar ambientes de descanso, servicios básicos, señalización y promocionarla. Algo se está propiciando: la cooperativa agraria del lugar está empeñada en ponerla en valor para hacerla atractiva al turismo, y el promotor turístico Franz Trotamundos ha editado un hermoso e ilustrativo video “Hatun Chocta”. Son señales alentadoras. 

        Finalmente, una invitación a las instituciones educativas: visiten, conozcan y valoren a esa cuna fundamental de nuestra historia. El año 1964, siendo alumnos del colegio Coronel Cortegana, fuimos hacia allí a pie. Una experiencia para no olvidar.