La faceta política del
laureado escritor peruano Ciro Alegría (1909 1967) es poco estudiada por los
estudiosos de la literatura en general y de la obra de Ciro Alegría en
particular.
Lo más desconcertante
es que el propio autor de la Serpiente de Oro no le prestó mucha importancia y
habló afónicamente al referirse a esta dura etapa de su vida que le demandó
harto sacrificio y encarcelamiento en dos oportunidades.
"Comenzamos a
trabajar por el APRA, repartiendo volantes en los cines, donde con gran
concurrencia obligada se celebraba el día del carácter impuesto por el dictador
Leguía", confiesa el escritor huamachuquino.
Más allá de esta
franca confesión Ciro Alegría se acerca a la política influenciado por las ideas
renovadoras de la revista Amauta, a través del ejercicio periodístico y
obviamente excitado por el aprehensivo gobierno del tirano de turno Augusto
Bernardino Leguía.
Periodista agraz,
desde la tribuna sanjuanista "un semanario tabloide plagado de espíritu
beligerante con ganas de renovar el mundo y alegre humorismo" se adentra
en las oceánicas aguas de la política con artículos que vaticinan su futuro y
vena de gran escritor.
Autor de una trilogía
de novelas es cultor de la literatura indigenista cuyo centro es el indio y su
problemática, fundamentalmente del indio andino del norte del Perú, en sus
obras los personajes aparecen tal como son "brutalizados no
sublimados".
Ciro Alegría Bazán, --
inició en el APRA según su propia declaración desde muy joven, después de
trajinar y batallar con la pluma decide incorporarse al partido de Haya de la
Torre en 1931, formando parte del Comité Ejecutivo del 1er Sector Aprista del
Norte, a causa de la tarea intensa de su partido contra el general tirano Luis
Miguel Sánchez Cerro, en Diciembre es apresado y encarcelado en la cárcel de
Trujillo hasta el 7 de Julio de 1932, siendo liberado por la revolución de
1932. Doce años más tarde, cansado del histrionismo del compañero jefe,
desilusionado y con el perfil bajo se retiro del partido de las alianzas 1944.
El año 1962 fue
elegido Diputado por Acción Popular, soñaba con un socialismo comunitario e
ilusoriamente pensó encontrarlo en un partido de derecha de corte capitalista.
Cinco años después, el 17 de Febrero de 1967 murió.
Lo expresado
anteriormente vendría a ser una semblanza política del ideal zigzagueante del
novelista creador de la literatura campesina "inconformista y
poderosamente vital".
La asonada de la
fallida revolución así llamada por el aprismo ostentoso, que desató los
sangrientos sucesos en Trujillo el año de 1932 fue consecuencia para el inicio
y la brutal persecución de los militantes apristas por parte de las huestes
policiales y del ejército, entre los perseguidos se encontraron Ciro Alegría y
su hermano Néstor quienes huyeron por los andes, pensando ganar la frontera y
pasar al Ecuador.
Largo y penoso fue el
peregrinar fugitivo escritor que supo imprimir a su vida el mismo coraje que lo
condujo por los caminos escarpados de la hacienda la Pauca, caserío La Laguna,
Guangazanga y de los de La Arteza, en la jurisdicción del distrito de Sucre
antes Huauco, escenarios donde escribió su última batalla de su ideal aprista,
en donde también perdió frente a una bien armada veintena de mastines
hambrientos.
Tres sucrenses le
ayudaron y cubrieron la huida de los Alegría: el hacendado David Reyna Rojas,
Máximo Aliaga mensajero y guía y el agricultor Hipólito Malaver, la actitud
valiente de estos tres huauqueños, que estamos seguros fueron todo un paradigma
para su generación, ha permitido que sus nombres pasen a la historia junto a
una de nuestro más fecundo creador literario.
De esos tres valerosos
sucrenses que, sin comprometerse con la ideología aprista defendieron a los
perseguidos, el guía Máximo Aliaga fue capturado por los esbirros del gobierno
tiránico de Sánchez Cerro y reducido a prisión en la cárcel de Celendín.
A continuación
insertamos el parte policial que da cuenta de los hechos y de la histórica
captura. El documento que por primera vez es publicado en una revista no
policial nos produce la sensación de doble satisfacción por ser tal vez los
únicos que damos a luz este documento y porque los acontecimientos se
suscitaron en nuestra tierra teatro de muchas gestas políticas, sociales y de
reivindicación.
PARTE N° 8
Mi Comandante:
Tengo el honor de dirigirme a usted con el fin
de poner en conocimiento de esa Superioridad, que el 10 de julio último salimos
en dirección a Cajabamba, cumpliendo instrucción del señor Alférez Rafael
Guzmán, entonces jefe de la línea de Huamachuco, en telegrama sin número de esa
fecha; acompañado de los guardias Héctor González Arbulú, Basilio Rengifo Mori
y Emilio Angulo Flores, llegando a la ciudad de Cajabamba, a las tres y tres
cuartos de la tarde del día I4, hora en que se iniciaba el combate con los
facciosos de Huamachuco, plegándose el suscrito y el personal de mi mando
mencionado a las fuerzas leales de gobierno, comandadas por el capitán N.
Bejarano, combate que duró hasta el día siguiente a horas una y media de la
tarde, habiendo el suscrito desempeñado el servicio de agente de enlace, entre
los oficiales que avanzaban, mientras que mis subordinados plegados a las
tropas de infantería del Ejército, N° 11, observaban disciplina, poniendo así
en relieve los altos principios del amor a la Institución a que pertenecemos y
en defensa de nuestros hermanos caídos en Trujillo. El día 19 a órdenes del
señor Alférez Rafael Guzmán nos dirigimos a Huamachuco permaneciendo hasta el
día 25, en que recibí orden del señor alférez de regresar a mi puesto, con el
personal siguiente: Adolfo Llerena Fernández, Bacilio Rengifo Mori y Emilio
Angulo Flores, llegando a ésta el día 29 de julio a horas 12.
Desde el día 8 de agosto último, cumpliendo
órdenes del Mayor Flores, jefe de la 2° Comandancia de Cajamarca, según el
telegrama 140, trascrito a esa Superioridad el mismo día y sabiendo
positivamente que los facciosos Néstor y Ciro Alegría, trataban de internarse
por el Puerto de Calemar, tomé mis providencias del caso con el fin de
cerrarles el paso. Tanto por el puerto de Huancabamba, como por el puerto de
Calemar, sobre el río Marañón, actuando la pareja compuesta por los guardias
Adolfo Llerena Fernández y Emilio Angulo Flores, junto con el destacamento de
la Segunda Comandancia en el puerto de Huancabamba a órdenes del Sargento
Segundo Rubén Caballero, mientras el suscrito en compañía del guardia Bacilio
Rengifo Mori y 4 licenciados del ejército, actuaban en el puerto de Calemar en
persecución de los referidos facciosos.
Después de noches consecutivas de servicio
cayeron enfermos lo guardias de 1a dotación de este puesto, habiendo dado
cuenta a 1 jefatura de línea compañía, con telegrama 148, de fecha 10 de agosto
último que debe existir en el archivo de dichas Jefatura.
El suscrito en compañía de personas visibles de
la localidad, recogió de los facciosos que habían dejado abandonado en el campo
en momento de su fuga: dos caballos viejos y un armazón de carpa, conforme di
cuenta en telegrama N° 151, de fecha 12 de agosto, quedando dichas especies a
disposición de esa superioridad. Restablecidos los guardias Bacilio Renjifo
Mori y Emilio Angulo Flores de sus dolencias y quedando solo el guardia Adolfo
Llerena Fernández, que se encontraba todavía delicado dimos persecución a los
facciosos citados, por el distrito de Longotea, distante de ésta 14 leguas,
habiéndoles1 perseguido durante 7 días consecutivos; el día 16 el subprefecto
de la provincia señor Vásquez acompañado de los licenciados Artemio Renjifo y
Eloy Echevarría, .su secretario José Rosales y el guardia Héctor González
Arbulú que se encontraba de tránsito a Trujillo, se apersonaron al distrito de
Longotea, con el objeto de cooperar junto con el suscrito a la captura de los
facciosos ya mencionados y del cómplice Teodoberto Lozano, quien se había
fugado, protector de los mencionados facciosos, a quienes guardó en su casa y
protegió en su fuga. Permaneciendo en ese lugar. Después de una semana de
búsqueda hasta el día 19 de agosto.
Hechas las investigaciones se supo que los
facciosos en mención, habían tomado la ruta de Chachapoyas. Con tal objeto
dirigí el telegrama N° 162, de fecha 5 de setiembre, para su persecución y
captura, pero habiéndoles seguido el paso muy de cerca de los familiares que
tenían en ésta y desplegando todas la actividades que han estado a nuestro
alcance, tanto el suscrito como el personal de mi mando pudimos saber que, en el
fundo "Catar" de propiedad de don Teodoberto, Lozano, cuñado del faccioso
Néstor Alegría, habían permanecido en dicho lugar 7 días más después del día 19;
pasando luego al fundo de "Jecumbay' permaneciendo en las alturas varios
días, y en la casa de la hacienda 2 días ocultos, favorecidos por el señor José
David Reyna, propietario de dicha hacienda, llegando todos estos datos a
conocimiento del suscrito, procedió a capturar al mercachifle Melquíades Horna,
quien nos manifestó que a su paso por dicha hacienda y en la casa de don David
Reyna había visto 2 hombres desconocidos, que según las señas proporcionadas
por éste, se deducía que eran los requisitoriados en mención.
El suscrito en compañía del guardia Angulo y
del subprefecto señor Juan Vásquez que se encontraba de viaje a Lima, nos
dirigimos al puerto de "jecumbay", la madrugada del día 13, llegando
la misma noche del indicado día y tomando las precauciones del caso para que
fueran sorprendidos y capturados, pero no fue así porque el señor Reyna los
llevó por la ruta: hacienda Paucca, Zapallopampa, La Florida y fundo Sendamal,
al distrito Huauco, comprensión de la provincia de Celendín según manifestación
de la servidumbre del señor Reyna; recogidos todos éstos datos nos propusimos
perseguirlos, saliendo de la jurisdicción de este puesto y recogiendo más datos
favorables por todos los puntos de nuestro tránsito, llegamos al sitio
denominado "La Laguna" lugar donde habían permanecido 11 días en casa
del señor Pedro Sánchez y de su señora Margarita Reyna, tía de don David Reyna;
pero el día 16 de nuestra llegada a horas 2 y media de la tarde ya habían
salido estos con dirección al sitio denominado la "Arteza" a horas 9
de la mañana, guiados por el individuo Máximo Aliaga, con una carta que dirigía
al señor Reyna el señor Hipólito Malaber, recomendando para que atendiera a sus
amigos; desplegadas nuestras actividades la misma tarde hasta la una de la
mañana, toda la comprensión de este sitio y habiendo signado la cabaña del guía
Aliaga el subprefecto señor Vásquez, dispuso ir personalmente a la provincia de
Celendín con el objeto de enviarnos refuerzos para llenar mejor nuestro
cometido; al efecto a horas 10 de la mañana, más o menos llegó el cabo Manuel
Roncal y guardias Eduardo Quea, Víctor Pajares y Anaximandro Cáceres, acto
continuo procedimos dejando al guardia Antonio Angulo para que capturase al
guía Aliaga, como en efecto fue así, encontrándonos el guardia con el guía
cerca del sitio denominado "Arteza" como a las 4 de la tarde, hora en
que nos disponíamos a rodear la casa de Hipólito Malaber, en el sitio denominado
Huangazanga; pero los referidos facciosos al tener conocimiento de la
proximidad de la Guardia Civil se dieron a la fuga hacia el sitio denominado
"Suiturumi" montaña escarpada y bosque cerrado, pero después de media
hora de búsqueda, pude localizarlos, junto con el guardia Emilio Florez y el
propietario de dicho fundo Malaber, debajo de una peña. Intimámosle rendición y
que salieran de la grieta, lo que obedecieron. También hago presente a usted mi
Comandante, que cuando se dieron a la fuga recibieron varias descargas de
fusilería para amedrentarlos, pero como el terreno era quebrado y escarpado, no
se pudo hacer blanco. Una vez capturados fueron conducidos a la casa de don
Hipólito Malaber hasta las 8 de la noche, hora en que emprendimos viaje a Celendín,
llegando a las 3 de la mañana; de donde puse en conocimiento de la Jefatura de
línea y de compañía con telegramas números 101 y 102 respectivamente con fecha
18 del presente.
Adjunto al presente remito a Ud. copia del
oficio de fecha 10 del presente, con el que puse a disposición de la
Subprefectura de Celendín a los cómplices bajo el correspondiente recibo. El
día 19 a horas 9 de la noche recibí orden del señor capitán Comandante de la
Compañía, con telegrama N° 212, ordenándome que entregue al Sargento 2°, Rubén
Caballero, jefe de ese puesto, a los facciosos Néstor y Ciro Alegría, por
encontrarse en esa jurisdicción, recabando comprobantes; adjunto al presente
remito a usted copia del oficio de fecha 20 del presente y recibo para mayor
ilustración de esa superioridad.
Lo que tengo el honor de comunicar a usted para
su superior conocimiento y demás fines.
Cajamarquilla, 26 de setiembre de 1932.
Mi comandante,
El Comandante de Puesto.
(Fdo.) .- Cabo JULIO ACERES MONTALVAN
De revista Eco Sucrense N° 1, 2005.Pags. 7 ,8, 9.
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