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sábado, 30 de abril de 2011

Mirador : TRES SUCRENSES CUBRIERON HUIDA DE CIRO ALEGRÍA.



La faceta política del laureado escritor peruano Ciro Alegría (1909 1967) es poco estudiada por los estudiosos de la literatura en general y de la obra de Ciro Alegría en particular.
Lo más desconcertante es que el propio autor de la Serpiente de Oro no le prestó mucha importancia y habló afónicamente al referirse a esta dura etapa de su vida que le demandó harto sacrificio y encarcelamiento en dos oportunidades.

"Comenzamos a trabajar por el APRA, repartiendo volantes en los cines, donde con gran concurrencia obligada se celebraba el día del carácter impuesto por el dictador Leguía", confiesa el escritor huamachuquino.

Más allá de esta franca confesión Ciro Alegría se acerca a la política influenciado por las ideas renovadoras de la revista Amauta, a través del ejercicio periodístico y obviamente excitado por el aprehensivo gobierno del tirano de turno Augusto Bernardino Leguía.

Periodista agraz, desde la tribuna sanjuanista "un semanario tabloide plagado de espíritu beligerante con ganas de renovar el mundo y alegre humorismo" se adentra en las oceánicas aguas de la política con artículos que vaticinan su futuro y vena de gran escritor.

Autor de una trilogía de novelas es cultor de la literatura indigenista cuyo centro es el indio y su problemática, fundamentalmente del indio andino del norte del Perú, en sus obras los personajes aparecen tal como son "brutalizados no sublimados".

Ciro Alegría Bazán, -- inició en el APRA según su propia declaración desde muy joven, después de trajinar y batallar con la pluma decide incorporarse al partido de Haya de la Torre en 1931, formando parte del Comité Ejecutivo del 1er Sector Aprista del Norte, a causa de la tarea intensa de su partido contra el general tirano Luis Miguel Sánchez Cerro, en Diciembre es apresado y encarcelado en la cárcel de Trujillo hasta el 7 de Julio de 1932, siendo liberado por la revolución de 1932. Doce años más tarde, cansado del histrionismo del compañero jefe, desilusionado y con el perfil bajo se retiro del partido de las alianzas 1944.

El año 1962 fue elegido Diputado por Acción Popular, soñaba con un socialismo comunitario e ilusoriamente pensó encontrarlo en un partido de derecha de corte capitalista. Cinco años después, el 17 de Febrero de 1967 murió.

Lo expresado anteriormente vendría a ser una semblanza política del ideal zigzagueante del novelista creador de la literatura campesina "inconformista y poderosamente vital".

La asonada de la fallida revolución así llamada por el aprismo ostentoso, que desató los sangrientos sucesos en Trujillo el año de 1932 fue consecuencia para el inicio y la brutal persecución de los militantes apristas por parte de las huestes policiales y del ejército, entre los perseguidos se encontraron Ciro Alegría y su hermano Néstor quienes huyeron por los andes, pensando ganar la frontera y pasar al Ecuador.

Largo y penoso fue el peregrinar fugitivo escritor que supo imprimir a su vida el mismo coraje que lo condujo por los caminos escarpados de la hacienda la Pauca, caserío La Laguna, Guangazanga y de los de La Arteza, en la jurisdicción del distrito de Sucre antes Huauco, escenarios donde escribió su última batalla de su ideal aprista, en donde también perdió frente a una bien armada veintena de mastines hambrientos.

Tres sucrenses le ayudaron y cubrieron la huida de los Alegría: el hacendado David Reyna Rojas, Máximo Aliaga mensajero y guía y el agricultor Hipólito Malaver, la actitud valiente de estos tres huauqueños, que estamos seguros fueron todo un paradigma para su generación, ha permitido que sus nombres pasen a la historia junto a una de nuestro más fecundo creador literario.

De esos tres valerosos sucrenses que, sin comprometerse con la ideología aprista defendieron a los perseguidos, el guía Máximo Aliaga fue capturado por los esbirros del gobierno tiránico de Sánchez Cerro y reducido a prisión en la cárcel de Celendín.

A continuación insertamos el parte policial que da cuenta de los hechos y de la histórica captura. El documento que por primera vez es publicado en una revista no policial nos produce la sensación de doble satisfacción por ser tal vez los únicos que damos a luz este documento y porque los acontecimientos se suscitaron en nuestra tierra teatro de muchas gestas políticas, sociales y de reivindicación.

PARTE N° 8

Mi Comandante:
Tengo el honor de dirigirme a usted con el fin de poner en conocimiento de esa Superioridad, que el 10 de julio último salimos en dirección a Cajabamba, cumpliendo instrucción del señor Alférez Rafael Guzmán, entonces jefe de la línea de Huamachuco, en telegrama sin número de esa fecha; acompañado de los guardias Héctor González Arbulú, Basilio Rengifo Mori y Emilio Angulo Flores, llegando a la ciudad de Cajabamba, a las tres y tres cuartos de la tarde del día I4, hora en que se iniciaba el combate con los facciosos de Huamachuco, plegándose el suscrito y el personal de mi mando mencionado a las fuerzas leales de gobierno, comandadas por el capitán N. Bejarano, combate que duró hasta el día siguiente a horas una y media de la tarde, habiendo el suscrito desempeñado el servicio de agente de enlace, entre los oficiales que avanzaban, mientras que mis subordinados plegados a las tropas de infantería del Ejército, N° 11, observaban disciplina, poniendo así en relieve los altos principios del amor a la Institución a que pertenecemos y en defensa de nuestros hermanos caídos en Trujillo. El día 19 a órdenes del señor Alférez Rafael Guzmán nos dirigimos a Huamachuco permaneciendo hasta el día 25, en que recibí orden del señor alférez de regresar a mi puesto, con el personal siguiente: Adolfo Llerena Fernández, Bacilio Rengifo Mori y Emilio Angulo Flores, llegando a ésta el día 29 de julio a horas 12.

Desde el día 8 de agosto último, cumpliendo órdenes del Mayor Flores, jefe de la 2° Comandancia de Cajamarca, según el telegrama 140, trascrito a esa Superioridad el mismo día y sabiendo positivamente que los facciosos Néstor y Ciro Alegría, trataban de internarse por el Puerto de Calemar, tomé mis providencias del caso con el fin de cerrarles el paso. Tanto por el puerto de Huancabamba, como por el puerto de Calemar, sobre el río Marañón, actuando la pareja compuesta por los guardias Adolfo Llerena Fernández y Emilio Angulo Flores, junto con el destacamento de la Segunda Comandancia en el puerto de Huancabamba a órdenes del Sargento Segundo Rubén Caballero, mientras el suscrito en compañía del guardia Bacilio Rengifo Mori y 4 licenciados del ejército, actuaban en el puerto de Calemar en persecución de los referidos facciosos.

Después de noches consecutivas de servicio cayeron enfermos lo guardias de 1a dotación de este puesto, habiendo dado cuenta a 1 jefatura de línea compañía, con telegrama 148, de fecha 10 de agosto último que debe existir en el archivo de dichas Jefatura.
El suscrito en compañía de personas visibles de la localidad, recogió de los facciosos que habían dejado abandonado en el campo en momento de su fuga: dos caballos viejos y un armazón de carpa, conforme di cuenta en telegrama N° 151, de fecha 12 de agosto, quedando dichas especies a disposición de esa superioridad. Restablecidos los guardias Bacilio Renjifo Mori y Emilio Angulo Flores de sus dolencias y quedando solo el guardia Adolfo Llerena Fernández, que se encontraba todavía delicado dimos persecución a los facciosos citados, por el distrito de Longotea, distante de ésta 14 leguas, habiéndoles1 perseguido durante 7 días consecutivos; el día 16 el subprefecto de la provincia señor Vásquez acompañado de los licenciados Artemio Renjifo y Eloy Echevarría, .su secretario José Rosales y el guardia Héctor González Arbulú que se encontraba de tránsito a Trujillo, se apersonaron al distrito de Longotea, con el objeto de cooperar junto con el suscrito a la captura de los facciosos ya mencionados y del cómplice Teodoberto Lozano, quien se había fugado, protector de los mencionados facciosos, a quienes guardó en su casa y protegió en su fuga. Permaneciendo en ese lugar. Después de una semana de búsqueda hasta el día 19 de agosto.

Hechas las investigaciones se supo que los facciosos en mención, habían tomado la ruta de Chachapoyas. Con tal objeto dirigí el telegrama N° 162, de fecha 5 de setiembre, para su persecución y captura, pero habiéndoles seguido el paso muy de cerca de los familiares que tenían en ésta y desplegando todas la actividades que han estado a nuestro alcance, tanto el suscrito como el personal de mi mando pudimos saber que, en el fundo "Catar" de propiedad de don Teodoberto, Lozano, cuñado del faccioso Néstor Alegría, habían permanecido en dicho lugar 7 días más después del día 19; pasando luego al fundo de "Jecumbay' permaneciendo en las alturas varios días, y en la casa de la hacienda 2 días ocultos, favorecidos por el señor José David Reyna, propietario de dicha hacienda, llegando todos estos datos a conocimiento del suscrito, procedió a capturar al mercachifle Melquíades Horna, quien nos manifestó que a su paso por dicha hacienda y en la casa de don David Reyna había visto 2 hombres desconocidos, que según las señas proporcionadas por éste, se deducía que eran los requisitoriados en mención.

El suscrito en compañía del guardia Angulo y del subprefecto señor Juan Vásquez que se encontraba de viaje a Lima, nos dirigimos al puerto de "jecumbay", la madrugada del día 13, llegando la misma noche del indicado día y tomando las precauciones del caso para que fueran sorprendidos y capturados, pero no fue así porque el señor Reyna los llevó por la ruta: hacienda Paucca, Zapallopampa, La Florida y fundo Sendamal, al distrito Huauco, comprensión de la provincia de Celendín según manifestación de la servidumbre del señor Reyna; recogidos todos éstos datos nos propusimos perseguirlos, saliendo de la jurisdicción de este puesto y recogiendo más datos favorables por todos los puntos de nuestro tránsito, llegamos al sitio denominado "La Laguna" lugar donde habían permanecido 11 días en casa del señor Pedro Sánchez y de su señora Margarita Reyna, tía de don David Reyna; pero el día 16 de nuestra llegada a horas 2 y media de la tarde ya habían salido estos con dirección al sitio denominado la "Arteza" a horas 9 de la mañana, guiados por el individuo Máximo Aliaga, con una carta que dirigía al señor Reyna el señor Hipólito Malaber, recomendando para que atendiera a sus amigos; desplegadas nuestras actividades la misma tarde hasta la una de la mañana, toda la comprensión de este sitio y habiendo signado la cabaña del guía Aliaga el subprefecto señor Vásquez, dispuso ir personalmente a la provincia de Celendín con el objeto de enviarnos refuerzos para llenar mejor nuestro cometido; al efecto a horas 10 de la mañana, más o menos llegó el cabo Manuel Roncal y guardias Eduardo Quea, Víctor Pajares y Anaximandro Cáceres, acto continuo procedimos dejando al guardia Antonio Angulo para que capturase al guía Aliaga, como en efecto fue así, encontrándonos el guardia con el guía cerca del sitio denominado "Arteza" como a las 4 de la tarde, hora en que nos disponíamos a rodear la casa de Hipólito Malaber, en el sitio denominado Huangazanga; pero los referidos facciosos al tener conocimiento de la proximidad de la Guardia Civil se dieron a la fuga hacia el sitio denominado "Suiturumi" montaña escarpada y bosque cerrado, pero después de media hora de búsqueda, pude localizarlos, junto con el guardia Emilio Florez y el propietario de dicho fundo Malaber, debajo de una peña. Intimámosle rendición y que salieran de la grieta, lo que obedecieron. También hago presente a usted mi Comandante, que cuando se dieron a la fuga recibieron varias descargas de fusilería para amedrentarlos, pero como el terreno era quebrado y escarpado, no se pudo hacer blanco. Una vez capturados fueron conducidos a la casa de don Hipólito Malaber hasta las 8 de la noche, hora en que emprendimos viaje a Celendín, llegando a las 3 de la mañana; de donde puse en conocimiento de la Jefatura de línea y de compañía con telegramas números 101 y 102 respectivamente con fecha 18 del presente.

Adjunto al presente remito a Ud. copia del oficio de fecha 10 del presente, con el que puse a disposición de la Subprefectura de Celendín a los cómplices bajo el correspondiente recibo. El día 19 a horas 9 de la noche recibí orden del señor capitán Comandante de la Compañía, con telegrama N° 212, ordenándome que entregue al Sargento 2°, Rubén Caballero, jefe de ese puesto, a los facciosos Néstor y Ciro Alegría, por encontrarse en esa jurisdicción, recabando comprobantes; adjunto al presente remito a usted copia del oficio de fecha 20 del presente y recibo para mayor ilustración de esa superioridad.

Lo que tengo el honor de comunicar a usted para su superior conocimiento y demás fines.

Cajamarquilla, 26 de setiembre de 1932.

Mi comandante,
El Comandante de Puesto.
(Fdo.) .- Cabo JULIO ACERES MONTALVAN

De revista Eco Sucrense N° 1, 2005.Pags. 7 ,8, 9.

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