1907-1987
Pepito con sus hijos Heráclito y Mardonio. |
Por. O. Aliaga.
José Dolores Sánchez Aliaga, al que el
pueblo le dio el calificativo de: "Pepe Sancho", nació en el Huauco
hoy Sucre, un pueblo sin relevancias; pero hermoso por la convicción de sus
hijos y por el derecho divino, el 07 de febrero de 1907, hijo natural de José
Antonio Sánchez Zelada y de Dolores Aliaga, mujer experta sombrerera y modista
autodidacta.- Según su partida de bautismo que literalmente dice:
En la iglesia parroquial del Huauco, el
veinticuatro de febrero de mil novecientos siete, bauticé a Sánchez Aliaga José
Dolores, nacido el siete de este mes, hijo natural de Antonio Sánchez y Dolores
Aliaga; fueron sus padrinos Pedro y Hortensia Zegarra.
Fdo. Samuel O.Haya (párroco)
Su padre fue un hombre de carácter,
tacaño y acaudalado comerciante de sombreros de paja toquilla y piedras
preciosas que conquistó los mercados de Europa y Asia, a cuyos continentes
viajo atestado de los sombreros de la región y regresó cargado de gemas
diamantinas.
No obstante ser hijo de un hombre rico,
Pepito tuvo una niñez triste y menesterosa, fue criado por su madre y estudió
parcialmente la primaria en la escuela particular y gratuita del doctor Aladino
Escalante en la ciudad de Lima a donde emigró a la edad de 12 años con la
intención de labrarse un mejor porvenir.
Siendo muy joven ingresa a trabajar en
el hospital Dos de Mayo donde laboró por 11 años.- La madre superiora que
dirigía el hospital vio en José Dolores a un joven emprendedor dinámico y con
muchas ganas de superarse por lo que ordenó sea admitido en la escuela de
enfermería de ese nosocomio, titulándose de enfermero.
En la ciudad capital afloró en el joven
profesional su vocación por la música e influenciado por el Dr. Aladino
Escalante decidió recibir clases de violín, matriculándose en una conocida
academia de música ubicada, en el 2do piso del antiguo mercado central, en el
Centro de Lima.
En la década del 30, el escenario
político del Perú estaba dominado por las dictaduras antiapristas del general
Luís Miguel Sánchez Cerro y de Oscar Raimundo Benavides que desataron una
colosal persecución contra los líderes y militantes del redomado partido
político fundado por Haya de la Torre.
Entre los perseguidos de la bota militar
se encontraba el pequeño enfermero, quien había adoptado, ardorosamente las
ideas del aprismo en el año 33.
La persecución política marcó un
capítulo de sobresaltos y agitaciones en la vida apacible de nuestro sencillo
personaje que logró burlar a sus perseguidores escapándose del hospital, donde
laboraba, disfrazado de pacientes vistiendo un camisón blanco de hospital;
libre de sus acosadores se refugió en la casa de un amigo, que por razones de
seguridad jamás reveló su nombre, en casa de su amigo permaneció oculto por
espacio de 3 meses durante ese tiempo de forzado exilio aprendió a hacer
redecillas para la cabeza.
Aprovechando una aparente calma política
salió de su escondite y con los magros ahorros de la venta de gorros elaborados
durante la clandestinidad viajó de incógnito y con nombre falso a Cajamarca,
alojándose en la casa de su hermana materna Cruz Escalante Aliaga.
En esa ciudad colonial el enfermero y
fotógrafo conoce a doña Efigenia Sánchez Marín, una mujer de arrogante belleza
que la hacía la dama más codiciada del departamento, entonces estudiante del
colegio.
Doña Efigenia fue hija del profesor
Demetrio Sánchez que por su preponderante cargo en la región de educación
perteneció a la clase alta de esa ciudad.
Perdidamente enamorado, desafiando la
férrea oposición de quien sería su suegro, Pepe sancho optó por raptar a su
enamorada llevándola al Huauco su tierra natal, poniendo fin, con este acto a
14 años de ausencia.
En la ciudad de Sucre con su adorada
Efigenia fue contratado para trabajar de enfermero en la carretera de Chusgón
de la provincia de Huamachuco y Bolívar, posteriormente pone una tienda de
abarrotes con resultados muy halagüeños.
Inquieto y arriesgado abre una fábrica
de gaseosas, luego adquiere una máquina de hacer fideos, después de esas
experiencias en el comercio y la industria se dedicó a la fotografía que aprendió
en el estudio Curriet de Lima a la cual entregó toda su pasión y energía.
El año de 1950 fue nombrado Sanitario de
los pueblos de Sucre, José Gálvez, Jorge Chávez y Oxamarca, gracias a las
gestiones del doctor Víctor Rodríguez y del epónimo sucrense don Alcibíades
Horna Aliaga apristas convictos y confesos, ideas que en nuestro biografiado
permanecieron invariables durante toda su vida.
En el año de 1951, fue para Sucre un año
de especial relevancia en la historia del pueblo, porque durante la fiesta
patronal de aquel año, el distrito tuvo el privilegio de ser visitado por todos
los diputados y senadores del departamento de Cajamarca encabezado por el
Secretario de estado, escritor Nazario Chávez Aliaga. Los Cajamarquinos
dignatarios de la patria desarrollaron una amplia agenda de trabajo y el
Senador Manuel Cacho Gálvez dueño de la hacienda Polloc hizo la firme promesa
de donar al municipio el fundo de sus propiedad "El saúco". Promesa
que se cristalizó por el esfuerzo tenaz de José Dolores que con intrepidez e
insistencia logró obtener la escritura de donación a nombre de la
municipalidad, el 2 de noviembre del mismo año. Serapio Montoya, siguiendo el
gesto desprendido de su colega donó el fundo de Wira Wira.
En 1958, nuevamente fue designado
concejal, ocupando el cargo de Síndico de obras públicas, siendo el primero en
avizorar la construcción de la carretera La Misionera por cuya obra se ganó
muchos aprecios; pero también fue apremiado por la injusta ira de varios
vecinos que vieron afectados sus intereses.
A la edad de 80 años José Dolores cae
enfermo, sus hijos lo trasladan a Lima, posteriormente es internado en el
hospital del empleado a causa de una hemiplejía, luego le sobrevino una
bronquio pulmonía, falleciendo a las 5:30 de la tarde del día 1 de julio de
1987, sus restos fueron enterrados en el cementerio El Ángel, cuartel Santa
Dina.
Pepito el hombre que no supo odiar,
creyente, amigo de todos, dueño de un gracejo especial que jamás se violentó,
será recordado como el fotógrafo del pueblo, el sanitario y médico de la
familia sucrense, pregonando bocina en mano, la próxima vacuna antipolio o
anunciando la convocatoria a cabildo abierto.
Este sucrense de carácter alegre,
ocurrente y anecdótico, cuya presencia trasmitía en los niños una sombra de
verdugo, tuvo la idea de vender su fotografía, para que los niños mirándola,
tomen sus alimentos sin protestar "con mi foto decía, no hay niño que se
resista a comer".
El hogar de la familia Sánchez Sánchez
estuvo constituido por 6 hijos todos profesionales y de notables aficiones como
es el caso de Milton Odilón quien es dueño de un importante anticuario y ha
puesto el primer museo en Sucre. Por su actividad, Pepito era un hombre ubicuo,
su figura gruesa y pequeña estaba tan presta aquí, como acullá por eso no está
libre del chasquido de la anécdota popular de Corte irónico y zumbón.
Se dice que Pepito era un hombre
abstemio, pero no porque no apetecía el licor, sino porque tenía mala
borrachera, es decir era mal borracho; en cierta oportunidad se cruzó en la
cantina con el jefe de la Caja y Consignaciones de Sucre y éste con algunas
groserías y empeñones le instó a que tomase un trago que el sanitario se negó
rotundamente, vencido por tal cerrazón su amigo, el jefe de la Caja lo llenó de
improperios a lo que Pepito, zafándose de las manos de sus amigo ebrio,
respondió calmoso "todo lo que tú quieras...; pero ese culito es mío".
En horas de la noche el jefe de la caja
hervía en fiebre y fue necesaria la presencia del topiquero Pepito, que sin
demora acudió a colocarle una inyectable a su amigo, jeringa en mano, Pepito,
nuevamente le refrescó la pregunta ¿y ahora de quién es ese culito? le dijo
jocundo.
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