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miércoles, 23 de febrero de 2011

Huellas: LOS GADALUF DE SUCRE.

Por: Juan Carlos Silva Escalante.
Es casi seguro que, en su totalidad, la juventud actual sucreña desconoce que en Sucre, en la época de los '70, hubo un conjunto musical electrónico que hizo "de las suya” durante un buen período de tiempo. Su nombre, Los GÁDALUF

Eran cuatro jovencitos que, gracias a sus cualidades innatas para la música y su dominio autodidacta de algunos instrumentos musicales, fueron organizados por alguien que, durante su estadía en Sucre, demostró una capacidad organizativa poco usual. Gútemberg Aliaga Zegarra (Guto) fue quien los convenció para formar una agrupación musical que hasta entonces sólo se podía encontrar en Celendín o más remotamente en Cajamarca.

Dentro de sus integrantes fundadores estuvieron: Sixto Reyes (Celendín) segunda guitarra y vocalista, David Silva Escalante (Sucre) primera guitarra y coros; Juan Luna Flores (Sucre) batería y coros y Jorge Luis Zegarra Rojas (Sucre) Huiro.

Inicialmente, el conjunto salió a la luz con instrumentos adquiridos por su manager (Guto) sabe Dios de donde: Una batería muy modesta, compuesta por dos tarolas de latón y cuero; un redoblante de medio uso; un charles poco sonoro; un platillo rajado y algo gangoso; tina tumba de maguey y el bombo de latón con refuerzos de madera en cuyo reluciente cuero mostraba orgulloso el nombre "LOS GÁDALUF" Y que Juan Luna supo dar vida propia implantando en ella un toque exclusivo y muy singular. A él se debe la famosa franelita y el alicate sobre el redoblante para imprimirle un sonido personalizado a la batería. También estaba una brillante guitarra eléctrica en forma de flecha y colores nacionales en cuya entrastadura bien afinada en fino palo de rosa, David, su ejecutor, logró interpretas los más difíciles punteos y acordes de temas bailables y románticos; además, otra guitarra de predominante color blanco con la típica forma de alacrán, de propiedad de Sixto Reyes, con la que él siempre actuaba y realizaba acompañamientos. No quedaba atrás el cantarín huiro de calabaza balsera en manos de Jorge Zegarra (Lero) quien fue uno de los integrantes más carismáticos; cada vez que se presentaba el conjunto, tenía una manera muy típica de agarrado y de bailar al ritmo de la música. Por otro lado, el equipo de sonido se componía de un amplificador hechizo, a tubos, que tenía una potencia limitada y que posteriormente, fue reemplazado por otro amplificador de fábrica, compacto, multiuso, más moderno, de mayor fidelidad y salida. Tiempo después, gracias a la solvencia económica del manager, adquirieron un órgano electrónico analógico que sería ejecutado por otro "jale" de la provincia: Elí Cáceres.

Debido a las influencias post hippies, el uniforme que lucieron en sus presentaciones iniciales estuvo compuesto por cafarena y zapatos negros que hacían juego con la ondulada y larga cabellera y barba que Guto lució en aquella época y albo pantalón que, en los cuerpos juveniles y estilizados de los integrantes, se podría decir que fue aceptable para su lanzamiento como tales.

De esta manera, con ensayos planificados y constantes, lograron constituirse en la agrupación musical más cotizada, que amenizaba cuanta fiesta se les vino encima: matrimonios, bautizos, aniversarios, bailes sociales, etc. Y es que, realmente en aquellas épocas la juventud tenía una forma de diversión muy distinta a la de ahora: preferían contar con una agrupación musical y no con tocadiscos (o equipo de sonido), como ahora.

Los GÁDALUF interpretaban todos los temas de moda que aparecían en ese entonces. Se puede decir que fueron el émulo perfecto de los Destellos, Los Diablos Rojos, Los Pakines, Los Mirlos, Los Belkings, Los Galos, Los Doltons, Los Pasteles Verdes y muchos más. En realidad le ponían bastante interés a sus ensayos y, gracias al excelente oído musical de sus integrantes, lograban captar cada detalle de los temas que se proponían incluir en su repertorio. Sus interpretaciones no distaban mucho de las originales y, aún más, dada la diferencia logística que separaba a éstos y los consagrados, imprimíanles su propio estilo, sin desnaturalizar el tono original.

Estos muchachos tuvieron el gran mérito de tocar casi a capela, ya vimos que carecían de la tecnología necesaria para imprimirle mejoras a sus interpretaciones, a diferencia de la que gozan las agrupaciones del disco. Es necesario remarcar que no tenían, por ejemplo, una mezcladora de sonido para equilibrar las salidas de audio; un delay (para la multiplicación y retraso modulado de su señal sonora); un ecualizador (que se usa para reforzar ciertas bandas de frecuencias, ya sea para compensar la respuesta del equipo de audio o para ajustar el resultado a gustos personales), un distorsionador armónico (que da un colorido inconfundible al sonido. Sin la distorsión armónica, el sonido resulta "demasiado puro o mo"), micrófonos profesionales (con que cuentan mínimamente las orquestas actuales) y muchas, muchas cosas más.

Pero, a pesar de esto, de a poquitos se fueron asentando dentro del ambiente farandulero y se convirtieron en los engreídos de cada fiesta bailable del entorno y hasta en la mismísima ciudad de Celendín, donde competían mano a mano con la excelente y ya reconocida orquesta electrónica de don Julio Díaz ( Copocho), eximio guitarrista y músico.

Conocida la tendencia de los amigos celendinos, artistas por excelencia, de incursionar en cuanta novedad aparece, al poco tiempo del despegue del cuarteto de Guto, emergieron en el ambiente festivo, orquestas celendinas que trataban de eclipsar a los primeros. "Los Tigres" y "Los Grecos" fueron sus más cercanos competidores, pero vanos quedaron sus intentos; los monarcas de las fiestas y la música juvenil tenían ya un nombre: los insuperables GÁDALUF de Sucre.

Durante su vigencia, en esta agrupación musical fueron integrándose de manera eventual, otros artistas que le imprimían al grupo un toque personal propio de sus particulares características. Por ejemplo la inclusión de Wilson Ruiz, un cantante cajamarquino que de pronto tuvo una temporada en Sucre y que Guto, con su olfato empresarial, llegó a contactar. El muchacho se constituyó en el vocalista principal durante una temporada carnavalesca. Fue quien implantó un estilo vivaz y atrevido a los temas "la danza del petrolero" y "El tracatrán", que por aquel entonces sonaron bastante en cada fiesta que amenizaron.

Cabe mencionar que, debido a la popularidad que alcanzaron en la zona los GÁDALUF no fueron ajenos al llamado de Cupido. Las jovencitas veían en ellos a sus ídolos del momento. Féminas de Sucre, José Gálvez y Celendín, sucumbieron bajo los embates amatorios de los integrantes, que sabían sacar provecho a su reinado sobre los escenarios. No se quedaba atrás el manager quien, siendo el jefe de la agrupación, también tuvo sus "flirteos" con enamoradizas hembritas de aquellas épocas.

Se preguntarán, ¿a qué se debió el nombre tan particular del conjunto? Muy sencillo, los integrantes tomaron sus iniciales y armaron el singular nombre poniéndole tilde y haciéndolo sigla esdrújula y más musical:

GA: Guto Aliaga
DA: David
LUF: Luis y Luna Flores

En Sucre, durante las festividades patronales de la década del setenta, los bailes sociales se realizaban en el salón de la segunda planta de la municipalidad que ahora es sala de sesiones. Ahí, los llenos eran tan absolutos, que los GÁDALUF tenían que tocar prácticamente en medio de las parejas. En una oportunidad, a media noche, debido al tumulto de gente que abarrotaba el entablado de la "muni", se tuvo que trasladar a los bailarines hacia el primer piso donde funcionaba el mercado de abastos, que recién había sido encementado y que, a partir de esa fecha, se constituyó en la pista bailable más recordada de todos los tiempos y que hasta hoy tiene vigencia.

Sabido es que los mejores bailes sociales de aquellos dos eran los que organizaba el colegio ''San José" el 16 de mayo en el salón municipal, amenizados, claro está, por el conjunto de moda: los GÁDALUF. Eran "tonos" espectaculares, muy suntuosos, tenían como atractivo la presencia de las más apetecibles alumnitas que en esa fecha, casi obligatoriamente, tenían que asistir a la fiesta. Eran llenos de rincón a rincón. Se organizaban con mucho interés por parte del cuerpo docente y la APAFA. Hoy, estas fiestas, se realizan en el frígido y anti festivo patio del colegio y han perdido su colorido, su alegría y su calidad.

Qué joven o señorita de ese entonces no recordará haber bailado con el amor de su vida una pegajosa balada al compás de Los GÁDALUF, bien abrazaditos, murmurándose cosas lindas al oído, cuidándose de no ser vistos por la mamá de ella, que también asistía al baile; o quizás haber sacado astillas al entablado, bajo los compases de un corrido, una marinera o un rematador carnaval. O haberse deleitado, en los epílogos de cada fiesta, observando los bailes frenéticos y poco ortodoxos de los borrachos que, carentes de pareja y animados por el alcohol, daban rienda suelta a su desesperación haciendo mil piruetas en la amplitud de la maltrecha pista bailable.

Pero, como sucede con la mayoría de agrupaciones musicales, los GADALUF, un día de esos, apagaron su sonido para siempre. Nadie sabe qué pasó. Sin embargo, dejaron en el ambiente artístico un vacío inmenso y nostalgia al pensar que Sucre tuvo la posibilidad de seguir contando con un conjunto musical que, a la larga, se hubiera constituido en una empresa sólida y con logros insospechados y, además, forjadora de nuevos artistas que, contando con la experiencia y el apoyo de sus fundadores, hoy en día estuviera cambiado la fisonomía de las festividades sucreñas, muy venidas a menos.

A pesar de todo, Sucre, en la actualidad, cuenta con buena cantidad de jóvenes que poseen dotes artísticas diversas. La música no les es ajena, a tal punto que muchos integran la banda municipal y la del colegio, circunstancia que permitiría fácilmente formar un conjunto musical, si hubiera alguien con el empuje para organizarlos, como sucedió con los incomparables GÁDALUF.

De la revista El Labrador, 2006.

5 comentarios:

  1. hola paisano, porque no se trata de organizar un baile del recuerdo con los GADALUF, verias que reultado te dan, ya que todos sus integrantes aun vive

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  2. Mi estimado Carlos
    Con tus descripciones tan exactas y exquisitas estoy seguro que a cualquier paisano que tuvimos la suerte de disfrutar los bailes sociales al acorde de los GADALUF, al leer tu artículo estoy seguro que han disfrutado en nostalgia de muchos recuerdos vividos en cada festividad, lógicamente amenizada por los GADALUF... Sería muy oportuno, es cierto, que en la Próxima Festividad de Mayo nos deleiten con aquella música que no pasan al recuerdo, en donde también se pueden integrar los nuevos valores que hoy tanto en Cajamarca como en Lima llevan en su sangre el sabor de la música del Ayer...

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  3. RECORDAR ES VOLVER A VIVIR EFECTIVAMENTE, LOS FAMOSOS "GADALUF" NOS LLENARON DE ALEGRIA, DE MUCHA FELICIDAD, NOS DELEITARON CON LO MEJOR DE SU REPERTORIO EN CADA PRESENTACION MUSICAL FUERON LO MEJOR DE LOS 70. UNO ESPERABA CON ANSIEDAD EL DIA DE LA FIESTA PARA BAILAR Y DELEITARSE CON NUESTRA ORQUESTA FAMOSA DE ESA EPOCA.
    SERIA GENIAL QUE VOLVIERAN A JUNTARSE Y TOCAR LA MUSICA QUE NOS ENCANTO

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  4. Es cirto lo que fueron LOS GADALUF, yo soy una señora que vivio esa epoca de oro, recuerdo que en una ocacion tuve que escaparme para bailar con mi enamorado en la minicipalidad, es que nos parecia lindo escuchar y bailar con una orquesta viendo sus cantantes que eran de sucre, que lindo fue esa epoca, me salen las lagrimas recordar a ese conjunto, dios los bendiga donde esten.

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  5. Pero que bella descripción, mi corazón ha saltado de alegría y nostalgia al leer tan bello artículo. Muchas gracias.

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