Por: Juan Carlos Silva Escalante.
Es casi seguro que, en
su totalidad, la juventud actual sucreña desconoce que en Sucre, en la época de
los '70, hubo un conjunto musical electrónico que hizo "de las suya”
durante un buen período de tiempo. Su nombre, Los GÁDALUF
Eran cuatro jovencitos
que, gracias a sus cualidades innatas para la música y su dominio autodidacta
de algunos instrumentos musicales, fueron organizados por alguien que, durante
su estadía en Sucre, demostró una capacidad organizativa poco usual. Gútemberg
Aliaga Zegarra (Guto) fue quien los convenció para formar una agrupación
musical que hasta entonces sólo se podía encontrar en Celendín o más
remotamente en Cajamarca.
Dentro de sus
integrantes fundadores estuvieron: Sixto Reyes (Celendín) segunda guitarra y
vocalista, David Silva Escalante (Sucre) primera guitarra y coros; Juan Luna
Flores (Sucre) batería y coros y Jorge Luis Zegarra Rojas (Sucre) Huiro.
Inicialmente, el
conjunto salió a la luz con instrumentos adquiridos por su manager (Guto) sabe
Dios de donde: Una batería muy modesta, compuesta por dos tarolas de latón y
cuero; un redoblante de medio uso; un charles poco sonoro; un platillo rajado y
algo gangoso; tina tumba de maguey y el bombo de latón con refuerzos de madera
en cuyo reluciente cuero mostraba orgulloso el nombre "LOS GÁDALUF" Y
que Juan Luna supo dar vida propia implantando en ella un toque exclusivo y muy
singular. A él se debe la famosa franelita y el alicate sobre el redoblante
para imprimirle un sonido personalizado a la batería. También estaba una
brillante guitarra eléctrica en forma de flecha y colores nacionales en cuya
entrastadura bien afinada en fino palo de rosa, David, su ejecutor, logró
interpretas los más difíciles punteos y acordes de temas bailables y
románticos; además, otra guitarra de predominante color blanco con la típica
forma de alacrán, de propiedad de Sixto Reyes, con la que él siempre actuaba y
realizaba acompañamientos. No quedaba atrás el cantarín huiro de calabaza
balsera en manos de Jorge Zegarra (Lero) quien fue uno de los integrantes más
carismáticos; cada vez que se presentaba el conjunto, tenía una manera muy
típica de agarrado y de bailar al ritmo de la música. Por otro lado, el equipo
de sonido se componía de un amplificador hechizo, a tubos, que tenía una
potencia limitada y que posteriormente, fue reemplazado por otro amplificador
de fábrica, compacto, multiuso, más moderno, de mayor fidelidad y salida.
Tiempo después, gracias a la solvencia económica del manager, adquirieron un
órgano electrónico analógico que sería ejecutado por otro "jale" de
la provincia: Elí Cáceres.
Debido a las
influencias post hippies, el uniforme que lucieron en sus presentaciones
iniciales estuvo compuesto por cafarena y zapatos negros que hacían juego con
la ondulada y larga cabellera y barba que Guto lució en aquella época y albo
pantalón que, en los cuerpos juveniles y estilizados de los integrantes, se
podría decir que fue aceptable para su lanzamiento como tales.
De esta manera, con
ensayos planificados y constantes, lograron constituirse en la agrupación
musical más cotizada, que amenizaba cuanta fiesta se les vino encima:
matrimonios, bautizos, aniversarios, bailes sociales, etc. Y es que, realmente
en aquellas épocas la juventud tenía una forma de diversión muy distinta a la
de ahora: preferían contar con una agrupación musical y no con tocadiscos (o
equipo de sonido), como ahora.
Los GÁDALUF
interpretaban todos los temas de moda que aparecían en ese entonces. Se puede
decir que fueron el émulo perfecto de los Destellos, Los Diablos Rojos, Los
Pakines, Los Mirlos, Los Belkings, Los Galos, Los Doltons, Los Pasteles Verdes
y muchos más. En realidad le ponían bastante interés a sus ensayos y, gracias
al excelente oído musical de sus integrantes, lograban captar cada detalle de
los temas que se proponían incluir en su repertorio. Sus interpretaciones no
distaban mucho de las originales y, aún más, dada la diferencia logística que
separaba a éstos y los consagrados, imprimíanles su propio estilo, sin
desnaturalizar el tono original.
Estos muchachos
tuvieron el gran mérito de tocar casi a capela, ya vimos que carecían de la
tecnología necesaria para imprimirle mejoras a sus interpretaciones, a
diferencia de la que gozan las agrupaciones del disco. Es necesario remarcar
que no tenían, por ejemplo, una mezcladora de sonido para equilibrar las
salidas de audio; un delay (para la multiplicación y retraso modulado de su
señal sonora); un ecualizador (que se usa para reforzar ciertas bandas de frecuencias,
ya sea para compensar la respuesta del equipo de audio o para ajustar el
resultado a gustos personales), un distorsionador armónico (que da un colorido
inconfundible al sonido. Sin la distorsión armónica, el sonido resulta
"demasiado puro o mo"), micrófonos profesionales (con que cuentan mínimamente
las orquestas actuales) y muchas, muchas cosas más.
Pero, a pesar de esto,
de a poquitos se fueron asentando dentro del ambiente farandulero y se
convirtieron en los engreídos de cada fiesta bailable del entorno y hasta en la
mismísima ciudad de Celendín, donde competían mano a mano con la excelente y ya
reconocida orquesta electrónica de don Julio Díaz ( Copocho), eximio
guitarrista y músico.
Conocida la tendencia
de los amigos celendinos, artistas por excelencia, de incursionar en cuanta
novedad aparece, al poco tiempo del despegue del cuarteto de Guto, emergieron
en el ambiente festivo, orquestas celendinas que trataban de eclipsar a los
primeros. "Los Tigres" y "Los Grecos" fueron sus más
cercanos competidores, pero vanos quedaron sus intentos; los monarcas de las fiestas
y la música juvenil tenían ya un nombre: los insuperables GÁDALUF de Sucre.
Durante su vigencia,
en esta agrupación musical fueron integrándose de manera eventual, otros
artistas que le imprimían al grupo un toque personal propio de sus particulares
características. Por ejemplo la inclusión de Wilson Ruiz, un cantante
cajamarquino que de pronto tuvo una temporada en Sucre y que Guto, con su
olfato empresarial, llegó a contactar. El muchacho se constituyó en el
vocalista principal durante una temporada carnavalesca. Fue quien implantó un
estilo vivaz y atrevido a los temas "la
danza del petrolero" y "El tracatrán", que por aquel
entonces sonaron bastante en cada fiesta que amenizaron.
Cabe mencionar que,
debido a la popularidad que alcanzaron en la zona los GÁDALUF no fueron ajenos
al llamado de Cupido. Las jovencitas veían en ellos a sus ídolos del momento.
Féminas de Sucre, José Gálvez y Celendín, sucumbieron bajo los embates
amatorios de los integrantes, que sabían sacar provecho a su reinado sobre los
escenarios. No se quedaba atrás el manager quien, siendo el jefe de la
agrupación, también tuvo sus "flirteos" con enamoradizas hembritas de
aquellas épocas.
Se preguntarán, ¿a qué
se debió el nombre tan particular del conjunto? Muy sencillo, los integrantes
tomaron sus iniciales y armaron el singular nombre poniéndole tilde y
haciéndolo sigla esdrújula y más musical:
GA: Guto Aliaga
DA: David
LUF: Luis y Luna Flores
En Sucre, durante las
festividades patronales de la década del setenta, los bailes sociales se
realizaban en el salón de la segunda planta de la municipalidad que ahora es
sala de sesiones. Ahí, los llenos eran tan absolutos, que los GÁDALUF tenían
que tocar prácticamente en medio de las parejas. En una oportunidad, a media
noche, debido al tumulto de gente que abarrotaba el entablado de la
"muni", se tuvo que trasladar a los bailarines hacia el primer piso
donde funcionaba el mercado de abastos, que recién había sido encementado y
que, a partir de esa fecha, se constituyó en la pista bailable más recordada de
todos los tiempos y que hasta hoy tiene vigencia.
Sabido es que los
mejores bailes sociales de aquellos dos eran los que organizaba el colegio
''San José" el 16 de mayo en el salón municipal, amenizados, claro está,
por el conjunto de moda: los GÁDALUF. Eran "tonos" espectaculares,
muy suntuosos, tenían como atractivo la presencia de las más apetecibles
alumnitas que en esa fecha, casi obligatoriamente, tenían que asistir a la
fiesta. Eran llenos de rincón a rincón. Se organizaban con mucho interés por
parte del cuerpo docente y la APAFA. Hoy, estas fiestas, se realizan en el
frígido y anti festivo patio del colegio y han perdido su colorido, su alegría
y su calidad.
Qué joven o señorita
de ese entonces no recordará haber bailado con el amor de su vida una pegajosa
balada al compás de Los GÁDALUF, bien abrazaditos, murmurándose cosas lindas al
oído, cuidándose de no ser vistos por la mamá de ella, que también asistía al
baile; o quizás haber sacado astillas al entablado, bajo los compases de un
corrido, una marinera o un rematador carnaval. O haberse deleitado, en los
epílogos de cada fiesta, observando los bailes frenéticos y poco ortodoxos de
los borrachos que, carentes de pareja y animados por el alcohol, daban rienda suelta
a su desesperación haciendo mil piruetas en la amplitud de la maltrecha pista
bailable.
Pero, como sucede con
la mayoría de agrupaciones musicales, los GADALUF, un día de esos, apagaron su
sonido para siempre. Nadie sabe qué pasó. Sin embargo, dejaron en el ambiente
artístico un vacío inmenso y nostalgia al pensar que Sucre tuvo la posibilidad
de seguir contando con un conjunto musical que, a la larga, se hubiera
constituido en una empresa sólida y con logros insospechados y, además,
forjadora de nuevos artistas que, contando con la experiencia y el apoyo de sus
fundadores, hoy en día estuviera cambiado la fisonomía de las festividades
sucreñas, muy venidas a menos.
A pesar de todo,
Sucre, en la actualidad, cuenta con buena cantidad de jóvenes que poseen dotes
artísticas diversas. La música no les es ajena, a tal punto que muchos integran
la banda municipal y la del colegio, circunstancia que permitiría fácilmente
formar un conjunto musical, si hubiera alguien con el empuje para organizarlos,
como sucedió con los incomparables GÁDALUF.
De la revista El Labrador, 2006.
hola paisano, porque no se trata de organizar un baile del recuerdo con los GADALUF, verias que reultado te dan, ya que todos sus integrantes aun vive
ResponderBorrarMi estimado Carlos
ResponderBorrarCon tus descripciones tan exactas y exquisitas estoy seguro que a cualquier paisano que tuvimos la suerte de disfrutar los bailes sociales al acorde de los GADALUF, al leer tu artículo estoy seguro que han disfrutado en nostalgia de muchos recuerdos vividos en cada festividad, lógicamente amenizada por los GADALUF... Sería muy oportuno, es cierto, que en la Próxima Festividad de Mayo nos deleiten con aquella música que no pasan al recuerdo, en donde también se pueden integrar los nuevos valores que hoy tanto en Cajamarca como en Lima llevan en su sangre el sabor de la música del Ayer...
RECORDAR ES VOLVER A VIVIR EFECTIVAMENTE, LOS FAMOSOS "GADALUF" NOS LLENARON DE ALEGRIA, DE MUCHA FELICIDAD, NOS DELEITARON CON LO MEJOR DE SU REPERTORIO EN CADA PRESENTACION MUSICAL FUERON LO MEJOR DE LOS 70. UNO ESPERABA CON ANSIEDAD EL DIA DE LA FIESTA PARA BAILAR Y DELEITARSE CON NUESTRA ORQUESTA FAMOSA DE ESA EPOCA.
ResponderBorrarSERIA GENIAL QUE VOLVIERAN A JUNTARSE Y TOCAR LA MUSICA QUE NOS ENCANTO
Es cirto lo que fueron LOS GADALUF, yo soy una señora que vivio esa epoca de oro, recuerdo que en una ocacion tuve que escaparme para bailar con mi enamorado en la minicipalidad, es que nos parecia lindo escuchar y bailar con una orquesta viendo sus cantantes que eran de sucre, que lindo fue esa epoca, me salen las lagrimas recordar a ese conjunto, dios los bendiga donde esten.
ResponderBorrarPero que bella descripción, mi corazón ha saltado de alegría y nostalgia al leer tan bello artículo. Muchas gracias.
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