a Julio Garrido Malaver
La siembra latente
siempre la iniciábamos con
nuestros azadones
e infinitas esperanzas
en aquellas tierras
que jamás debimos desasirnos.
Aquel día
cuando corrió la noticia de tu
muerte
fuerte estaba el sol
como tu afecto e inclaudicable
fe.
Es temporada
donde ruedan los chungos del
Marañón
desgajando estruendosamente
nuestro corazón
¿ Y quién sabía
que en Trujillo
despojaban de su nido
al Korequenque de naranjos y
madreselvas?
¡ Felizmente hubo tiempo
de despedirnos y abrazarnos
en el tiempo y la distancia
hermanos y amigos
en la tierra
el sentimiento
el destierro
el sufrimiento
el río abajo
la ribera
la choza
la canoa
las ilusiones
el cielo!...
Ese día cómo
aullaron los perros
del Casiano Alva
por todos los
caminos
sin fin de tu
Celendín
por todos los
ríos
cristalinos y
sabios
por todas las
casas y caseríos
hornos de paz y
amor.
A nosotros…
- los muchachos
-
quienes te
admiramos
nos encargaron
especialmente
seleccionemos
mejores fósiles
de Pampa Culebra
y con rostro de
su dimensión
¡ perennicen la vida
el magisterio
los ideales
los picos
las estrellas !
Vámonos Maestro
en búsqueda de
cóndores pétreos
en canteras del
Perú.
·
(*)San Miguel de Cajamarca, 1957. Gestor cultural
afincado en Chimbote, empleado de la Universidad Nacional del Santa. Autor de
poemarios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario