Por Tito Zegarra Marín.
El distrito de Sucre
al lado de José Gálvez y Jorge Chávez constituyen una sola unidad que se
expresa en el vasto, fértil y hermoso valle que sirve de marco a las tres
pequeñas capitales distritales.
En su historia, como hemos
señalado en El Labrador No. 1, este valle pasó por dos etapas: la primera se
caracterizó por la forma comunal de propiedad y uso de tierras: y la segunda,
por el proceso de parcelación de las mismas a través de una metodología justa y
democrática que se dio entre los años 1880 y 1885
A partir de entonces y
hasta promediar la década de 1940. Sucre y lo pueblos mencionados vivieron una
etapa particularmente promisoria y fecunda, con logros evidentes, expresados en
lo siguiente:
- La casi totalidad de las familias (aproximadamente 900 según análisis censal). dispusieron como propiedad y fuente de trabajo de 1 a 3 parcelas o solares. y excepcionalmente 5. Estos datos están documentados para la demarcación sucrense.
- Las tierras fueron de alta calidad productiva debido fundamentalmente a la lagunación periódica del valle. Por lo que. ellas fueron dotadas de abundante material orgánico en su composición.
- La producción agrícola fue óptima y diversificada: el maíz y la papa fueron los productos básicos. Al lado de ellos. el frijol. zapallos. caihuas. chiclayos. habas. arvejas. cebada. trigo y otros. Excepto eventuales heladas. no se conoció de plagas.
- La economía familiar giró fundamentalmente en torno a la producción solariega. complementada con actividades pecuarias. de arrieraje y producción artesanal del sombrero de paja toquilla.
- La presión migracional a nivel del conglomerado del valle fue insignificante hasta la década de 1940. en que se inicia el estancamiento y caída del crecimiento poblacional.
Aún se recuerda que
todas las viviendas por más pequeñas que hayan sido, siempre tuvieron sus
alares y altillos casi repletos y por varios meses de las conocidas
"guayungas" y otros productos. (guayungas. mazorcas de maíz amarradas
de a dos y colgadas)
Sin embargo, esta
etapa, como todas, tuvo su final. Y éste llego por la conjunción de tres
factores, no únicos pero sí los más importantes. El primero, y el de más
trascendencia se da cuando la empresa transnacional Perulac, hoy Incalac,
extendió su radio de acción hasta nuestro valle a partir de 1948. El segundo,
relacionado al proceso de desecación de la laguna a través del túnel de 600
mts., concluido en 1946, el mismo que, si por un lado favoreció el uso rentable
(por parte del Concejo Municipal) de la extensa pampa denominada El Común, por
otro, dejó de convertirse en fuente provisoria de abonos para la mayor parte de
las tierras y el tercer factor tiene que
ver con la dinámica interna del país en su conjunto, signada, en las últimas
décadas, por una profunda crisis, incompetencia y corrupción, de la cual ningún
pueblo pudo sustraerse.
La suma de estos tres
factores y probablemente otros menores, dio lugar a que se efectúe el proceso
de reconversión de la producción agrícola en lechera y al inevitable proceso de
concentración de tierras, alterando de esta manera el régimen de vida,
económico y social de todo el valle, cuyas consecuencias más significativas se
manifiestan en lo siguiente:
Cientos de
familias. en forma progresiva. van a quedarse sin el recurso básico de trabajo
y sustento familiar (sus solares). absorbido por la nueva orientación
productiva y obligados indirectamente a deshacerse de ellos.
- La abundante producción agrícola de maíz. papa y otros. en la práctica desaparece del mapa solariego del valle. por lo que muchas familias a poco tiempo comienzan a sentir la ausencia de productos indispensables. otrora. casi infaltables.
- Familias enteras iniciaron un intenso y difícil proceso de emigración hacia la capital limeña. fundamentalmente. y otros lugares del país.
- Sectores significativos de la población se ven obligados a sobrevivir en márgenes de miseria. sin posibilidades. a corto plazo. de superar tal estado.
- Pocas familias se aprovecharon de esta nueva situación. acaparando tierras (solares) e impulsando con éxito la producción lechera. íntegramente a su exclusivo favor.
De la revista El Labrador, mayo 1993.
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