Recogido en Puquio (Ayacucho) por
José María Arguedas.
Inkarrí, él, dicen,
tuvo la potencia de hacer y de desear.
No sé de quién sería
hijo. Quizá del Padre Sol.
Como era el Segundo.
Dios podía mandar.
En la pampa de
Qellqata está hirviendo, aguardiente, vino, chicha. Obra de Inkarrí.
La pampa de Qellqata
pudo haber sido el Cuzco: Desde el Osqonta, Inkarrí arrojó una barreta, hasta
el Cuzco. Por encima de la pampa pasó, ensombreciéndola.No se detuvo. Llegó
hasta el Cuzco. ¿Dónde estará el Cuzco? No lo sé.
Inkarrí arrojaba las
piedras, también. En las piedras también hundía los pies, como sobre barro,
ciertamente. A las piedras, al viento, él les ordenaba. Tuvo poder sobre todas
las cosas.
Fue un hombre
excelente. Fue un joven excelente. No, lo conozco. No es posible que ahora
viva. Dicen que su cabeza está en Lima. ¡Cuánto, cuánto, cuánto habrá padecido!
No sé nada de su muerte. Ya su ley no se cumple. Como ha muerto, ni su ley se
cumple ni se conoce.
Debe haber sido
nuestro Diosito quien lo hizo olvidar. ¡Qué será! Yo no lo sé. Pero, ahora, el
agua, los naturales, y todas las cosas se hacen tal como Dios conviene que se
hagan.
Está claro en
Qellqata, la chicha hirviente, el vino hirviente, el aguardiente hirviente.
Obra de Inkarrí.
De narraciones Quechuas.
sera importante este mito ¿ por qué?
ResponderBorrar:o
ResponderBorrarEs importante:|
ResponderBorrarinteresante
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