Por:
Secundino Silva Urquía
Elmer Castillo Díaz alude, en
su última WITOTADA, mis expresiones en el blog “Chungo y Batán” y facebook,
publicadas luego de la partida del Comandante Hugo Chávez. Lo que dice
Elmer, en dos párrafos, quisiera analizar
con quienes tienen la gentileza de leerme:
Primer
párrafo: ´Durante catorce años (Hugo Chávez) manejó a su país “con la
palabra”, que era su fuerte. Bien para algunos, mal para otros. Siempre he
escrito y me he expresado que la peor democracia es mejor que la mejor
dictadura, el estar tantos años en el poder de uno de los países más poderosos
económicamente de América, gracias a su petróleo, le facultó y lo autorizó a
alzar la voz contra todo él que creía “capitalista”´.
Analicemos
este párrafo, haciéndonos algunas preguntas:
¿Será congruente decir que ´Durante catorce años (Hugo
Chávez) manejó a su país “con la palabra”, que era su fuerte´, con el
hecho real que el carismático Hugo Chávez, no era precisamente un excelente orador;
y sí, un político consecuente que llevaba a la acción lo que pensaba y decía? Si
valiera la aseveración de Elmer Castillo; el demagogo Alan García, en sus dos
gobiernos, hubiese convertido al Perú en potencia mundial.
“Bien para algunos, mal para otros” ¿Será congruente suponer y decir “algunos” con el hecho real e
inobjetable de ver millones de seres humanos,
de distintas nacionalidades, en las exequias de Hugo Chávez?
¿Será congruente decir que el hecho de ´estar tantos años en el poder de uno de los países más poderosos…le
facultó…alzar la voz contra todo lo que él creía “capitalista”´, con el hecho histórico de 1992 que tiene a Hugo Chávez, arriesgando su
vida como insurgente desde el anonimato, para salvar su patria del saqueo entreguita,
corrupto y capitalista (así, sin comillas) de Acción Democrática, el APRA venezolana?
Segundo párrafo: ´Vargas Llosa (nunca fue mi santo de devoción en política) escribió un
artículo que leí en La República “La muerte del caudillo” refiriéndose a la
muerte del Comandante Chávez. “No hay que dejarse impresionar demasiado por las
muchedumbres llorosas…”. Alguien comentó muy suelto de
huesos, “…la envidia está enraizada en su ser…”, ¿de qué podría tenerle
envidia el Premio Nobel al comandante Chávez? Acaso en Chile no hay miles que
recuerdan a Pinochet con ternura porque fue el que salvó a chile de los
socialistas. Chávez insultaba a los “Yanquis” mandándolos al carajo, acaso no
le vendía su petróleo a esos “repugnantes”. “Es que es fiel en lo mucho es fiel
en lo poco”. Es cierto que ayudó mucho a las clases sociales pobres de
Venezuela y otros países con los famosos asistencialismos, hay que reconocerlo,
pero de ahí a endiosarlo y poner gigantografías en locales institucionales
(Gobierno Regional de Cajamarca), no me parece. Recordémoslo y el tiempo dirá
cuánto hay de cierto en todas las historias que se tejen en torno a él´.
Analicemos
de cara a la moral capitalista:
Las frases de
Mario Vargas Llosa: “No hay que dejarse impresionar demasiado por las
muchedumbres llorosas que velan los restos de
Hugo Chávez”, son una burla y total falta de respeto al dolor
sentimental de un pueblo que rinde homenaje cristiano a la partida física de su
líder. Esta actitud inhumana, solo lo explica su admiración por el
neoliberalismo y su modelo económico, el capitalismo salvaje; más su voluntad
de defenderlo cual militante obediente de la derecha política internacional. El
odio visceral de MVLl a quién enfrente a sus patrones no es nuevo; él ha ido y
va a dónde creen que es útil: Irak, Chile y desde luego a la Venezuela chavista.
Allí participó en eventos, con la ultraderecha y el Instituto Ghetto, pretendiendo
desacreditar y desestabilizar a Hugo Chávez, en su lógica maligna que “muerto o
caído el caudillo acabaría el chavismo”. Elmer Castillo no califica las
anteriores frases de MVLl, solo las menciona para seguidamente aludirme: ´Alguien
comentó muy suelto de huesos, “…la envidia está enraizada en su ser…”, ¿de qué
podría tenerle envidia el Premio Nobel al comandante Chávez? Acaso en Chile no
hay miles que recuerdan a Pinochet con ternura porque fue el que salvó a chile
de los socialistas´.
Lo último, responde
a mis expresiones siguientes en “Chungo y Batán” y facebook:
“… Mario Vargas Llosa es humano. La
envidia parece estar enraizada en su ser, y a veces lo ha motivado para escribir desmereciendo a quien
jamás podrá superar”. Es
cierto que tengo los huesos muy sueltos, así como bien articulados;
por esto, me siento independientemente apto y libre para decir lo que pienso,
de manera directa y sin ambigüedades: Comparar las manifestaciones multitudinarias
de masas populares ante la muerte del militar rebelde y demócrata Hugo
Chávez, quién en vida ganó quince elecciones democráticas, con el sistema
electoral más moderno y confiable del mundo (según lo afirma el ex presidente
estadounidense, nada chavista, Jimmy Carter); con las raleadas concentraciones de
quienes recuerdan a Augusto Pinochet con ternura (sic); ése militar
golpista y fascista que con asistencia de la CIA y la ultraderecha tomó el
poder en Chile, asesinando a Salvador Allende, presidente electo democráticamente,
y a miles de personas que los creyó comunistas, socialistas y peligrosas; es,
por decir lo menos, una estupidez.
A mí no me
impresionan los premios, hay distinguidas personalidades a las que tampoco. La
historia, hechos y circunstancias, testifican que muchos se han entregado y se
entregan inmerecidamente; ya sea, en concursos auspiciados por intereses
creados y nada santos; o bien, con calificación de jurados cuyos miembros,
muchas veces, hacen el papel de padrinos. Obviamente, otra cosa es hablar del
Premio Nobel. ¿Existirá algo más
deslumbrante y que prestigie tanto o más que éste premio? Creo que sí: el
simple hecho de rechazarlo. Eso hizo el francés Jean-Paul Sartre en 1964; entre otras razones, por creer que “los lazos entre el hombre y la cultura deben desarrollarse
directamente, sin pasar por instituciones”. Así que mis preferencias para leer
y admirar escritores, se basan en ésta verdad sartreana; y esto no implica que no
admire a algunos Premio Nobel. Adicionalmente, y en la lógica capitalista,
preguntémonos: ¿Quién es y será mejor: El maestro filósofo y exponente del
existencialismo, escritor, novelista, dramaturgo, biógrafo, político y
exponente del marxismo humanista, que rechazó el Premio Nobel; o el discípulo
escritor diligente que lo recibió y lo ostenta? ¿Será menos el argentino Jorge Luis Borges, quién mereció y no le dieron el Premio Nobel, que el peruano Mario Vargas galardonado? Por tanto, no creo que el Premio Nobel tenga además de los
dólares, una vacuna milagrosa que inmunice a ciertos mortales que lo reciben,
contra debilidades humanas como la envidia y la mezquindad. En este aspecto, y
a juicio de prestigiosos críticos, lo de MVLl. está documentado: escribió el
ensayo “La
utopía arcaica”, desmereciendo
a José
María Arguedas y su obra, para pretender
evitar que la historia lo reconozca como el mejor escritor del Perú. Y la inhumana
referencia a las “muchedumbres llorosas”, le salió porque sabe que él jamás hará por su país lo que Hugo Chávez
hizo por el suyo; y finalmente él intuye, que cuando muera, no tendrá sepelio multitudinario
ni gloria de transformador.
Elmer
Castillo continua: ´Chávez insultaba a los “Yanquis” mandándolos al carajo,
acaso no le vendía su petróleo a esos “repugnantes”´. Aclaremos: Chávez,
más que insultar, decía sus verdades a los poderosos que fungen de gendarmes o
dueños del mundo y se creen intocables. Y, Venezuela no vende petróleo a
los “yanquis” porque ellos pagan el mejor precio; sino porque la moral del
socialismo no es de venganza contra los capitalistas, menos contra sus víctimas,
y porque sabe diferenciar las actitudes de los pueblos de la de sus gobiernos.
Por esto Venezuela vende petróleo a EE.UU, con precios subsidiados, para ayudar
a las muchedumbres empobrecidas que, ¡oh contradicción!, también
sobreviven en algunos estados de este imperio norteamericano.
Elmer
Castillo sigue: ´Es cierto que ayudó mucho a las clases sociales pobres
de Venezuela y otros países con los famosos asistencialismos, hay que
reconocerlo,…´ Subrayemos y aclaremos: La lógica de Elmer
parece muy influenciada por la maquinaria propagandística internacional defensora
del neoliberalismo, esa que en el Perú llega al nivel de prensa basura. En
Venezuela más que “clases sociales pobres”, habían muchedumbres empobrecidas por los
gobiernos entreguistas de la era pre chavista. Llama “famosos
asistencialismos” a lo que en Venezuela, son misiones de la revolución
bolivariana. Así, la revolución en la salud se hizo con las misiones “Barrio
Adentro” y “Operación Milagro”; convenios y participación de excelentes
médicos cubanos, que poseen formación con sensibilidad social que solo la
educación socialista puede impartir. La revolución educativa se hizo, en todos
su niveles, con las misiones “Robinson I”, “Robinson II”, “Ribas” y “Sucre”,
también con la ayuda de la Cuba que hace décadas es libre de analfabetismo,
pese al criminal bloqueo económico de los EE.UU. Mientras en este aspecto, en el
Perú subsiste la gran estafa en la educación pública y, eso sí, existe el asistencialista
y limitado programa “Beca 18”. Esto, porque la clase dominante y el
neoliberalismo, a los que se ha sometido Ollanta Humala, le tienen pavor a una
revolución educativa que generaría un pueblo educado, culto y rebelde si fuera
necesario.
Antes creía
que el autor de “WITOTADAS” siquiera simpatizaba con ideas políticamente
progresistas, luego de leer éstas que consideré requerían aclaraciones, celebro
su sinceramiento y definición para mostrarse alabando ideas antagónicas. Está
en su derecho de criticar a los socialistas, sus ideas y acciones; para eso felizmente
existe la libertad de pensamiento y expresión.
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