Por: Emilio Horna Pereira
"...río Marañón déjame pasar, tú me das
tus aguas yo tu corazón" reza un estribillo tradicional en las muchas
cuencas y valles de la sierra nororiental del Perú que discurren hasta la
dorada serpiente mayor que limita inaccesiblemente los ámbitos de Cajamarca y
Amazonas, coloridos y alegres valles con pueblos de paciencia y empeño, así
como inimaginables bosques nativos y jalcas de protección que mantienen estos valles
y las ricas y productivas playas del temple marañonense, a ambos lados del río
parecen mirarse eternamente separados por la gran serpiente dorada que algunos
osan vadearlo en cautivas balsas del empeño e imaginería de los lugareños, la
necesidad de comunicarse y de intercambiar sus productos ha sido más grande que
la eternidad de la bravura de la serpiente.
Pero los tiempos y las
velocidades cambian, el presente requiere comunicaciones e intercambios más
rápidos y cercanos, vías óptimas que abaratan costos y generan economías
locales, para en el futuro integrarnos a los mercados y corredores regionales e
internacionales, más aún dada la cercanía relativa del corredor bioceánico
ubicada en el norte del departamento y que en los próximos cercanos años entrará
en funcionamiento generando cambios económicos y sociales que debemos aprender
inmediatamente, los pueblos necesitan integrarse a los flujos económicos y
productivos regionales, potenciando nuestros recursos para nuevos mercados.
En el espacio departamental
solamente se atraviesa el río Marañón por vías carrozables en dos lugares, el
primero en la zona de Jaén por el puente Corral Quemado y en Celendín en la
parte sur del departamento, por el puente Chacanto en el lugar denominado
Balsas.
El corredor del norte
que salta olímpicamente la bravura de la serpiente dorada tiene asegurado su
presente con una vía asfaltada bien diseñada que une la costa en Olmos con la
marginal en la selva, acercando la producción y el consumo, y tiene además
asegurado el futuro por ser parte de próximo corredor bioceánico que unirán los
continentes del atlántico a los del pacífico con un tramo mayoritariamente con
transporte fluvial que abarata los costos de transporte especialmente de carga,
generando ventajas comparativas muy convenientes para el desarrollo de las
regiones de su influencia y atracción a dicho corredor continental.
El corredor que
atraviesa la parte sur apenas si tiene presente, une la costa desde Pacasmayo
con vía asfaltada hasta Cajamarca, de ahí a Celendín una carretera pésimamente
mal diseñada y conservada, como carretera de penetración transversal costa -
sierra - selva necesita tener ciertas características que optimicen su uso, por
ejemplo mejorar el diseño y el trazo. Pero si tiene un futuro que debemos
empezar a construirlo.
El objetivo de la
penetración del sur es unir grandes corredores económicos como el de la selva
productiva y el de la costa consumidora, atravesando la sierra comerciante y de
autosostenida pobreza, generando en esta última oportunidad diversar para
dinamizar las economías locales la finalidad es desarrollar un corredor que
tenga más ventajas comparativas que su gemela del norte, aprovechando la sierra
que conserva naturalmente sus frutos y otros de fácil deterioro en el calor de
Olmos ante interrupciones que ocasionan los fenómenos naturales en forma
periódica, asimismo la distancia a los grandes mercados de la costa como
Chiclayo, Trujillo, Chimbote y Lima a la marginal de la selva se acortarían en
distancia y tiempo, el objetivo de mejorar el trazo para convertirla en una
carretera nacional de penetración pasa por un viejo sueño de muchos paisanos
huauqueños visionarios en una carretera de Cajamarca a Celendín en dos horas y
media a tres, cuyo trazo debería abordar el valle de Cajamarca las suaves
pendientes de la Quispa para encontrarse rápidamente de la Jalca a la Loma del
Indio, de ahí por las jurisdicciones de Sucre, Jorge Chávez y Limón y en unas
tres a cuatro horas de Cajamarca a bañarse en las cálidas orillas del
serpenteante Marañón, de este punto limítrofe a Leymebamba y su poco marketeado
Kuélap, para continuar en el gran circuito turístico de norte del país, que
viene gestándose como lineamiento de desarrollo nacional, como contraparte al
circuito del sur actualmente exclusivo del turismo extranjero y nacional; o de
Leymebamba siguiendo al sur oriente en un nuevo trazo de esta carretera de
penetración, para encontrarnos muy cerca en el corredor de la marginal
Puente Chacanto |
De la revista El Labrador, mayo 2002.
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