Tito Zegarra
Marín
Especial atención viene concitando
el megaproyecto energético mal llamado Chadín 2, a ejecutarse aprovechando el
cauce y las aguas del río Marañón, comprensión territorial de las provincias de
Celendín (Cajamarca) y Luya (Amazonas). No es para menos, la magnitud del mismo
y su trascendencia socioeconómica, lo justifican.
Lo que sigue, es una opinión personal
no especializada que se nutre de mi formación sociológica, la modestia de
conocer en algo esa realidad y del cariño a mi tierra, donde vivo.
Se sostiene que Chadín 2 estará al
servicio de las empresas mineras y del “imperio de Brasil”. Estas voces, nos hacen
recordar a aquellas que hace algunos años decían que el asfaltado de la
carretera Cajamarca-Celendín, de concretarse, estaría al servicio de las
transnacionales. Hoy, nadie discute la enorme importancia del asfaltado para
Celendín y la región Amazonas. Creo que algo similar va a pasar con dicho
proyecto.
Algunos dirigentes señalan que el río
Marañón al igual que sus extensos y productivos valles, serán “destruidos”. Nada
más lejos de la realidad. No es posible destruir un río de ese caudal y no contamos
con esa clase de valles, pues el trecho por donde discurre el Marañón, por ser
severamente accidentado, solo ha dejado angostas y contadas playas, Mendán, la más
significativa. Todas ellas de relativa importancia socioeconómica (incluyendo la
coca), lejanas y aisladas.
Un reconocido y buen amigo de la UNC,
me decía que Chadín 2 podría convertirse en un grave y potencial peligro para
los valles y pueblos ubicados aguas abajo, pues en algún momento podría colapsar el dique de
contención y como consecuencia generar una hecatombe de consecuencias inimaginables.
Sin duda, es un riesgo, aunque no conozco se hayan dado esos casos.
Voceros ambientalistas afirman que Chadín
2, afectará mortalmente la flora y fauna del ecosistema formado alrededor de
los 32.5 Km2 de represamiento del
río. Creo que se exagera. El hábitat territorial, al subir unos metros más por
efectos del propio embalse, puede ser ligeramente diferente pero no inviable
como para que las pocas especies se readapten y desarrollen. Del mismo modo, al
represarse el río en un volumen de 1960 hm3., es previsible que
ocasione algunas alteraciones en el modo de vida de las especies acuáticas, e
incluso puede dar lugar a la aparición de otras, pero, de ninguna manera será
factor para su extinción.
A otros amigos, preocupa el futuro
de las pocas familias y las pequeñas playas en las que viven, así como debe
preocupar su situación de pobreza y la casi exclusividad en el cultivo de coca.
El proyecto en marcha, puede brindarles una nueva y mejor oportunidad de vida, siempre
y cuando la posible reubicación o compensación cumpla toda exigencia. Por lo
demás, no olvidemos que somos un pueblo de familias migrantes, mucha de ellas
exitosas.
PROMESAS Y EXPECTATIVAS
Para las provincias de Celendín y
Luya la puesta en marcha del mencionado megaproyecto, creo que repercutirá
favorablemente. Sobre todo, si tenemos en cuenta que son provincias cuya
pobreza bordea el 60% y la carencia de servicios básicos, entre ellos energía
eléctrica, el 50 %. Chadín 2 no va solucionar esos problemas, pero puede ser
muy importante su contribución.
La millonaria inversión debe
dinamizar la economía local: infraestructura, servicios, movilidad,
alimentación, hotelería y otros. Pero lo interesante es la oferta de 3 mil
puestos de trabajo, propuesta justa y atendible que no debe quedar en
publicidad, como de alguna forma sucedió con el último proyecto minero. En ese
entonces, periódicos capitalinos reiteraban que miles de celendinos perderían
sus puestos de trabajo si se paralizaba Conga. La verdad es que no fueron miles
pero sí algunos cientos, de los cuales, no más de 10 (diez) eran celendinos.
Este desacierto no debe repetirse, por lo menos el 90% deben ser de esta
provincia.
Odebrecht, empresa que tendrá cargo
dicha obra, ha hecho público que un total de 10 mil hectáreas en ambas
provincias, serán reforestadas. Encomiable y factible esta decisión, pero de
nuevo clamamos por que no quede en palabras. Y lo decimos, porque también
tenemos malas experiencias: las municipalidades, año tras año anuncian programas masivos de reforestación, pasado el
tiempo, solo encontramos viveros como engañosos montajes para justificar el
trabajo de sus allegados. Para que cumpla con lo ofrecido y no queden
dudas, proponemos que de las 10 mil
hectáreas, por lo menos 2 mil sean de los alrededores de nuestra ciudad, en los
cerros Jelig y Grande, a la vista agradable de todos; mejorando el ecosistema
de la campiña e incentivando el interés turístico.
También informa que construirá 250
km de carretera afirmada al servicio de sus operaciones y de las comunidades
del entorno. Al respecto, Odebrecht, necesariamente va a pasar por uno de los
más hermosos valles con aguas termales, Llanguat, a 20 Km, de Celendín. Si no
sería pedir mucho, planteamos a dicha empresa asfalte ese corto tramo, quizá la
obra más soñada.
La presa a formarse, le dará una
nueva connotación paisajista a ese escenario ecológico pero no opacará la
grandiosidad de los cerros que lo bordean. Sobre esas aguas ya tranquilas,
navegando en pequeñas balsas, se podría contemplar esas colosales peñas entre
inclinadas y encañonadas que, de otra forma, sería imposible hacerlo. Al igual,
que servirá para eslabonar turísticamente a Caxamarca con Chachapoyas, pues
traspasando sus aguas y subiendo por los antiguos pueblos de Quis Quís y
Cocabamba, estamos a un paso de Kuélap. Una nueva etapa para ambas regiones.
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