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lunes, 10 de julio de 2017

Huellas: NOSTALGIAS DEL CINE EN SUCRE

Por Salgud.

Hoy hablaré una vez más de aquel Sucre antiguo, de tiempos pasados, que hace honor a su época porque, valgan verdades, era un Sucre mejor. Contaba con una sucursal del Banco de la Nación, un mercado de abastos sabatino y con varias tiendas de comercio para el consumo diario, asimismo contaba con establecimientos de expendio de telas de corte inglés, como la de don Teobaldo Chávez, de don Agustín Marín y del viejito Samuel Silva; había una zapatería bien nutrida en la plaza de armas de propiedad del profesor Onésimo Silva denominada "Zapatería Danita"; estaba en boga el estanco de sal y de la coca de don José Zavaleta sin dejar de hablar de la embotelladora de gaseosas "La Sucreñita" y también se disfrutó con un cine cultural, mismo que llegó a funcionar con un proyector marca Lumiere modelo 9 mm en el patio de la casa de la señora Eloísa Zegarra, ambientado de manera precaria y poco sofisticada por el recordado Mardonio Sánchez.

A decir verdad, cuando seguimos enumerando todas estas cosas que se han perdido en el pueblo, no hace sino invadirnos la nostalgia, combinada con una suerte de coraje y de impotencia, al ver que nuestra querida tierra, pese a los grandes adelantos de la tecnología con la que se cuenta en la actualidad, no ha hecho menos que retroceder enormemente en su desarrollo natural. Los motivos, vaya usted a saberlos y sería un excelente "tema de tesis" para un estudiante de universitario, pero eso por ahora no nos interesa; lo que si nos avoca es recordar aquel gran portento de la tecnología del siglo pasado que fue el cine y que hizo su llegada por primera vez a Sucre, según cuentan, como cine mudo, y en blanco y negro, cuando a nuestro pueblo llegó un personaje llegado del sureño país chileno, cuyo nombre casi nadie recuerda ahora, pero que le apodaban cariñosamente "mono sucio". El, si es que no estoy equivocado, proyectó en varios patios y corralones del pueblo, algunas películas en blanco y negro que en ese entonces, pasaban de moda en Europa y los Estados Unidos, esto ocurría a fines del 60 y principios del 70 y, tales películas eran recortes seguramente de las de los primeros clásicos extranjeros, como el título "bomba" una especie de Tarzán mudo que fue una de las primeras proyecciones. Esto lo testifico, porque cuando yo era estudiante de secundaria, llegó a mis manos uno de estos rollos, incompleto y algo deteriorado a tal punto con la inquietud infantil que me caracterizaba, hice mi propio proyector casero de cartón y pretendiendo visionar esta película, obviamente sin sonido ni movimiento alguno y con las limitaciones propias de un aparato hecho "a machete".

Fue nuestro recordado amigo Mardonio Sánchez Sánchez quien trajo a Sucre, por primera vez al verdadero Cine sonoro y muchas veces a full color, que le puso el nombre de CINE CULTURAL SUCRE. Cómo no recordar la gran sensación de ansiedad que sentíamos, muchachitos todavía en aquel entonces, cuando después de pagar nuestro sol, a doña "Fija" (la mamá de Mardonio que hacía las veces de cajera del improvisado cine), nos sentábamos en las "butacas" hechas de tablón de eucalipto y esperábamos, previa música de valses y boleros, escrupulosamente escogidos por los dueños, a que empezaran a proyectarse "los rollos" (así le decíamos a la película), por Milton Odilón, quien hacía las veces de maquinista de proyección. Luego de la música, que estoy seguro sólo le gustaba a su dueño, no por fea sino por vieja, venían los preliminares y repetidos hasta la saciedad corto metrajes, entre ellos los que destacaban eran: "La caza del cachalote", "miel pura de abejas", "operación de almorranas", entre otros; sacados tal vez de los más olvidados archivos de la otrora productora fílmica alemana TRANSTEL y que estoy seguro se los conseguía don Mardonio en calidad de ofertas por el alquiler o préstamo de las películas de fondo que venían después. Como no acordarse de inolvidables títulos como el de las primeras proyecciones: "Molokay la Isla maldita", que narraba la historia dramática de un cura con verdadera vocación de fe, que se adentró en una isla española de leprosos, quedándose para siempre y muriendo en ella como uno más de ellos. Otra película de la cual tengo recuerdo fue "El príncipe encadenado", adaptación de la novela de Calderón de la Barca "La Vida es Sueño". Creo que entre las películas de acción mejores que vio Sucre estuvieron "Flint peligro supremo" y "Flint misión insólita", que eran una adaptación cursi del agente 007. También estuvo una de las pistoleras o westerns como "Duelo de gigantes" con John Wayne y Kirk Douglas; gozamos con la recordada "Un millón de años antes de Cristo" historia con dinosaurios de hule a lo Jurassic Park prehistórico. Otras de orientación religiosa como "Josie la Indomable" basada en las peripecias de una jovencita de corte puritano 
Molokay, la Isla Maldita
ambientada en Norteamérica de tiempos de la colonia inglesa, o "el encuentro", muy recordado film por el protagonismo del Alberto, un chiquillo que se mostraba por primera vez en pantalla, al público sucreño, su desnudo al ingresar en una piscina y muchas, muchísimas más.

Pero así como nos trajo buenas películas dignas del recuerdo, también nos trajo algunas terriblemente feas y aburridas, que por lo mismo no las olvidaremos nunca. Entre las más desagradables no podemos olvidar a "El Arpa Birmana", era un documental de la segunda guerra mundial en la zona de Camboya, que presentaba unos arenales a los cuales le disparaban ráfagas de metralleta cada vez que por ahí se aparecía algún chino con su sombrero en hongo y caía fulminado por las balas, teniendo como fondo musical el arpa Birmana; para colmo era largometraje, en blanco y sepia, como para dormirse sin necesidad de tomar valeriana. Pero la más aburrida de todas fue sin duda "Un señor y su perro", en la cual se escuchaba la narración de un sujeto que pasaba horas y horas con su perro por las calles, mercados, tiendas y plazuelas de Alemania y finaliza cuando al animalito le dieron ganas de hacer sus necesidades justo al frente de una monumental pileta de aguas burbujeantes y cristalinas. Recuerdo también que una vez, estando Mardonio en la plaza de armas en una charla, le pidieron que trajera algo sobre fútbol y el muy chiflado trajo una función completa sobre los entrenamientos del fútbol amateur alemán y cuando en plena función le reclamaban pidiendo partidos de mundiales, él, en tono burlón contestaba: "ahí está pué, no querían fútbol, pues fútbol estás viendo, jajaja...".

En otra ocasión, fue tal el despiste del maquinista Milton Odilón, que por equivocación o tal vez dejándose llevar por su temperamento un poco agriado, confundió los rollos de la película y comenzó la función por el final. Tal fue la sorpresa del público que luego de unos quince minutos de función y habiendo seguido la historia a medias, apareció la palabra FIN y salieron los créditos. Ante tal metida de pata, no le quedó más, a nuestro menudo amigo, que continuar con la proyección como quien dice de las patas a la cabeza, terminando la función con el título de la película.

Y para finalizar este recuento de algunas de las más recordadas anécdotas del cine cultural Sucre, quiero contarles lo que pasó en la última función que hubo o tal vez una de las últimas: Se proyectaba la cinta argentina "pelota de trapo", que narraba el sueño un niño, que tiene el sueño de ser "crack" de fútbol. Con sus amigos del barrio y una pelota de trapo crean un equipo modesto, al que llaman «Sacachispas» en las precarias canchitas callejeras del barrio de la boca al sur de la ciudad de Buenos Aires. En la tercera noche de proyección, no hubo luz en Sucre y por ello el loco magno alquiló un grupo electrógeno de Celendín. A media función, justo cuando iba a patear un penal el niño protagonista, el bendito motor se apagó y no arrancó más. La gente, llena en el patio de doña Eloísa, pedía a viva voz la culminación de la película y Mardonio muy suelto de huesos, sentenció; "no se preocupen, si quieren les cuento el final o si no, la próxima semana, cuando se reponga la luz, pasamos lo que falta de la película, tengan paciencia, tengan paciencia...".

La llegada del VHS se encargó de darle al cine, no solamente en Sucre si no en muchas partes del mundo, la estocada final. Los adelantos en cuestión de tecnología han hecho que ahora solamente queden estos lindos recuerdos que se constituyen en una parte importante de la historia de nuestra querida tierra de Sucre.


Tomado del folletín Zarzamora, mayo 2017.
Salgud: Douglas Rojas Zegarra.

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