Pintor, Caricaturista, Músico, Trotamundos, y
Folklorista
Por Jorge Wilson Izquierdo.
Nació en Celendín el 10 de setiembre de 1917 del
matrimonio de don Diógenes Rocha Pérez y doña Estefanía Segarra Díaz, ambos
maestros primarios.
Realizó sus primeros estudios en esta ciudad. Cuando
cumplía 14 años fue enviado como maestro de escuela a Chumuch por el
comisionado escolar don Felipe Mariñas. Lamentablemente, por un año de trabajo
solo le pagaron tres meses de haberes, por lo que se vio obligado a renunciar
el cargo con grave perjuicio a su vocación porque rehusó definitivamente a los
estudios de pedagogía no obstante sus dotes innatas de maestro.
Sus estudios secundarios los hizo en el Colegio
"San Ramón" de Cajamarca y los superiores en la Universidad Nacional
San Antonio del Cusco, en la especialidad de Ciencias Físico Matemáticas, sin
llegar a graduarse. Ingresó luego a la Escuela de Oficiales de Investigaciones
del Perú. Fue destacado a Cajamarca como investigador, allí mostró su habilidad
y honradez en el desempeño de su cargo.
Luego realizó estudios en el extranjero: en las
universidades de Kuln y Leypsig de Alemania graduándose en Antropología. En
Barcelona se recibió de Aviador Civil, alcanzando un record de 45 horas
consecutivas de vuelo. En Noruega se capacitó para el mundo empresarial de
barcos. En Mallorca se graduó de Capitán de Yates y Jefe de Rumbos.
Fue profesor en el Colegio "San Ramón",
director fundador de los colegios "San José" de Sucre y "Augusto
G. Gil" de Chalán y de dos colegios en Puno.
Como pintor tiene más de 21,000 dibujos de América,
Europa, Medio Oriente y parte de Asia.
Entre sus principales caricaturas de personajes
celendinos podemos citar: "Don Quijote y Sancho" representados con
los perfiles de don Sixto Tirado y don Felipe Rovoredo, respectivamente; la del
"Honorio Poeta", la de don "Shante", etc.
El Instituto de Cultura Hispánica ha compilado el
contenido de varias sus conferencias, artículos folclóricos y literatura.
Como trotamundos ha recorrido diversos países del
orbe. Estuvo radicado por mucho tiempo en España, cuyas ciudades conoció en su
integridad. Cuando lo entrevistamos, en esta ciudad, nos manifestó
burlescamente que seguirá viajando y dando la vuelta al mundo y que no morirá
en cama alguna porque su sino es el de viajar. Al interrogarle sobre su
matrimonio, replicó: "Busco una mujer que tenga alma de jeep, que no se
quede en los barriales del camino".
Cultiva la música, tañe acordeón, guitarra, flauta y
antara. Es autor de la música y letra de diversas canciones especialmente de
himnos. En París, grabó un long-play de música pentafónica de antaras norteñas.
En Edich, isla de Mallorca, instaló su propia galería
para promocionar el conocimiento del Perú y de otras repúblicas sudamericanas.
Según manifestó, ha venido al Perú especialmente a Celendín, para enseñar el
arte de la juguetería funcional mediante paja, "panca",
"tusa" y otros artículos que tienen representaciones magníficas, por
ejemplo el nacimiento de Jesús. Este arte ha estado enseñando en el 'Taller de
Tejidos y Artes Manuales" que dirigió en esta ciudad la señorita Anita
Barrionuevo. Decía el señor Rocha que esta obra de arte iba a ofrecerla al
mercado europeo turístico en la citada isla de Mallorca.
Alfredo Rocha fue sencillo en su vestir, casi siempre
llevó chompa, pantalón que contrastaba el color de la chompa, zapatillas, un
escapulario de antara le cuelga del pecho. Camina con su portacordeón, llevando
en la mano su tarola, un periódico o una revista. Fue inteligente, locuaz y
ameno en su expresión. Le gustó discutir sobre literatura, música, poesía,
pintura y política, llegando muchas veces a ofuscarse en la conversación.
Como caricaturista, ha exagerado los rasgos de sus
personajes en el contexto de su ambiente social y cultural, como el caso de los
apuntes de José María Pernán, Francisco Miro Quesada, etc., y nuestros
lugareños, la del Fonsho, El Honorio, símbolos del trabajo y la travesura de
Celendín, respectivamente. En 1966, escribió un ensayo axiológico sobre la
caricatura demostrando su dominio sobre la materia. En el campo de la música,
adentrándose para descubrir la intensidad mensajera del indio y sus fortalezas
y el carácter pentafónico que él difundía interpretándolo en diferentes
instrumentos: flauta, zampoña, antara, gaita, etc. Al final de su vida Rocha
fabricó muchos de ellos, hasta cajas y bombos cajamarquinos.
Como docente ha dictado cátedra de matemáticas. En
Sucre, el Instituto Superior Tecnológico lleva su nombre. Enseñó también en el
Centro Artesanal y dio innumerables conferencias dentro y fuera del país. Su
pedagogía iba vinculada a la realidad del ambiente y de las circunstancias.
Como detective, desarrolló mucha imaginación y buena fe. En Cajamarca salvó la
vida al presidente Manuel Prado en 1942, cuando iba a ser víctima de un
atentado. Y gustaba de hacer toda clase de investigaciones y estadísticas, como
aquella que Celendín tenía un alto índice de tuberculosis. Sin éxito promovió
la cooperativización de las sombrereras y aprovechó la panca de choclo para
obras de arte casero.
Interpretando la vocación peruanista de Alfredo Rocha,
se han ocupado personalidades de Italia de la talla de Leopoldo Best Ramos ,
Alejandro Miro-Quesada, César García Miro, Juan Ríos, Luis Nieto, Teresa Guerra
García, Francisco Izquierdo Ríos, Eduardo Moll, etc., concluyendo que se
debiera investigar el paradero de su obra "Inti Raymi" vendida en
Chachapoyas y luego en el extranjero. En Cusco vivió muchos años, departiendo
con todos los shilicos que por allí hacían su vida. Asimismo reagrupar las
acuarelas que se encuentran extraviadas y compilar sus artículos periodísticos
y otras publicaciones. Rocha ha sido muy afable, ocurrente, inquieto, pero
también muy cáustico cuando se trataba de amparar causas nobles. De allí que su
muerte, más que un accidente casual, pudo ser un atentado, pues, era un
acérrimo antivelasquista y con sobrada razón.
El genio impresionista de Andrés Zevallos de la
Puente, ha escrito en "Volviendo a mirar la senda" (1992), una bella
crónica o semblanza sobre su condiscípulo y amigo Alfredo Rocha, contando
pasajes de su vida y amistad, ascensión artística, chascarillos y muerte del
auténtico pateperro, como él mismo solía llamar según testimonio de otro amigo
suyo, Manuel Jesús Orbegozo. Muere en fatal accidente acecido en Lima, el 9 de
octubre de 1972.
Revista El Labrador 2017.
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