Los esposos Rodolfo Salazar Chávez (1899 — 1971) y
Ernestina Zegarra (1900 - 1971) fueron para el Colegio San José lo que la
familia Curie fue para la ciencia.
Sus nombres están fuertemente unidos a la historia del
Centro Educativo desde los primeros instantes de su fundación, pues fue en la
casa de su propiedad donde funcionó por dos años consecutivos.
La casa solariega y decadente está ubicada en la
intersección de las calles Nazario Chávez Aliaga y Simón Bolívar es una grande
edificación de dos plantas; está construida de adobes y materiales propios del
lugar, consta de amplias y altas divisiones, con varias puertas de doble hoja a
la calle, la gran portada de cedro de ingreso, por el zaguán al patio de forma
cuadrangular empedrado. Los anchos alares bordeados con duelas de piedra azul
labrada y a cada distancia unas columnas cilíndricas de madera sobre base de
piedra y capitel de forma rectangular, también de madera, que, cual Atlas, sostienen
las soleras.
Por el mismo lado de la portada una puerta da acceso a
través de la escalera ruidosa y sonora de madera al segundo piso construida de
madera machihembrada.
La notable pareja de Mecenas, de holgada economía, procedía
de una familia con fuerte arraigo católico, con fe en el trabajo y con amplia
valorización de la solidaridad.
Fotografía: Archivo Sucremus
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