Partiste al infinito sin avisarnos, sin la mínima señal al respecto, intempestivamente y no por culpa del Coronavirus al que cuatro veces te sometiste al tamizaje. Pues eras fuerte como un roble a tus años, le sonreías a la vida y te llenaste de amigos y de tu pueblo del que jamás pensabas salir. Pero saliste casi calladito a la eternidad y para ya nunca volver, cómo no sentirlo y ponernos tristes, entonces.
Perdóname Che, pero vale recordar tus
cualidades: tu don de gente y ejemplar amigo, tu comprobada generosidad, tu
rectitud y decencia, tu franqueza y sinceridad. Casi nunca decías NO y nunca
salían de tus labios palabras ofensivas ni diatribas para nadie. Por ello te
hiciste de muchas amistades y amigos, con quienes compartías henchido de
contento, sereno y agradecido, al pasar los días.
Tu pueblo querido, Celendín, su gente
modesta y de toda condición, guardó una especial empatía con tu persona. Y tu
hermosa ciudad, por la que paseabas incansable, concitó tu atención al verla que
perdía originalidad, que adquiría un rostro extraño y que poco o nada se hiciera
para evitarlo.
Y claro que también tuviste sueños e
ideales: por la salud y futuro de tu tierra amada, por la situación de pobreza
y tantas inequidades, por la corrupción imparable a la que no son ajenos los
pueblos del interior. Por ello asumiste las banderas socialistas y de
izquierda, y como muchos de nosotros, compartiste esperanzas por un mañana
distinto.
Hace 5 años, falleció tu amigo inseparable
Alberto Rodríguez, gran amigo mío también. Hoy seguiste sus pasos y como en ese
entonces, desde Lima donde ocasionalmente me encuentro, escribo estas cortas
líneas de reconocimiento, homenaje y cariño sincero a quien de verdad lo merece.
Agrego mi recuero a tu querido padre, el maestro, escritor y poeta laureado:
Alfonso Peláez Bazán y mis condolencias a tus hermanos Mario y Gladys y a la
niña de tus ensueños Nicolita.
Ya no estarás querido Che y nadie cubrirá
el vacío que dejas en tu grupo de amigos, ni en nuestras cotidianas tertulias,
caminatas y aventuras, todas llenas de humor, bromas y mucha fraternidad. Tampoco
estarás degustando buenos vinos de los que eras un asiduo catador, al lado de
tus amigos Tomás Díaz, Octavio Zegarra, Miguel Pereira, Javier Chávez R. Manuel
Aliaga, Panchito Zelada, Erasmo Pereira, Luis Escalante, Fidel Pereira, Napo Quevedo,
Pedro Aliaga, Ulderico Rojas, César Pereira M.
Hasta siempre buen amigo Arturo Peláez Pérez,
“Che Tuto”
Publicado en el
Nuevo Diario de Cajamarca, 8-01-2021
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