Por. Ing. Secundino SILVA URQUÍA
¡Lamentablemente
sí! Este y otros problemas e impactos, como sabemos, generarán el calentamiento
global y el cambio climático.
Pero como no
escribo este artículo desde el papel de alarmista, sino de técnico y ciudadano
celendino, puedo afirmar que al problema de falta de agua en Celendín se le
puede imponer un largo periodo de efectivas soluciones. Desde luego, esto no es
tan simple, tales soluciones demandan el compromiso y acción de todos los
celendinos; y aún no estamos concientizados, preparados ni organizados para
asumir responsabilidades de este nivel.
A MODO DE ENFOQUE EDUCACIONAL Y POLÍTICO
Desde el campo educativo y político, y esto lo vengo planteando desde hace más de tres décadas, es necesario que autoridades, dirigentes, maestros, profesionales de las ciencias sociales y de ingeniería, técnicos y ciudadanos en general; nos organicemos y elaboremos un plan serio para rescatar y afianzar, desde lo local a lo provincial y viceversa, nuestra identidad como celendinos; para lograr así la indispensable e impostergable integración de sus medios urbano y rural. Una réplica virtuosa tendría que darse en todos sus distritos; porque lo que se ha replicado hasta hoy, es el centralismo nacional con Lima, hasta lograr actuales centralismos regionales, provinciales y distritales.
Romper con el pernicioso divorcio entre lo urbano y lo rural, exige establecer y difundir, educativa y políticamente, una visión clara de provincia. Por ejemplo, si se asume la propuesta que hicimos en las elecciones municipales del 2018: "provincia ecológica, productiva, integrada, turística, con seguridad alimentaria y nutricional, que permita el buen vivir de su población" (PEPITSAN-BV); lo tenemos que asimilar y asumir todos los celendinos como parte de nuestros objetivos de vida personal, familiar y social. Solo de esta manera, podríamos pensar y afirmar que vamos a ir por buen camino; y que, colectivamente, llegaremos a buen destino.
A
MODO DE ENFOQUE SOCIAL Y TÉCNICO.
La consideración
del enfoque anterior, me recuerda parte de la concepción técnica de quien
elaboró el proyecto hidráulico conocido como "la quesera"; desde
luego no era celendino. Consideraba solo la línea de conducción con tubería de
HDPE (Polietileno de Alta Densidad) de entre 10 y 12 pulgadas de diámetro,
desde la captación, en la base del cerro "ventanillas" del caserío La
Quinuilla, hasta la planta de tratamiento ubicada en el caserío "Conga de
Urquía"; tal línea de conducción, como su nombre lo indica, no permite
conexiones en su recorrido por decenas de hectáreas de terrenos, mayormente
accidentados, de los caseríos sucreños El Porvenir y Conga de Urquía. Recuerdo
las exigencias y súplicas de los campesinos de El Porvenir, resumidos en un
pedido clamoroso: "ingeniero, necesitamos agua siquiera para nuestros
animalitos, sería el colmo que no nos la dejen ..." Sobre la marcha, de
manera proactiva, reformulamos la ejecución del proyecto e instalamos una
tubería paralela de dos pulgadas, que da agua a bebederos en parcelas de gran
parte del caserío El Porvenir; y así, el inminente conflicto fue resuelto y la
ejecución de la obra no tuvo interrupciones.
Lo antes expresado más noticias actuales de
Celendín, me llevan a la página Facebook de la Municipalidad Provincial de
Celendín (MPC); allí, con fecha 27-09-2013, se reporta un “incendio de
forrajes” en las alturas de Sucre, que afectó seriamente las tuberías de la
línea de conducción de agua de la obra “La Quesera”, cuyo material codificado
como HDPE es vulnerable al fuego. Tilda a los desconocidos autores del hecho
irresponsable como “individuos sin escrúpulos…”, y comunica su decisión de
hacer una “investigación exhaustiva para identificarlos y presentar cargos
penales en su contra, buscando una sanción ejemplar…”. En la misma página, y
con fecha 21-10-2023, La MPC, expresa que, al atentado contra la tubería del
sistema de agua potable, lo ha calificado como “un acto de ‘terrorismo’ que ha
causado daños de grandes proporciones”.
Con fecha 18-10-2023, la MPC, denuncia
otro siniestro que agrava el corte de agua en la ciudad de Celendín; esta vez, fue
la rotura de la línea de aducción del mismo sistema de agua potable “La
quesera”, producido en la zona urbana de Sucre. Esta vez, el tibio
pronunciamiento de la MPC reza así: “TRABAJADORES DEL CONSORCIO ‘SAN SIMÓN’ QUE
REALIZAN LABORES PARA LA MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE SUCRE AVERIARON LA TUBERÍA
DE LA LINEA DE ADUCCIÓN DE AGUA POTABLE DE "LA QUESERA#”
Es comprensible la indignación de los
representantes de la comuna celendina e integrantes de SEMACEL por estos daños;
más aún, la incomodidad y desesperación de la población por el prolongado corte
del servicio de agua. Sin embargo, en los sendos pronunciamientos de la MPC, es
notoria la diferencia de la reacción, frente a los autores del siniestro que
presumiblemente son del medio rural, con la expresada frente a los del medio
urbano. El viejo complejo de superioridad frente al poblador rural, al que, ignorante
y erróneamente, se tilda de “jalqueño” aflora porque se mantiene vivo, hasta en
sus instituciones tutelares. Este problema educativo y sociocultural se debe
resolver, si es que aspiramos lograr una provincia integrada y con distritos de
similares características. Me pregunto ¿cuál sería la reacción desde la MPC, si
resultara que el autor del incendio de la altura de Sucre fuese un travieso niño
pastor, que no estuvo ni está en capacidad de medir las consecuencias al
momento de prender fuego a la flora seca del campo?; ¿abogaría por mandarlo a
prisión por ‘terrorista’? ¿Qué está fallando en nuestra provincia para que se
den estos lamentables hechos y preocupantes recciones? Intentaré dar breves
respuestas a la última pregunta.
Por el incendio ocurrido en los cerros del
caserío El Porvenir, es notorio la falta de un PLAN DE MANTENIMIENTO Y
CONTIGENCIA que involucre a la población de este caserío y también a la de
Conga de Urquía. Por lo accidentado de su superficie y erosión avanzada de sus
parcelas ya poco productivas; al menos el primero, se debate en pobreza extrema.
Creo que la MPC, está en plena capacidad de hacer un trabajo de proyección
social allí, que incluya pequeñas obras como el mejoramiento de su sistema se
agua potable, electrificación y la ejecución de una o dos trochas que faciliten
el desplazamiento de los pobladores con su escasa producción. Entonces sí se
podría pedir apoyo a una población atendida y concientizada, para el cuidado y
mantenimiento de las tuberías de la importante línea de conducción de agua de “la
quesera”.
El siniestro de Sucre es, en gran parte,
consecuencia de la corrupción que campeó en las gestiones municipales del Sr.
Fernando Chávez Collantes, en Sucre y la de Mauro Siles, en Celendín; ya que
esa obra denominada “La quesera” se hizo o ejecutó sin contar con licencia. Lo
afirmo con conocimiento de causa y no por primera vez; tal licencia de obra la
debió solicitar la MPC y la debió conceder la Municipalidad Distrital de Sucre
(MDS), el año 2014; pero desde estas comunas y el consorcio ejecutor, hicieron
mutis total cuando ese documento se les solicitó durante la etapa de ejecución.
Pero la negligencia punible para exigir y hacer la correspondiente ‘regularización
de licencia de obra’, continuó en las gestiones de Wilson Zavaleta, de David
Torres; y también en la actual de Arturo Alva, de Sucre. De haberse hecho, en
la MDS tendrían copia del expediente técnico más los planos a escala; con cuya
guía sería casi imposible siniestrar tuberías en la línea de aducción, más aún
si las obras posteriores que, se entiende son necesarias, están dirigidas por
ingenieros.
Lima, octubre de 2023
La Quesera
Fotografía de Chungo y Batán
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