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lunes, 7 de noviembre de 2011

Personajes de la Historia Sucrense: VALENTÍN HORNA CHÁVEZ


1907-1962

Por Olindo Aliaga Rojas y Gutemberg Aliaga Zegarra.
Nació el año de 1907, en la calle 15 de Mayo, del barrio de Minopampa, en el distrito del Huauco, provincia de Celendín, enclavado en la sierra Nor Oriental del Perú.

Fueron sus padres: don Jesús Horna, cantor de la iglesia y hábil instrumentista de melodio y, su madre doña Marcolfa Chávez, natural del pueblo de Chaquil, anexo del distrito de Huacapampa , hoy José Gálvez.

Por el lado paterno la familia podía pasar como ejemplo de una refinada y culta estirpe, su arraigo en el pueblo venía de lejos, don Jesús buscó en el cultivo de la tierra el sustento diario.

La vida del niño Valentín en nada difería de los niños de la época, sin la alegría de los juegos, impropiamente alimentado, en plena niñez entró en el campo de la lucha por el pan.
Su casa fue pequeña y humilde, construida de adobe con techo a dos aguas, tenía un amplio huerto, cercado con plantones de penca azul y zarzas silvestres y sarmentosas.

La vida del poeta transcurrió entre la vorágine de la poesía y la agricultura. Realizó sus estudios hasta el tercer año de primaria aproximadamente, entre los años de 1917 y 1920, en la escuela N° 83 Andrés Mejía Zegarra. Se dice, que su profesor don Clemente Díaz Cáceres, hombre de originales y progresistas ideas pedagógicas le tuvo un especial aprecio por su facilidad de palabra, demostrando desde muy temprana edad una privilegiada inteligencia.

En su juventud se dedicó a la agricultura, labor que la adquirió de su padre; cultivó con dedicación y ahínco las cálidas tierras del lugar denominado El Criollo, ubicado en el distrito de Lucmapampa, hoy Jorge Chávez. Estas tierras cálidas ubicadas en las laderas de una quebrada donde abundan árboles silvestres y sembríos. El Criollo, huele a chirimoyas, naranjos, guarangos y chamanes; suena a trigales y a maíz morocho.

Su prometida, una jovencita, 10 años menor que él, de nombre María Jesús García Araujo, natural de la Conga de Urquía, caserío de Sucre, que por tener 17 años, para casarse, el enamorado Valentín, necesitaba una autorización de casamiento, permiso que lo obtuvo el 29 de enero de 1934 de la Municipalidad de Sucre, firmaron como testigos en este documento los señores Melqueades Zegarra y Nemecio Díaz. La boda se realizó el 10 de febrero, a las 9 de la mañana, en el concejo municipal; siendo testigos de este acto los señores Daniel Sánchez y Liborio Sánchez.

Después de su matrimonio, el poeta abandonó su querida calle 15 de Mayo, instalándose en el caserío de la Conga de Urquía, en el lugar conocido como Cerro de las Tierras Moradas, en donde construyó su rústica vivienda de una sola pieza. Desde la colina donde se ubicaba su casa, se observaba embriagadora la extensa campiña de Sucre, cubierta por una laguna con sus tragaderos por donde drenaban apuradas las aguas del río de La Quintilla.

El sobre nombre de Taita Dios, con el que se le conocía al poeta, se debe al señor Emilio Aliaga, alias Quinjo; quien le endosó ese hiperbólico apodo, porque una noche, lo encontró escribiendo versos, sentado en el poyo de su casa, alumbrado por la luna.

Valentín Horna fue muy cuidadoso con su vestimenta, vestía saco y pantalón de dril, sujetado por una faja de lana, sombrero a la pedrada y calzaba llanques de correa que él mismo los hacía de cuero de ganado vacuno, los que lo conocieron lo recuerdan de espíritu alegre, trabajador y muy palomilla.

En su vasta poesía, que permanece oculta y dispersa en cualquier rincón de algún viejo baúl, exalta la belleza de su pueblo, sus costumbres, como Hemingway, le cantó a la corrida de toros, en sus poemas dialogan de manera artística toro y torero y quién sabe si su pasión por los toros lo habría llevado a pensar igual que Valdelomar que: "el arte de la tauromaquia es la danza de la muerte".

Podríamos aseverar que en esta extensa campiña circulada por los cerros Huishquimuna, Lanchepata, Huashaj y las Lajas, brillaron con luz propia dos famosos decimitas de aquella época; En el Huauco: Valentín Horna apodado Taita Dios y en el distrito de Huacapampa. don Pedro García, El Búho.

Qué niño no ha cantado en sus juegos taurinos aquellos versos que dicen:

"Ya sale mi toro/ con planchas de oro/ al que lo coge/ lo vuelve pepitas de poroporo".

También forman parte de su copiosa producción literaria, lastimosamente perdida, canciones pastoriles, conocidas como brindis navideños; y los dedicados a San Antonio de Pencas y a San Isidro Labrador.

Sus poemas fueron editados en forma de plaquetas que eran distribuidos al público durante las corridas de toros.

El 15 de noviembre de 1940, fue requerido por el pueblo para pronunciar el discurso de orden, con motivo del cambio de nombre del distrito de Huauco por el de Sucre. La pieza oratoria resultó, en verdad, altamente sugestiva, hermosa y beligerante, fue una exposición de ideas que puede resumirse en aquella frase de González Prada: "jóvenes a la obra, viejos a la tumba".

La educación del pueblo fue su preocupación mayor, su acción la dirigió en la gestión de creaciones de centros de enseñanza, participando en la creación de la escuela unidocente del anexo de Santa Rosa. La profesora de tercera Carmela Escalante, testimoniaba haber utilizado varios de sus poemas como material educativo.

El poeta de talla pequeña y contextura delgada, murió a los 55 años de edad, un 15 de junio de 1962, en el caserío de Conga de Urquía, donde vivió con su esposa y su numerosa prole.
Manuscrito del Poema: Himno a la Madre
por un huerfanito de Valentín Horna.
De Personajes de la Historia Sucrense.

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