Esta narración goza de la aceptación, principalmente, de gente común y corriente del distrito Sucre (Celendín); esto se explica porque el texto alude a ese espacio, a las costumbres e idiosincrasia de la población, desarrollado en los seis capítulos que conforman el cuento.
Para situar en su cabal dimensión los conceptos expresados acerca del cuento
mencionado, transcribimos las palabras que están impresas en la contra tapa de
la publicación que pertenecen a Secundino Silva Urquía.
Un pueblo
sin tradiciones, sin costumbres, sin folclor, sin religiosidad, sería imposible
de concebir; equivaldría a pensar en una sociedad sin los componentes fundamentales de su esencia. Los
artistas, con su entrega, servicio, y generalmente con su sacrificio; son
imprescindibles para que tal o cual pueblo, conserve con cierta autenticidad,
su identidad, su alma y memoria. El mundo andino, representado esta vez, por Sucre (antes Huauco), se esperanza y se revitaliza en el cuento “El
milagroso San Isidro Labrador”, y en
la pluma diligente del narrador José Luis Aliaga Pereyra.
Este cuento,
a mi entender de lector pretendidamente acucioso, uno de los mejores de José L.
Aliaga, merecía y merece ver la luz a través de publicaciones impresas. Usted,
amigo lector, que hoy tiene la oportunidad de leerlo, lo confirmará. El autor,
en un ejercicio brillante de creatividad artística, recurre al mito y al sueño
de doña Bondad, personaje principal del cuento, y mediante artificios y figuras
literarias que sólo manejan extraordinariamente los buenos cuentistas, nos
sumerge en un mundo en el que los seguidores de la tradición religiosa y
festiva, encontrarán buen sustento para su actitud de fe en el santo patrono de
su pueblo. Pero, lo sorprendente es que también los
otros, encontrarán lecciones; aquellos que acuden a las festividades religiosas
con fe fingida o aparente, movidos más por otros motivos: el ego
exhibicionista, la presunción, el enamoramiento, y hasta la bohemia.
Finalmente,
en esta historia, se advierte que José L. Aliaga, no es de los que se quedan en la
denuncia o desenmascaramiento de la hipocresía de algunos sectores sociales;
sino que va más allá, y llega, hasta donde solo los
escritores comprometidos, consagrados y consagrables saben llegar: a la propuesta
social y política de cambio y transformación para los pueblos.
También el profesor Rodolfo Salazar Silva
ha valorado y emitido estas opiniones:
La
literatura es un arte y como arte se merece que el escritor o artista literario
la trate bien, la lleve a la cúspide de la armonía donde se conjugue el
pensamiento profundo que quiere transmitir con el pensamiento superficial que
el lector debe recibir. Para esto se vale del instrumento auxiliar más grande
que tiene la literatura y es la Gramática. Ésta es una rama de la lingüística
que enseña a escribir y pronunciar correctamente la palabra, para ello la
sintaxis colabora con la construcción adecuada dentro de la redacción, dejando
de lado a la semántica para que el autor juegue con los vocablos regionales que
enriquecen el acervo cultural y el significado se plasme en la obra dentro de
su contexto natural y no dentro de un contexto gramatical.
La obra que Palujo ha lanzando al aire, debe ser recogida con anhelo y vehemencia de un buen lector, ya que, en ella se plasma la realidad de un pueblo que por naturaleza está acostumbrado a la creencia y al prejuicio de lo ajeno. Doña Bondad es ese personaje de carne y hueso que existe y existirá en el pueblo de Sucre, personaje que para muchos la llaman CUCUFATA.
Doña Bondad, a través de su sueño nos sumerge en la realidad que todo sucrense conoce sobre los milagros de San Isidro Labrador, sobre los comentarios callejeros que hace de la fiesta patronal, la chismería imperante y el derroche de dinero en una fiesta de un pueblo con muy bajos ingresos económicos, donde el eje principal es la sombrera, quien gana por su arduo trabajo de 15 a 20 Nuevos Soles semanales.
La obra que Palujo ha lanzando al aire, debe ser recogida con anhelo y vehemencia de un buen lector, ya que, en ella se plasma la realidad de un pueblo que por naturaleza está acostumbrado a la creencia y al prejuicio de lo ajeno. Doña Bondad es ese personaje de carne y hueso que existe y existirá en el pueblo de Sucre, personaje que para muchos la llaman CUCUFATA.
Doña Bondad, a través de su sueño nos sumerge en la realidad que todo sucrense conoce sobre los milagros de San Isidro Labrador, sobre los comentarios callejeros que hace de la fiesta patronal, la chismería imperante y el derroche de dinero en una fiesta de un pueblo con muy bajos ingresos económicos, donde el eje principal es la sombrera, quien gana por su arduo trabajo de 15 a 20 Nuevos Soles semanales.
La pluma certera de Palujo, con un lenguaje sencillo y cotidiano hace del
cuento un instrumento de queja social, queja que debe tomarse en cuenta para
que en lo posible se cambie parte de esta costumbre, pero eso sí, sin trastocar
la esencia y la tradición de la fiesta patronal que es el alma de la creencia y
fe religiosa, añeja por el tiempo y así perdure por los siglos de los siglos
amén.
En lo literario es un cuento tradicional, donde el autor en tercera persona y
en forma omnisciente narra magistralmente los hechos ocurridos en un pueblo de
mucha fe católica y devoción religiosa y en el aspecto temporal comienza con un
pasado para terminar con un presente, esto quiere decir que la narrativa es
lineal y no cíclica, pero construida formalmente en seis pequeños capítulos que
hacen de la obra ágil, amena y entretenida.
Por último el comentario de un anónimo lector:
Por último el comentario de un anónimo lector:
En el
cuento el milagroso San Isidro Labrador, la señora Bondad no necesariamente
representa a una sociedad y un ser humano cucufatos; también es un personaje
perseverante, deseoso de que cambie, para mejor, la vida en su pueblo.
A parte de que entretiene, un cuento es un valioso instrumento de reflexión,
donde una historia real, de ficción o la combinación de ambas, sirven también
para denunciar ciertos actos negativos del comportamiento social.
Tomando como pretexto la fiesta y adoración del pueblo a su Santo, José Luis
nos introduce en los sueños de doña Bondad, personaje principal del cuento,
haciéndonos vivir momentos en los que hasta los milagros de SIL parecen reales
y cotidianos.
El final feliz, con el que la cuidadora de la iglesia sueña -el anuncio de la
construcción de obras que servirán a la comunidad- no es más que la llamada de
atención a las autoridades y al pueblo mismo para que trabajen
mancomunadamente, unidos. Este final, de igual manera, nos quiere decir que
doña Bondad tiene esperanza, está convencida en un futuro de mayor igualdad y
de mayor justicia. Un abrazo, Palujo, y gracias por el folleto.
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