Discurso pronunciado en el Cementerio General
de Cajamarca
Por: Ing. Juan Sánchez Sánchez
Señores:
En este triste momento
de desconcierto, todos los presentes somos prisioneros del dolor que nos
embarga. El Señor llama a su lado al compañero Trabajador de nuestra Universidad,
Sr. LEONCIO ROJAS MORI.
Tal decisión del que
todo lo puede, nos lleva a entregarnos a la resignación ya que todas las cosas
del mundo tienen su fin y que también algún día emprenderemos el camino que hoy
nos adelanta el compañero LEONCIO. Se va, pues, e1 hombre que supo cumplir sus deberes
personales, familiares y sociales, con una conducta intachable. Como deportista
supo llevar adelante los colores de su Institución a la cual pertenecía, como Trabajador
entregó todo en bien de su Universidad. El vacío que deja es irremplazable.
Ocupó un sitial muy ejemplar en vida. Todos los que lo conocimos hemos admirado
sus dotes espirituales y materiales; todos hemos envidiado sus tranquilas
actividades cotidianas y su hombría de bien. El supo conseguir el sustento para
su hogar. A cuantas dificultades se cruzaron en su camino él supo mirarlas con
serenidad y vencerlas con inteligencia. Las circunstancias placenteras que le
ofrecía la vida en compañía de sus gratos y queridos amigos supo hacerlas con
él, el más amplio sentido del aprecio y respeto.
El ejemplo que nos
deja es digno de reconocimiento, que estamos seguros, perdurará en nuestras
mentes como recuerdo imborrable. Sus nobles acciones que compartió con
nosotros, con su familia y con todos los que le conocieron permanecerán a
través de los años. Su Universidad que le vio trabajar estará agradecida por
todos los esfuerzos desplegados en bien de su bienestar y progreso.
Querido e inolvidable
LEONCIO:
Te vas y nos dejas sumidos
en el más profundo dolor. Te vas a cumplir con los designios del Todopoderoso y
porque él te llama. Te vas a la eternidad lleno de Amor, Esperanza y Fe de la
Resurrección. Porque tú viniste a este Mundo con corazón de Cristiano y
cumpliste los Mandamientos de la Ley de Dios con fe y amor. Por eso, al darte
el último adiós nos con formamos, sabedores que sólo nos adelantas en el
camino. Adiós querido y recordado LEONCIODESCANSA EN PAZ.
De la revista EL Labrador 1994
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