Por: Mercedes Zevallos Castañeda.
El agua es, sobre
todo, vida, Jugar común, verdad indiscutible. Pero puede ser también muerte.
Cada ocho segundos muere en el mundo un niño por una enfermedad relacionada con
el agua (la disentería o el cólera) y casi dos billones de personas no cuentan
con instalaciones sanitarias decentes. Sabemos que muchas de estas muertes
pueden ser evitadas si las personas tuvieran adecuadas prácticas de higiene.
En la promoción de la
salud y la higiene y en la capacitación a los promotores sanitarios, se diseñan
y validan distintas estrategias y metodologías, especialmente para apoyar a las
familias rurales en condiciones de pobreza. Actualmente UNICEF esta validando
en Cajamarca, una propuesta metodológica de capacitación a promotores en el
tema de agua y saneamiento.
Una de las causas de
la morbimortalidad infantil son las malas condiciones de saneamiento ambiental.
Los esfuerzos desarrollados tradicionalmente por las instituciones han
priorizado el acceso a los recursos como Sistemas de Agua Potable y letrinas.
Sin embargo el problema de salud ha seguido e incluso en algunos lugares, se ha
incrementado.
La respuesta sugerida
por la experiencia es que debemos enfatizar el desarrollo de una cultura de auto
cuidado en la que el cuidado y uso de los recursos sean ejes fundamentales. Por
esto la Dirección Ejecutiva de Saneamiento Ambiental, UNICEF, los Municipios
Distritales de San Marcos y Celendín, la Asociación de Promotores de Salud de
Celendín y la Asociación de Agentes Comunales de San Marcos, están
desarrollando, de manera conjunta, la iniciativa CUIDANDO LA VIDA.
La iniciativa se
desarrolla tanto en comunidades que tienen servicios como en aquellas que no
tienen. La propuesta apunta a demostrar que el uso adecuado de los recursos
zonales puede llegar a mejorar los problemas de salud, causados por
contaminación hídrica o ambiental, que afectan prioritariamente a nuestra
población menor de tres años produciéndole desnutrición y muerte.
Así mismo en relación
con la prevalencia de los comportamientos promocionados en las estrategias de
educación sanitaria se tienen los siguientes datos para Celendín:
- Solo 7% de los niños de las escuelas se lavaron las manos antes del desayuno escolar. Este porcentaje, cuyo número total estuvo en Celendín, evidencia una carencia de práctica del comportamiento no sólo en el espacio de la escuela si no de los hogares.
Solo el 36% de las familias tuvieron acceso al recurso para el lavado de manos.
En el total de la muestra un 23% de las casas presentaron excrementos alrededor de la misma. A esto se debe sumar que, en Celendín, un 48.24% de las casas no disponían de letrinas.
Las letrinas tenían, en un 82% de los casos, signos de deterioro y descuido (no tenían pared, puerta y techo).
En un 73% de los hogares se almacenaba agua en recipientes, lo que afecta a la calidad del agua.
El 58% de la población encuestada en Celendín vive en casas que cuentan con solamente dos habitaciones. Si tomamos en cuenta que el promedio de integrantes de la familia rural son cinco, es claro que existe un problema de hacinamiento.
La investigación
cualitativa realizada, respecto a los comportamientos sanitarios a promocionar;
arrojó datos que sirvieron para el diseño metodológico propuesto. Los más
importantes son presentados a continuación:
- La percepción de suciedad está relacionada con verlas. Esto implica que las manos no se lavan si no se las tiene visiblemente sucias.
La población entrevistada percibe que los niños, que se alimentan de leche materna o sopas, no contaminan, por tanto pueden disponer sus excrementos alrededor de la casa sin producir contaminación.
La población entrevistada diferencia dos tipos de agua según su calidad. El agua se categoriza por su origen y características vinculadas a su frescura, olor, sabor y limpieza. El agua se diferencia en agua buena y agua mala.
Las letrinas no son valoradas simbólicamente por la población, por tener mal olor, ser incómodas y ser peligrosas para los niños.
Los recipientes utilizados para el almacenamiento del agua, son aseados cuando están visiblemente sucios. Se considera que si el agua que contiene está limpia entonces el recipiente no necesita limpieza.
Ante esta problemática
se propone una estrategia de intervención que tiene como principios básicos
para la ejecución, el acceso a recursos de saneamiento adecuados y de calidad,
la participación comunitaria, la participación institucional, el desarrollo
humano, la autoestima, el género y la sostenibilidad.
De la Revista El Labrador, mayo 2001
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