Por Tito Zegarra Marín.
En la parte sur de las regiones de Cajamarca y Amazonas, el río Marañón que los separa no solo hace de límite, sino, conjuntamente con las gradientes pronunciadas que caen sobre él, han formado un estrecho y fragmentado valle, casi encañonado, con pocas pero provechosas áreas fértiles y de clima bastante cálido, y de ubicación un tanto cercana a la ciudad de Celendín.
En la parte sur de las regiones de Cajamarca y Amazonas, el río Marañón que los separa no solo hace de límite, sino, conjuntamente con las gradientes pronunciadas que caen sobre él, han formado un estrecho y fragmentado valle, casi encañonado, con pocas pero provechosas áreas fértiles y de clima bastante cálido, y de ubicación un tanto cercana a la ciudad de Celendín.
Sin
duda el río Marañón es la columna vertebral del valle y las tierras de
cultivo, siendo pocas y dispersas, favorecen óptimamente la agricultura
selectiva. A lo cual se suma el sólido puente de acero que une a ambas
regiones haciendo de conexión indispensable hacia la Amazonía. Por ello y
no obstante las características rígidas propias de una zona encañonada,
dicho lugar, progresivamente, se ha convertido en importante y
estratégico, y en una hoya (para nosotros) de especial interés.
Tres son los sitios de mayor capacidad socio productiva que lo integran: Balzas, Chacanto y Huanabamba.
El
primero, se ubica en el lugar que actualmente es sede de la capital del
distrito, los moradores lo conocen como Pueblo Viejo de Balzas, ubicado
a 1 km del actual puente. El nombre del distrito tiene relación con las
balsas artesanales que utilizaron pobladores primigenios de ambas
riberas para trasladar personas, carga y animales de un lado a otro del
río. Pero la diferencia está en que se escribe con z, conforme a la
Resolución de creación del distrito.
El
otro sitio lo constituye la localidad de Chacanto, que en quechua
significa puente angosto o movible. Allí, los pobladores preinca es
posible que hayan instalado el primer puente colgante sobre la base de
fibra vegetal de la zona, conocido en otros lugares como crisnejas.
Cuando los incas se enrumbaron tras la conquista de los chachapoya,
pasando por Cajamarca y Celendín, llegaron a ese lugar y construyeron un
mejor y consistente puente colgante para el paso de sus huestes. En la
colonia se habría reforzado dicho puente para seguir utilizándolo y a
comienzos del siglo pasado se montó un nuevo con bases sólidas que fue
reemplazado a mediados del mismo siglo pasado por el actual puente de
acero.
El
tercero lo conforma el lugar de Huanabamba, ubicado a 15 km de
Chacanto, aguas arriba, muy cerca del sitio donde desemboca el río
Cantange en la otra ribera del río Marañón. De Huanabamba y la ruta que
bordea el río Cantange hasta su salida a la altura del distrito de Jorge
Chávez, la conexión es más directa y cercana a Celendín y Cajamarca.
Fue utilizada en forma complementaria en la época prehispánica y
colonial, pero con mayor frecuencia cuando allí se logró instalar el
antiguo puente colgante que fue trasladado de Balzas, lamentablemente
con poca duración ya que las aguas crecidas del río ante fallas técnicas
en su montaje, prontamente, lo hicieron colapsar. Existen dos lugares
adicionales que integran esta red: Jecumbuy, pequeño valle prometedor,
un poco más al sur, dentro de la vecina provincia de Bolívar y frente a
la provincia de San Marcos. El otro sitio es el pequeño valle que forma
el río Jaway, desde la altura del sitio de Hornopama, con dirección
oriental, hasta desembocar en la propia localidad de Chacanto en el río
Marañón.
UBICACIÓN
Se
encuentra ubicado en los territorios de dos distritos: Balzas en la
provincia de Chachapoyas y El Utco en Celendín, a una altura de 850 msnm
(Senamhi inexactamente publicita 745 msnm), piso ecológico yunga y
clima cálido e intenso, con temperatura que varía entre 25 y 38 grados
centígrados. De la ciudad de Celendín al puente Chacanto dista 56 km,
por carretera afirmada aunque accidentada y flanqueada de grandes
abismos a la altura del sitio conocido como Brasilmayo, utilizándose un
tiempo promedio de 2 horas, con servicio transporte diario y permanente.
De la ciudad de Chachapoyas dista 170 km por carretera afirmada, pero
igualmente accidentada al traspasar el abra de Calla Calla sobre las
cumbres de la cordillera central. Se utiliza un tiempo promedio de 7
horas y el servicio no es regular.
BREVE REFERENCIA HISTÓRICA
Existen
indicios que en dicho lugar, a ambos lados del río, han vivido pequeños
grupos de familias aborígenes que aprovechando el clima, agua y tierras
hasta cierto punto favorables, se asentaron como una pequeña etnia que
debe haber estado influida y en relación con los pueblos mayores que se
desarrollaron a ambas márgenes del Marañón: los chachapoya y caxamarca.
La existencia de pocos y deteriorados restos arqueológicos, el área
medianamente productiva y las condiciones físicas que permitían cierta
accesibilidad a ambos lados, son algunas evidencias que confirmarían lo
dicho.
Con
relación a la existencia de restos arqueológicos en la zona oeste
adyacente al actual puente, el ingeniero Federico Hohaguen, comisionado
para llevar a cabo el estudio del lugar más aparente para la colocación
del puente de acero, dice lo siguiente: "Durante el planeamiento y
estudio sobre dónde colocar el nuevo puente de suspensión de acero, se
tuvo información y se verificó que en la ribera oeste del río Marañón,
había una fortaleza inca llamada Castillo del Puente de los Gentiles o
del Inca, cuyos restos fueron destruidos al abrir la carretera afirmada
muy cerca del sitio donde se instalaría el puente". Ello sucedió a
mediados de la década del 40 del siglo pasado, lastimosamente no se tuvo
ningún respeto por el patrimonio arqueológico.
Hemos
podido comprobar que a poca distancia del lugar del puente hacia
arriba, con dirección norte, existen algunos restos de viviendas y
tumbas, la mayoría destruidos y esparcidos de origen prehispánico. Lo
cual significa que efectivamente ese fue uno de los lugares de conexión
entre ambas culturas y posteriormente sitio por donde pasaron los incas y
sus guerreros tras la conquista expansionista. Los restos principales
de sus construcciones, antes de ser destruidos dieron pie para que los
trabajadores de carreteras deduzcan que allí han existido recintos
amplios y rodeados de terrazas, que lo bautizaron como "El Castillo".
Al
lado opuesto, en territorios y pequeños valles del distrito de Balzas,
donde hay mejores condiciones materiales de vida, se ha verificado la
existencia de pintura rupestre en la cueva denominada Mazangle y restos
de abundante cerámica de color en el cerro Lumbay, en ambos casos con
dirección a Hornopampa; lo cual indicaría que en esos espacios también
han existido pequeños grupos primitivos medianamente organizados e
influenciados por los chachapoya.
Durante
la colonia, este sitio, al igual que Huanabamba y Jecumbuy se
convirtieron en importantes pequeños puertos de entrada y salida de
viajeros y comerciantes de ambas regiones, sobre todo Balzas, que
alcanzó bastante dinamismo a mediados del siglo pasado como puerto de
entrada y salida a la costa y Amazonía. En esas condiciones los pequeños
centros poblados crecieron y algo se desarrollaron: la población se
incrementó moderadamente, se implementaron algunos servicios básicos y,
la producción, en especial de la línea de frutales, comenzó a salir
hacia algunos mercados. Ante esos pocos avances, posición estratégica y
gestión de moradores mediante Decreto Ley No. 12031 de fecha 3 de mayo
de 1955, se creó el distrito de Balzas adscrito a la provincia de
Chachapoyas e integrado por los caseríos de Chacanto, Hornopampa,
Záumate, El Coco, Shucamayo, Thuén y Las Cuevas.
El
pueblo antiguo de Balzas (así se lo conoce) ubicado muy cerca, aguas
abajo del puente, existió con anterioridad a lo que hoy es la localidad
de Chacanto. Entre ambos existe una relación directa y fluida en lo
social y productivo. El primero es depositario de la historia de los
antiguos balseros ya que por su espacio cruzaron el río facilitando el
comercio entre ambas regiones. El segundo es la localidad que surge con
la instalación del nuevo puente, convertido actualmente en punto medular
para la conexión entre parte importante de la región norte, costa y
sierra del país y la región selvática.
TOPOGRAFÍA Y VEGETACIÓN
La
hoya del Marañón y el puente Chacanto, como se ha señalado, se enmarcan
dentro de una geografía bastante accidentada, con pocos y pequeños
valles y áreas aprovechables, se notan más bien fuertes y variadas
elevaciones a ambos extremos. Sobre la localidad de Chacanto se destaca
la compacta y perpendicular peña denominada Choropata que cae sobre el
extremo norte del puente, y por lo visto contiene una extensa beta de
mineral no metálico denominado comúnmente caolín, pero que en sí es una
variedad especial de feldespato de buena calidad. En el lado oriental,
se divisa cadenas de montañas rocosas, entre arenosas, de color rojizo y
con poca vegetación, por uno de cuyos flancos se escala, por carretera
afirmada, hasta la cima de la cordillera central.
La
vegetación que crece en forma natural en las laderas que hacen de
entorno ascendente del lugar es escasa, debido a la composición del
suelo no tan favorable y a la carencia de agua. Destacan la planta
arbórea denominada huarango de importante utilidad como leña y
ligeramente rentable, y entre otras, los cactus en sus diversas
variedades, cholitos, canaquiles (de este último se obtiene goma),
patis, arabiscos, buganvillas y el palo verde. En el área territorial
que conforman los pequeños valles la vegetación es algo abundante y está
constituida por las variedades frutícolas que se dan en el lugar:
limón, mango, ciruelo, palta, limas, plátano, papaya y otros, y por
variedades como el cacao, maní, coca, yuca, maíz amarillo entre otros.
POTENCIAL PRODUCTIVO
Las
pequeñas áreas que conforman el valle del lugar a ambos márgenes del
puente y con dirección oriental, son la base sobre la que se asienta la
capacidad productiva. Las pocas tierras, al lado del clima cálido y agua
que disponen, constituyen los factores indispensables para la
producción agrícola y frutícola que, sin ser abundante, es de:
Cuadro N° 8
Producción Principal Valle de Balzas*
Producción Principal Valle de Balzas*
VARIEDAD
|
COSECHAS
AL AÑO
|
CANTIDAD
TN. ANUAL
|
MERCADO
PRINCIPAL
|
Limón ácido
|
Dos veces
|
180
|
Celendín, Cajamarca
|
Mango amarillo
|
Dos veces
|
50
|
Celendín, Cajamarca
|
Papaya
|
Una vez
|
5
|
Celendín, Cajamarca
|
Naranja
|
Permanente
|
4
|
Celendín, Cajamarca
|
Limas
|
Permanente
|
2
|
Celendín, Leymebamba
|
Plátano
|
Permanente
|
4
|
Celendín, Cajamarca
|
Ciruela
|
Una vez
|
3
|
Celendín, Cajamarca
|
Maní
|
Permanente
|
2
|
Celendín, Leymebamba
|
Cacao
|
Permanente
|
12
|
Celendín
|
Coca
|
Permanente
|
2
|
Celendín, Cajamarca
|
Fuente: elaboración del autor, 2006 *Cantidades estimadas
Lo
señalado en el presente cuadro muestra que efectivamente la producción
en toda el área contigua a Chacanto es poco significativa en cuanto a
volumen, pero son productos de buena calidad requeridos por varios
mercados; los mangos pequeños y de tono amarillo, las ciruelas y las
naranjas balseras, son variedades de exquisito sabor y muy solicitados;
igual, el limón ácido es de óptima calidad y de reconocida utilidad en
la preparación de platos comestibles típicos, similar o mejor que el que
se produce en los valles de la costa de Piura. El problema es que se
produce en pocas cantidades; de todas maneras, la localidad de Chacanto
se ve algo movida por la producción y comercialización de dichos
productos, y los moradores del lugar, a través de ese rubro, se agencian
de los medios básicos para el sostenimiento familiar cotidiano.
EL VALLE LIMÓN Y LA CUENCA DEL MARAÑÓN
Muy
cerca, casi al borde del río Marañón, se encuentra el valle Limón, por
cuyas inmediaciones necesariamente se pasa cuando nos dirigimos a
Balzas. Al atravesarlo se lo ve amplio y espléndido, limpio,
moderadamente cálido y de atracción paisajista. Es algo así como una
agradable antesala que nos coloca en el majestuoso río.
UBICACIÓN
Se
encuentra ubicado al lado este de la ciudad de Celendín, volteando los
elevados cerros de El Lanche y Jelig, con dirección al puente de
Chacanto (Balzas), abarcando terrenos de los flancos y laderas que se
inician en la parte baja del desfiladero andino conocido como
Brasilmayo, la amplia planicie extendida con dirección nororiental, y
por la parte baja, hasta las gargantillas rocosas que dan entrada a la
cuenca del Marañón.
Como
zona socioproductiva, en la que se concentran caseríos y anexos,
pertenece al distrito de Utco, provincia de Celendín, separado por 35
km, de la capital provincial, para un tiempo aproximado de una hora por
carretera. Del valle a la capital del distrito lo separan 6 km, por
carretera afirmada.
BREVE REFERENCIA HISTÓRICA
Las
tierras que comprende el valle Limón y otras adyacentes de la zona alta
y alrededores formaron parte de una de las grandes haciendas de la
provincia de nombre Guayabas, que tiene esa nominación porque en ese
entonces se producía en forma natural y abundante la fruta del guayabo.
También fue conocida como San Francisco de Guayabas. Comprendió desde la
divisoria de aguas del cerro Jelig, lado oeste, hasta el río Marañón,
lado este; la quebrada de Ciprayaco, por el norte; y las aguas
vertientes Limón - Utco, por el sur.
La
familia que aparece como dueña hasta comienzos del siglo pasado fue la
pareja Timoteo Mejía y Rosa Burga, siendo su arrendatario principal por
muchos años, Oscar Merino Mejía. En las primeras décadas del siglo
pasado tres familias celendinas compraron la hacienda: Tomás Pérez
Velásquez adquirió lo que hoy es La Lucma, Juan Abanto Zegarra, el Tambo
y otros anexos, y Dámaso Zegarra, Bellavista, San Isidro y otros. Por
esos años denominan al valle en su conjunto como Limón, probablemente
por la importancia de ese cítrico en el lugar.
La
producción en el valle por esa época, se distinguió por estar orientada
en forma mayoritaria al cultivo de trigo y caña de azúcar. El trigo se
cultivó en las tierras de la familia Pérez (La Lucma) produciendo
cantidades importantes que superaban las 30,000 arrobas anuales. Por
muchos años la empresa limeña Nicolini compró casi la totalidad del
producto, dejándose sólo lo necesario para abastecer el mercado de
Celendín. Aún se recuerda las enormes cantidades de ese grano que se
almacenaba en los ambientes de la vivienda de la mencionada familia. La
caña de azúcar fue cultivada por las otras dos familias orientadas a la
elaboración de chancaca y aguardiente. Se nos ha informado que por esos
años funcionó el mejor alambique de destilación continua en el
departamento y la chancaca circulaba fluidamente.
Esta
intensa capacidad productiva cae cuando a partir de la década del 60
comienza a ingresar a la región y a nuestro medio la harina preparada de
trigo proveniente de Estados Unidos y Argentina, a menor precio y para
uso directo. Igual sucede con la caña de azúcar que comienza a declinar
cuando las haciendas agro-azucareras de la costa, utilizando carreteras
recientemente construidas, colocan el producto azúcar embolsado en el
propio lugar de los productores. En ambos casos y en la práctica se
opaca o desaparece la producción de trigo y caña de azúcar que por mucho
tiempo tuvieron importante gravitación económica. A lo cual hay que
adicionar el fuerte impacto que ocasionó la Reforma Agraria, incidiendo,
de una u otra forma, en la capacidad productiva del valle.
Con
la aplicación de la Reforma Agraria (mediados de la década del 70) los
latifundios mencionados fueron afectados por esa medida. Las tierras
fueron adjudicadas a los campesinos que laboraban al interior, siendo 67
ciudadanos los calificados para asumir la responsabilidad de su
administración. Primero se optó por una compleja y controvertida
propiedad, tipo SAIS, que no funcionó, procediéndose de inmediato y en
forma interna a lotizarlo (pocas tierras quedaron en la situación de
comunales). Posteriormente, con el paso de los años y como consecuencia
de la presión demográfica familiar, se lotizan algunas propiedades,
otras se venden internamente y las de carácter comunal fueron
fraccionadas.
En
la actualidad el valle se presenta como un interesante y regular
espacio dividido o parcelado en pequeñas y medianas propiedades, donde
viven y trabajan alrededor de 250 familias.
CARACTERÍSTICAS TOPOGRÁFICAS Y CLIMA
Topográficamente
y visto en conjunto, el valle constituye una regular planicie
ligeramente inclinada que se extiende desde las faldas de los cerros
Brasilmayo y Jelig, abarcando laderas y pendientes del macizo de
Cueñaspunta y demás cerros que lo rodean, hasta las gradientes por las
que se desciende a la hoya del Marañón
Es
probable que este lugar haya constituido en algún momento de la
historia una enorme laguna, donde la presión del agua habría roto el
borde físico con dirección al caudaloso río, desecándose por completo y
formando lo que es hoy la vistosa planicie inclinada. Los pequeños
sitios pantanosos y la variedad de piedras redondeadas y lisas, propias
de ríos o lagunas, podrían constituir algunas evidencias.
El
terreno del valle se presenta mayoritariamente suave y accesible, con
excepción de las pocas laderas ubicadas en los mencionados cerros y las
pocas tierras que al estrecharse el valle, caen en forma de terrazas con
dirección al Marañón, pero que son también aprovechadas por los
productores. Aproximadamente son 2000 hectáreas de tierras aptas para la
agricultura y ganadería, y que, en menor medida, están cubiertas de
vegetación natural.
El
clima que caracteriza al valle es cálido, aunque benignamente moderado,
varía entre 20 a 32 grados centígrados y da la impresión de encontrase
influido por oleadas calurosas de aire que sube del valle de Balzas. Es
un clima propio de la zona correspondiente al piso ecológico yunga, a
una altura promedio de 1.600 msnm, y en las partes altas que lindan con
la zona quechua, bordea los 2.000 msnm.
POTENCIAL PRODUCTIVO
El
valle Limón combina la belleza y proyección de su paisaje con
posibilidades productivas que pueden generarse a partir de factores
naturales que dispone, que son los siguientes:
1. Clima
moderadamente cálido y benigno, con temperatura soportable, favorable
al desarrollo de la agricultura y crianza de animales, principalmente
menores.
2. Tierras de regular extensión y aceptable calidad dotadas de agua, que sin ser abundante es valiosa.
3. Ubicación
física casi al canto del Marañón y en la ruta de entrada a la región
oriental, que le prodiga ciertas ventajas para el intercambio y acceso
directo al transporte y movilidad.
4. Mercados
de la región oriental (en ascenso y de futuro), bastante favorables
teniendo en cuenta la ubicación geográfica del valle como nexo a la
Amazonía.
5. Área
de laderas y zonas no cultivables propicias para implementar programas
intensos de reforestación con plantaciones arbóreas del lugar o nativas y
de utilidad ecológica y económica: caso la taya y tuna.
EL CAOLÍN DE LA HOYA DEL MARAÑÓN
Forma
parte de la hoya del Marañón el rico y abundante yacimiento mineral no
metálico de feldespato, conocido comúnmente como caolín. Es una especie
de arcilla sólida, pura y de alta calidad, que se encuentra adherida a
los enormes peñascos que caen a orillas del río, frente a la localidad
de Chacanto. La particularidad de este recurso es que es único en su
género, no repetido o por lo menos no descubierto en otras zonas. Es
explotado por la empresa limeña de nombre Las Camelias, que provee con
ese insumo a las empresas Trébol y Celima, entre las más importantes, y
que es utilizado en fabricación de sanitarios y mayólicas nacionales,
otros utensilios y algunas modalidades de cerámica.
Hace
alrededor de 50 años que se descubrió este mineral y de inmediato se
inició la explotación, prácticamente en forma paralela a la puesta en
marcha de la carretera Celendín - Balzas. Desde entonces, de este lejano
lugar del país se viene contribuyendo en el desarrollo industrial en el
rubro indicado. Sin embargo esta pequeña contribución no repercute
prácticamente en nada a favor de la propia hoya del Marañón, el distrito
del Utco y la provincia de Celendín. No se recibe un sol como canon o
tributo, ningún apoyo material ni social; por el contrario, los camiones
cargados de ese material deterioran las carreteras, se impacta el medio
ambiente y se abusa de la mano de obra en la extracción del mineral.
Los trabajadores no gozan de ningún derecho ni beneficio social.
La
forma de explotación de dicho recurso es artesanal y primaria, sin
condiciones de seguridad y en medio del intenso calor. Mensualmente
salen alrededor de 600 toneladas de caolín a través de unidades de
terceros y se utiliza un promedio de 30 trabajadores en forma
permanente. Los pasajeros que pasan por Chacanto y en especial los
visitantes y turistas observan tales condiciones de trabajo, y también
el deterioro ecológico y paisajista del lugar.
POTENCIAL TURÍSTICO
La
hoya del Marañón y el puente Chacanto tienen también condiciones para
convertirse en foco de atracción turística, no sólo por ser el gran
portal de entrada hacia la región amazónica, sino por las condiciones
naturales, ecológicas y paisajistas que se expresan en lo siguiente:
- La majestuosidad, fuerza y gran caudal del río Marañón como eje central de la estructura física del valle y como factor importante que influye en la formación de la biodiversidad y clima del lugar. Situación que lo hace atractivo e incita el interés de visitantes (figura 41).
- La prestancia y solidez del puente Chacanto construido a comienzos de la década del 50 del siglo pasado por la compañía Laos y Bolman, apropiadamente estructurado sobre la base de gruesas barras de acero y cemento, de una longitud de 100 metros por 4.80 metros de ancho, con capacidad para soportar unidades hasta de 26 toneladas de peso (figura 42). En los últimos años se informa que algunas de sus columnas estarían afectadas, lo cual sería realmente lamentable.
- Las verdes y densas plantaciones de frutales que contrastan con la aridez y sequedad de los cerros del entorno, hacen del paisaje un cuadro disímil pero bello e incitante, que armoniza con el antiguo y atractivo pueblo de Balzas y el propio puente.
- Sobre la parte alta del cerro Choropata que hace de marco occidental del puente, existe una regular planicie en cuyo borde, prácticamente sobre el río, a una altura promedio de 200 m, se ha acondicionado un sugestivo mirador que permite visualizar un espectacular panorama paisajista a ambos lados del río y con dirección este.
Algunos
turistas que se encuentran de paso por el lugar suelen pernoctar o
acampar a orillas o en la playa que forma el famoso río, disfrutando del
cálido ambiente natural e hídrico y la quietud a veces cortada por el
ruido de las turbulentas aguas. Otros, han intentado navegar por las
torrentosas aguas aunque con mínimo éxito; igual lo intentaron, pero con
fines comerciales, algunas personas vinculadas al lugar cuyos
resultados tampoco fueron favorables. El río seguirá imponente,
fascinante y temido, y nunca dejará de ser motivo de interés o
curiosidad.
En
la actualidad existen algunos servicios básicos que facilitan visitar y
disfrutar de la cautivante hoya del Marañón, entre ellos: carretera
afirmada aunque angosta, movilidad diaria y permanente, atención
alimenticia, servicio policial, telefonía pública y privada y otros. Sin
embargo se nota algunas deficiencias en los servicios básicos: falta de
hospedaje, conservación del lugar y acondicionamiento del escenario del
río; aún así, el gran Marañón y la hoya natural que forma nos invitan a
visitarlo.
De Celendín en la Cuenca del Marañón, Arqueología y Paisaje.
oscar merino mejia arrendatario? que yo sepa fue el dueño de ciertas zonas. no hay que desinformar.
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