Por Gutemberg Aliaga Zegarra.
La felicidad del hombre, no está en hacer lo que se quiere; sino, en querer lo que uno hace.
Bajo este principio, don Aurelio Teodoro Rojas Silva, amó a la vida como buen cristiano, al prójimo y en especial a sus paisanos como si fuesen sus hermanos, y aún más, amó entrañablemente a la tierra que la vio nacer.
Autodidacta en su formación cultural, aspecto formativo que fue limitándolo desde las filas de la otrora Benemérita Guardia Civil del Perú, a la que él perteneció y representó con mucho orgullo; para luego después, perfeccionar ese don de gente y ser conocido como el caballero de la verdad, el respeto y la honestidad.
Abrazó el periodismo, convirtiéndose en corresponsal del periódico cajamarquino "El Rescate", "El Callao" de la provincia Constitucional, y de la Revista "El Labrador" de la Asociación Sucrense en Cajamarca "AS U C", relevando siempre en sus artículos, la belleza indescriptible del paisaje sucrense, sus costumbres ancestrales de sus gentes y la bravura de sus hombres cuando intentan debilitar los linderos de su suelo natal.
En su corazón no caló la ingratitud. Nació y creció en el Huauco, y mientras Dios le dio vida, siempre lo vimos deambulando por las calles de Sucre, con su aspecto de buen señor, cordial amigo e inolvidable hombre de bien.
Particularmente, me siento feliz, al haberlo elogiado en vida, como se debe elogiar a los grandes hombres; aquí, en este histórico Salón Municipal, como hijo Predilecto de Sucre un 15 de mayo de 1991; cuando en aquella oportunidad, ponía en manos del señor Alcalde don Julio Horna Collantes, el inicio de la Galería de Alcaldes e Hijos Ilustres de Sucre.
Tuvo muchas inquietudes literarias e históricas. A través de ellas descubrimos sus innatas cualidades de excelente narrador. Nos legó inquietudes literarias, en las que describió magistralmente ese cariño a la Patria chica. Allí por ejemplo, en uno de sus ensayos intitulado: "A los hijos del Hidalgo y Honroso pueblo de Sucre antes Huauco", manifiesta a través de un lirismo puro, su amor a Sucre, cuando nos dice: "Al amanecer de cada día, admirando la belleza que natura ha prodigado al ámbito de nuestro pueblo, reverentes rindamos al Supremo Creador, nuestro tributo de gratitud por destinarnos su obra maravillosa, esta bendita tierra que adoramos, perennicemos en la mente y el corazón, el amor y la gratitud que por ella sentimos, orgullosos de su predestinación por ser nuestra sagrada tierra natal y ser heredera de nuestra descendencia. Aquí podemos apreciar al hombre lleno de energía y esperanza por ver al suelo natal grande y próspero. Sin embargo, en los últimos años de su vida, descubrimos al hombre, con la tarea casi cumplida. A no dudarlo, a través de sus escritos y sus nobles actos contribuyó al adelanto cultural de su pueblo.
Al final de su ensayo que lleva por título: "Viril pueblo de Sucre", descubrimos al hombre conocedor de nuestra historia, narrándonos con lujo de detalles el origen de nuestras familias, hasta terminar su obra en este bello pasaje que nos lleva a la meditación y el ensueño, cuando en su estilo muy particular, nos exhorta diciendo: "Hermanos sucrenses: con la serenidad propia del navegante que feliz arriba a puerto, con el sosiego que siente el viajero al terminar su jornada, con la vehemencia del sediento para aplacar sus sed, con la paz que brinda la tranquilidad de la conciencia y con la frescura y lucidez de la mente, ofrezcamos de corazón, a nuestro querido Sucre, que jamás dejaremos de preocuparnos de sus necesidades y que éstas, las solucionaremos poco a poco, mientras siga latiendo nuestros corazones". Que hermosas frases vertidas por un hijo ilustre del Huauco hoy Sucre.
Aurelio Teodoro Rojas Silva, hoy tu pueblo, se siente orgulloso de ti, porque a través de tu fructífera vida, los jóvenes seguirán tu ejemplo, digno de grandes hombres. A partir de ahora, honrarás esta Galería de Hijos Ilustres de Sucre, a la diestra de estos grandes hombres del saber. Que esta Galería sea interminable en nuestros gratos corazones, porque el huauqueño o sucrense ha sido, es y será grande.
Sin embargo, pocos, muy pocos, son los que la dilapidan y la ofenden, porque así, es el designio de la vida.
Pero hoy, estimados paisanos, estamos haciendo honor a un distinguido hombre de bien; y, por ello, una vez más señor Alcalde, he allí la foto del recuerdo de quien en vida fuera don Aurelio Teodoro Rojas Silva.
En nombre de la Asociación Sucrense en Cajamarca y de todo el pueblo de Sucre, doy las gracias por haberme hecho esta honrosa invitación; al mismo tiempo, felicitar a los hijos y demás familiares por haber hecho realidad, aquel sueño de un ilustre huauqueño, de que sus restos mortales descansen en paz en la tierra que la vio nacer.
Gracias.
De la Revista El Labrador, mayo 2002.
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