1929 - 2015
Por Olindo Aliaga Rojas y
Gutemberg Aliaga Zegarra.
La arriería, durante los
primeros años del siglo pasado constituyó para los huauqueños una actividad
primigenia para ganarse el pan de cada día. Iban unos por las altas provincias:
San Marcos, Cajabamba, Huamachuco, Ushquil, Pomabamaba, Huamachuco, Sihuas; dejando
sus acostumbrados sombreros y anilinas y en algunos casos dejaban también el
fruto de sus romances fortuitos, quedándose por aquellos lares sangre y apellidos
sucrenses. Otros enrumbaban su destino hacia el oriente, en busca del caucho,
llegando de esta manera a tierras chachapoyanas.
El profesor José Humberto
María Jiménez, uno de los mejores alcaldes que tuvo Chachapoyas recoge del
libro de sus recuerdos esta hermosas frases, referidas a la llegada de los
primeros sucrenses a tierras chachapoyanas: Fueron tres los huauqueños que
hicieron historia en la fidelísima ciudad de Chachapoyas: José David Reyna
Rojas, Hildebrando Aliaga Zavaleta y José Tulestino Chávez Díaz, tres hombres,
amigos inseparables que dieron lustre a la tierra que los recibió,
convirtiéndose en los maestros del trabajo, ejemplo de vigor y perseverancia,
valentía en la conquista de la vida, religiosidad y sencillez. Trío de
huauqueños que supieron hacer el relach social con sus cantos que en la lúgubre
oscuridad de la noche dejaban escuchar las notas de una concertina bien tocada
por Tulestino, a las que se acompañaban la primera voz de José David con la
resonante segunda de Hildebrando”. José Tulestino Chávez Días es padre de
nuestro biografiado Máximo Chávez Sánchez, quien nace en la Villa del Huauco el
18 de noviembre de 1929, siendo su madre la dama Huauqueña Juana Sánchez
Chávez.
Su niñez, al decir del mismo
autor de LLareando, al igual que sus
inquietudes, practicando sus primeros juegos infantiles en la plaza del Huauco
junco a sus recordados amigos de siempre Mazarino Bazán, Horacio Álvarez y
Carlos Aliaga.
Su educación primaria la
inicia en el Centro Escolar N° 83 de su Huauco querido, teniendo como recuerdo
imborrable la imagen d su maestro Víctor Sánchez Quevedo alias Chirre, concluyéndola en la fidelísima
ciudad de Chachapoyas; en la escuela N° 131, Chachapoyas es considerada por él
como su madre adoptiva. Arribó muy niño, cuando sus padres deciden residir en
esa ciudad, a la que llega cargado de vivencias y recuerdos que años más tarde
los plasmaría en conmovedores versos dedicados a la tierra lejana, a sus gentes
ya sus costumbres ancestrales.
Realizó su primer año de
educación secundaria en le sesquicentenario Colegio de San Juan de la Libertad
de Chachapoyas; y, los cuatro años restantes, los cursó en el colegio San Ramón
de Cajamarca, perteneciendo a la promoción 1949, egresando junto a sus paisanos
Manuel Isaac Marín Marín y Mazarino Bazán Zegarra.
Terminada su educación
secundaria se dedica al comercio, oficio que le viene de su padre y que le ha
dado muchas satisfacciones económicas. Estudió contabilidad por correspondencia
en las Escuelas Americanas, trabajando en el Instituto Industrial N° 9 como
profesor de Contabilidad. Se gradúa como profesor de educación secundaria en la
especialidad de Historia y Geografía, mediante los cursos vacacionales en el
Instituto Pedagógico Nacional de Lima, presentando su tesis La
realidad educativa de Chachapoyas.
Fue profesor en el colegio
Virgen de Asunta de Chachapoyas en donde laboró 25 años, dictando el curso de
sus especialidad, luego de todo este tiempo transcurrido en las aulas fue
ascendiendo al cargo de Sub Director con el cual se jubiló.
Incursiona en el campo de la
poesía sin hacer alarde de un lenguaje culto, sin acrobacias literarias; por el
contrario, nos deleita con su lenguaje sencillo, como sencilla y humilde es el
transcurrir de su vida; con un lenguaje pintoresco y lleno de expresiones
lugareñas, dando a su creación literaria un estilo peculiar y propio; rico en
terminología huauqueña, lindante de un folclor nato que nosotros debemos
rescatar.
Máximo Sánchez ha publicado
los siguientes libros:
En verso: Poemario Aromas,
Suspiros, Ñañas.
En prosa: Llareando el
Pasado, Huauco e Iricana.
Publica en la revista el
labrador de la Asociación sucrense en Cajamarca y en la revista de la Masonería
Chacha.
El año de 1964, cuando se
creó el Colegio San José de Sucre, obsequió un equipo completo de amplificación
de audio, a través del cual se difundían hermosas piezas de música clásica y se
hacían sólidos comentarios en bien del alumnado.
Donó también una colección
completa de doce tomos de las Tradiciones Peruanas de don Ricardo Palma. Es
miembro activo de diversas instituciones sociales y fraternas, que le han
servido para cimentar su personalidad. Ferviente devoto de San Isidro Labrador,
por ello todos los años visita su tierra querida para rendir sus plegarias a su
Santo Patrón Isidro. Radica en Chachapoyas bajo el calor de su hogar, en
compañía de su esposa, hijos y nietos.
EL
POTOCHO
Cuando humalla recorría
este mundo,
encontré un potocho' y
con él me cubrí,
más los harapos de mi
Huauco profundo,
sólo podré cubrirlo con
la ayuda de Ti.
El
guicho canta y la que hace potochos,
recién pestañea, porque éste es su afán,
ella quiere ser como los morochos,
para conseguir el tan codiciado pan.
recién pestañea, porque éste es su afán,
ella quiere ser como los morochos,
para conseguir el tan codiciado pan.
Gritos
desesperados cual fiera sin presa,
se oyen por doquier en mi Santa Tierra,
a los que tienen, esto no les interesa;
pero al que lo siente, el dolor en él se aferra.
se oyen por doquier en mi Santa Tierra,
a los que tienen, esto no les interesa;
pero al que lo siente, el dolor en él se aferra.
Su
llanto humedece a la Peña del Maño,
su esperanza se posa en el Huishquimuna,
su fe la renueva año tras año
y su caridad sacia a la hambruna.
su esperanza se posa en el Huishquimuna,
su fe la renueva año tras año
y su caridad sacia a la hambruna.
Así
es y será la legítima Huauqueña,
la que sin mezquinar su delicada dulzura,
hace flamear su honestidad como enseña
y en su testamento nos deja su ternura.
la que sin mezquinar su delicada dulzura,
hace flamear su honestidad como enseña
y en su testamento nos deja su ternura.
Nota:
Humalla: tener la cabeza sin prenda alguna.
Potochos: díceses del sombrero, algo usado.
Guicho: ave lugareña, cuyo canto se escucha en las madrugadas.
Maño: lado izquierdo del cerro Huishquimuna.
Tomado de Personajes de
la Historia Sucrense
Máximo Chávez S. entregando donativo al Colegio San José de Sucre, año 1964 |
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