Tito Zegarra Marín.
Poco se sabe de las relaciones comerciales que se
dieron entre Celendín y la provincia de Rioja (San Martín) desde fines del
siglo XIX hasta mediados del siglo pasado y en menor medida, a posteriori. El
sombrero (del cual solo hay hipótesis sobre su origen) y la paja bombonaje,
fueron los productos que movieron esa actividad económica.
Esta
actividad se inicia cuando algunos viajeros celendinos se percatan que en la
ciudad de Rioja utilizaban el sombrero de paja y que la fibra vegetal para su
confección crecía en su extenso valle. Llevan dicha fibra a Celendín, donde muchas
familias lo requerían pues ya habían aprendido el arte del tejido,
probablemente por influencia ecuatoriana. Al tenerla, comenzaron a manejarla, a
producir el sombrero y a comprar dicha paja cada vez más. A partir de allí, se generan
importantes nexos comerciales entre ambas provincias, cuya paja bombonaje, mal
llamada toquilla en nuestro medio, fue transportada mediante el activo sistema del
arrieraje.
Sobre esa
actividad comercial, don Casimiro Campos Vásquez, un bambamarquino de 96 años radicado
en Rioja y dedicado toda su vida al negocio de sombreros (a quien entrevistamos
el 18-09-2019), recuerda que muchos celendinos venían a comprar paja e incluso
sombreros y hace memoria de Antenor Izquierdo, Víctor Sánchez y Gerardo Gil de
Celendín y Pelayo Rojas de Sucre. "Yo mismo he recorrido muchas provincias
vendiendo sombreros y he tenido que comprar en Celendín porque había mucha
demanda", subraya.
Claro que en
esos tiempos el sombrero era realmente valorado: formaba parte casi obligada
del atuendo diario de familias del campo y la ciudad, servía para que hombres y
mujeres ocasionalmente se protejan del sol y lluvia, y era usado con mucho
agrado y corrección, orgullosos de ponerse una prenda creada por ellos. No por
algo llegó a convertirse en símbolo que identificaba a sus pueblos.
Rioja, actualmente es una ciudad
cosmopolita, acogedora y simpática, pero al igual que otras ciudades ya casi no
usa el sombrero. Son pocas las mujeres que se dedican a ese oficio, muy pocas
familias (12) preparan manojos de paja para vender a los celendinos y son contados
los centros artesanales de esa línea. Aun así, Rioja, se denomina “Ciudad de
los Sombreros”. Celendín, sigue trayendo de dicha provincia la paja bombonaje
para ser trenzada por más de mil familias de condición modesta. El sombrero, en
ese sentido y no obstante el poco uso y los míseros soles que les depara a las
tejedoras, sigue siendo motivo de identidad celendina y del quehacer social y
comercial.
Damas riojanas, preparando la paja Bombonaje
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Con don Casimiro Campos, en Rioja
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*Artículo publicado en el
diario Panorama Cajamarquino el 21-10-219
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