Tito Zegarra Marín
En estos pequeños pueblos del fresco valle andino al
sur de Celendín, los carnavales tienen algo de singular y atractivo que casi no
se ve en otros lugares. Se trata, de los motivos alegóricos preparados con aguda
creatividad e ingenio, por lo mismo, espléndidos, pintorescos y representativos.
No
es fácil encontrar esos motivos en los carnavales de la ciudad de Cajamarca y
otros del interior, donde pareciera que han desvirtuado su esencia hasta
convertirlos en bulliciosos y rebosantes desfiles de muchedumbres embebidas de
agua y alcohol, cantando y bailando a su manera. Algo similar sucede en los demás actos programados.
Percibimos así, la ausencia casi total de las costumbres
genuinas y de nuestro folclore andino, donde exiguamente asoma la creatividad
cultural. Prevalece más bien la espectacularidad, lo que más distrae y hasta lo tribial, a lo que hay que sumar el desorden imperante (desfile de carros
alegóricos), y los disfraces capiroteados y tornasoleados ajenos a nuestro
medio. Quizá se salva el concurso de coplas y sus comparsas, pero nada más. Qué
diferencia con los carnavales de Huancavelica, Ayacucho y otros: expresivos de
su historia y cultura, ordenados y pulcros.
En los pueblos de Sucre y José Gálvez, que algo
también copian de lo señalado, exhiben, sin embargo, aquello que les da
distinción, que sobresale y toca a lo cultural. Son sus motivos carnavalescos, francamente
notables y fruto de la capacidad creativa e ingeniosa y que concurridamente son
expuestos tanto en la entrada de Ño Carnavalón (sábado en Sucre) y en el
desfile de carros alegóricos, miércoles y jueves en Sucre y J. Gálvez,
respectivamente.
Cómo no compartir las espectaculares caricaturas que
acompañan al Rey Momo, apropiadamente agrandadas (entre 5 y 7 m), llenas de picardía
y jocosidad y semejando a personajes populares y hasta políticos (caso Maduro,
Kuczynski y Gareca). Y cómo no admirar el tradicional desfile de motivos alegóricos
colmados de hermosura, sobriedad y expresivos de la vida diaria, costumbres,
paisaje, producción, cultura e historia (don Quijote, el arca de Noé, etc).
Félix Horna Díaz, en J. Gálvez (mi buen amigo), es uno
de esos creadores que tiene la virtud de, año a año, participar personalmente como
integrante principal de su motivo. En Sucre, son loables las cualidades
artísticas de los hermanos Kelvin y Abdón Díaz Chávez y Wílmer Huingo Alva. Vale
la pena disfrutar del carnaval de estos
pueblos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario