Por Tito Zegarra Marín.
Conforme
a las políticas de reactivación económica y de generación de trabajos
temporales, el Gobierno Central está financiando la construcción de pequeñas y
medianas obras de infraestructura en provincias y distritos del interior, en
coordinación con las municipalidades respectivas. Lo cual es correcto y obviamente
necesario.
A
Celendín se ha asignado algo más de 9 millones de soles para mejoras físicas de
la ciudad, cantidad importante para una provincia modesta y de muchas
necesidades; sin embargo, enfada y preocupa que no se haya invertido en aquello
que realmente es fundamental y prioritario.
Sucede,
que se ha dedicado ese monto a la reconstrucción del asfaltado de las calles y veredas
adyacentes a la Plaza de Armas. Grave error, por no decir lo menos. Las calles
afectadas no han estado en malas condiciones; hasta puedo decir que se encontraban,
si no en óptimas, en buenas condiciones, quizá con algunos puntos para
reparación.
Es
probable que no se hizo una rigurosa evaluación de lo que la urbe necesita; tampoco
se habría hecho un cabal análisis técnico y sobre todo social de aquello que
clama y urge a nuestra ciudad. Por lo que sería bueno que se hagan públicos (si
los hay) los motivos y fundamentos que determinaron destrozar nuestras pistas y
veredas.
Pero
no solo se trata de las calles, sino de la red del servicio de agua y desagüe,
que también se está destrozando y con ello causando serios problemas hogareños,
sin tener en cuenta, como bien lo sabe la población celendina, que hace pocos
años se renovó toda la tubería de ese servicio y nada indica que en poco tiempo
se ha deteriorado o ha colapsado. Sin duda, hubo prisa, improvisación y
deficiente planificación.
Sabemos
que en la ciudad de Celendín existen problemas y carencias infraestructurales, que
requieren ser atendidas en forma prioritaria. El suscrito, hace años que viene
sugiriendo algunas de ellas, caso: la canalización y conversión del río Chico y
su estrecha berma en una importante avenida para facilitar el tránsito
vehicular y mejorar la estética de la urbe. Este río cruza la ciudad, pasa a
dos cuadras de la Plaza de Armas y se encuentra en condiciones deplorables y antihigiénicas.
Para
allí debía destinarse ese presupuesto, con el cual se hubiese construido la parte
principal de esta vía o quizá todo, logrando de esa manera contar con una gran
obra a favor de la ciudad. Lástima que no haya sido así, y llama la atención que
el Frente de Defensa, sindicatos, organizaciones de base y casi toda la prensa,
no hayan dicho ni hecho nada al respecto.
En
lo particular, apena que se haya destruido la única vereda de raigambre
histórica y presentable, construida con piedra azul pulida en la cuadra 4 del
jirón Grau (casa de la familia Aliaga).
Ya
no hay nada que hacer, sólo queda dejar constancia de esta pésima decisión
municipal y de la indiferencia de la colectividad. Ojalá no se repita a futuro,
y ojo ojito, no vaya a quedar a medio hacer o inconclusa. Son tiempos de
corrupción.
*Publicado en el Nuevo Diario de Cajamarca
el 12-06-2021
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