Tito Zegarra Marín.
En las pequeñas y olvidadas comunidades andinas viven cientos de niños que, a mi entender y no siendo los únicos, son los que mejor reflejan la imagen de Jesús. Así lo percibimos cuando los vemos trabajar en la chacra y pastorear sus pocos animalitos, o cuando auscultamos que, como Él, provienen de hogares pobres y humildes: un modesto carpintero, José, su padre.
Por
ello, son esos niños los que más deben motivarse y disfrutar de la festividad
navideña, en especial, de lo que ella implica: amor y confraternidad. Lástima
que haya muy poco de ello, perduran olvidos, inequidades y discriminaciones. Aun
así, allí están presentes, sin regalos ni panetones, pero siempre acompañados de
Jesús, espiritual y emocionalmente.
Todos
nos acordamos del nacimiento de Jesús y celebramos tan singular evento, contentos
dentro del ámbito familiar, con luces, regalos y champagne. Pero, no tan lejos,
en el mundo rural de la sierra, hay humildes familias en cuyas mesas no hay
panetón y muchos niños a los que casi nunca llegan regalos navideños.
Por
cierto, las instituciones públicas (municipalidades, instituciones educativas)
no todas), algunas privadas y pocas personas particulares, realizan ceremonias
de confraternidad con música y chocolatadas, Pero pocos son los ciudadanos y
familias naturales que, imbuidas de generosidad, van tras los niños del campo
para personalmente entregarles juguetes navideños, lo que más extrañan y desean
en dichas fiestas.
Entre
esas familias, los esposos Jhulisa Zegarra Villar y Luis Ruiz Ramos, desde hace
algunos años vienen obsequiando a niños pobres de comunidades cajamarquinas juguetes
navideños procedentes de su ámbito familiar y de amistades cercanas. Entre esas
comunidades beneficiadas: La Toma, Micuypampa, Agua Mala, Quengorrío, La
Victoria, Nuevo Perú, Coñor Chico, El Pabellón y Uñigán, en los distritos La
Encañada y Sucre, y este año, al caserío La Quinuilla. Noble iniciativa de la
familia mencionada.
También,
hace algunos años, la señora Maruja Velásquez de Becerra y los integrantes de
la promoción 1956 del Colegio Javier Prado de Celendín, entregaron personalmente
juguetes navideños a niños pobres de las comunidades cercanas: Poyuntecucho, La
Masma, Cashaconga, La Huaylla, Pariapuquio, El Suro y otras. Hermoso gesto de la
promoción PARTA 56.
Debo reconocer, que niños de las áreas urbanas
de Celendín y otros distritos, reciben regalos navideños en forma particular de
parte de personas y entidades magnánimas, no todos los años ni todos los niños,
pero sí, una plausible actitud a emular. Por último, permítame recordar que el
distinguido alcalde de Sucre (año 1958), Felipe Nery Zegarra, levantó un
hermoso árbol navideño orlado de luces y juguetes, todos entregados a niños
excluidos y huérfanos, varios del campo. Loable actitud de un burgomaestre.
Gratos y reconocidos gestos, como para pensar que algún rato no debe haber niños sin pan y sin juguetes navideños.
Fotografia de Rojas Mori Jorge. |
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