Desde temprana edad, tuvimos oportunidad
de ver a San Isidro Labrador reposado en la parte central del retablo de su
iglesia y también, al salir en procesión todos los 15 de mayo. En ambos casos,
vestido de hermosas prendas y capas de terciopelo obsequiadas por sus devotos.
Pero hubo ocasiones, las menos, en que lo
vimos trajeado con poncho de lana y sombrero de paja tejidos por mujeres de su
pueblo, y llevando entre manos espigas de trigo y cebada. Así lo apreciamos
mejor: sencillo y sereno, cual hombre de campo y trabajo que nos hizo recordar
a nuestros coterráneos labrando la tierra y pastando ganado.
Por esos tiempos fueron nuestras familias
radicadas en Sucre o fuera, las llamadas a celebrar la festividad social y
religiosa en su honor. Y qué alegres y participativos esos momentos vividos: el
arribo del paisanaje, la banda de músicos, la instalación de negocios, los
fuegos artificiales, los juegos del “Zarco” caramelero, las exquisitas
“mesadas”, las tradicionales tardes taurinas (no onerosas como es ahora), los
bailes populares, amén de los actos religiosos.
Aún retenemos en la memoria a varios
mayordomos venidos de Lima y otras provincias, quienes, personalmente dirigían
las programaciones contagiando alegría, lanzando cohetes, gozando de la buena
música y muy solícitos. Solo permítame recordar a Manuel Malaver, Santos Marín
y Reynero Álvarez; pero en verdad todas las familias, incluso las más modestas,
se involucraban como mayordomos, con mucho entusiasmo y energía.
Desde fines del siglo pasado, se
constituyen comités ad hoc (para tal fin) para organizar los actos festivos de
cada mayo; los cuales, imbuidos de voluntad y devoción, y apoyados por cientos
de mayordomos vienen haciéndose cargo de esa especial y laboriosa responsabilidad;
sin embargo, hay casos en que no los han cumplido a cabalidad. Buenos es
recordar que, entre otras cosas, hemos disfrutado de afamados grupos musicales
y artistas caso Antología de Lima y la soprano internacional Asia Lewinski, y
otros.
Este año, como expresión de la arraigada
tradición y la fervorosa movilidad social (más de 730 mayordomas), así como,
del encomiable esfuerzo del comité respectivo, volveremos a participar de las
formalidades religiosas y a gozar de novedosos fuegos artificiales (Cajabamba)
y de la banda de músicos (Otuzco, La Libertad) y, por cierto, a degustar del
gratificante almuerzo para toda la concurrencia. Qué bien.
Nuestra prestigiada festividad de mayo
forma parte de la historia y cultura de nuestro pueblo, a la cual tenemos que
corresponder y (ojo) respetar. Es por eso que Sucre, lo valora y vive
plenamente, y siente que Isidro El Labrador no solo infunde cariño y fe, sino,
encarna honradez, equidad y generosidad (compartió lo poco que tenía con los
más necesitados). Valores, que ojalá se internalicen en todos nosotros.
Mayo 2023, con San Isidro en su casa
natural y en procesión por las principales calles de su pueblo, como todos los
años y hasta siempre.
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