Prof. Tito Zegarra Marín.
El presente,
constituye un extracto del trabajo que tenemos en preparación sobre la vida y
obra del destacado Cajamarquino Nazario Chávez Aliaga. Sin duda, abordarlo sucintamente,
no nos libra del ejercicio de una interpretación realmente crítica y de relevar
el carácter eminentemente polémico del trajinar político e intelectual del
mencionado personaje.
El derrotero y la obra
de Chávez Aliaga, llenos de perspectivas, ambiciones y éxitos, difícilmente
podrán ser relegados a planos secundarios y menos, condenado al olvido. No
obstante la presencia de nuevas personalidades e inteligencias en Cajamarca,
que tratan, sin conseguirlo, de negar aspectos positivos; y más que ello, el
inevitable y lógico desarrollo del quehacer social, que permite mejores
entendimientos causales, técnicos y científicos, de fenómenos y realidades
sociales. No obstante todo ello, quedan algunos logros y hechos de este
destacado cajamarquino, quizá en forma solitaria, con sus vacíos y
limitaciones, sin ecos de magnitud, ni portentosidad, pero allí están,
imperecederos.
A ellos precisamente
queremos referirnos en primer lugar, intentando rescatarlos en su verdadera
dimensión y en la posibilidad de hacerlos más útiles a nuestra comunidad. En
segundo lugar, es obvio que la vida y obra NCHA no podrían conocerse a cabalidad
sin abordar las flaquezas y limitaciones que a través del curso de toda su
existencia no pudo evitarlas. A ello también nos dirigimos, buscando de esa
manera ejercitar, con un máximo de honestidad, una crítica realmente necesaria.
Bajo estos
lineamientos, y hasta donde hemos podido avanzar, consideramos que NCHA ha
pasado por tres etapas fundamentales, claramente diferenciadas unas de otras y
acordes a la evolución cronológica del autor. La primera, la del poeta y
periodista; la segunda, la del luchador político; y la tercera, la del disfrute
del poder.
No podemos dejar de
anotar, como hijo de Sucre (Celendín), el origen ancestral de Nazario Chávez.
En efecto, en el entonces pequeño pueblo, denominado Huauco, hoy Sucre, nace un
22 de setiembre de 1891. Perteneciente a un núcleo familiar y abolengo de
tradiciones austeras y patriarcales. Inquieto y buscador de aventuras desde
niño. En la ciudad de Cajamarca, al radicarse aún joven, va a iniciar una vida
azarosa, llena de intensidad y pasionismo y naturalmente controvertida.
Primera etapa: La del
poeta y periodista. Desde su época estudiantil y docente, en las aulas
Sanramoninas, manifiesta su progresiva inclinación por el cultivo de las
letras. Logra combinar, a través de periódicos murales y revistas no regulares
("El obrero"), algunas pinceladas de poesía y periodismo. Poco
después, como resultado de un inquieto y dedicado esfuerzo, aparece su primera
publicación en 1925, con el título de VERTICE, y su segunda intitulada: HUERTO DE
LILAS, publicada en 1927. Ambas se muestran como un compendio lírico de algunos
años de tanteos y avatares poéticos.
"Vértice",
es una corta y sencilla publicación de inconfundible acento lírico, donde el
conjunto de su poesía discurre transparente, desde la primera a la última,
exaltando en forma nítida sus reflexiones sobre la naturaleza, sobre el hombre
y el amor; así, en dos poesías de esta obra, "Caminos" y
"Vida", tenemos los siguientes versos: "Caminos de sol, de luz, de sombra, de silencio, de nada,/ muchos en la
gran soledad de la tierra y más allá de la tierra./ Caminos sin color que se
descuelgan hombre adentro..."/ "Alguna vez debí clavar mis uñas
hechos de venganza/ en tu lomo jibado de burlas desconcertadas/ y debí verte
allí abandonada en ese rincón".
Nazario Chávez, sin
embargo, no alcanza aquí, descollar como figura poética, ni para ese momento ni
para el futuro. Su verbo marcadamente lírico sentimental poco luce de belleza y
sobriedad artística. Es significativo más bien, por esta época, el nuevo paso
que da a través de su prosa, donde el hombre del campo denominado Indio, se
convierte en el centro de sus meditaciones y en el eje básico en torno al cual
forja su producción poética, acercándose de esa manera a la corriente
indigenista que, como es de conocimiento, en muchas regiones del país se hace
sentir como opción ideológica y literaria. Resultado de este reconocido
espíritu indigenista es su nueva obra titulada "Parábolas del Ande"
publicada en 1928. De ella transcribimos algunos versos y el comentario del
escritor Boliviano E. Ocampo: "Por lo mismo, Indio, muerde como el viento/,
revienta como el sol, y ábrete como el cielo/, cuando llegue la hora de tu
descrucificació n".
"También tú sé
tempestad y borra, por siempre, /ese hueco que imprimió tu rodilla".
Sobre "Parábolas
del Ande": "Es un trompetazo más para los que todavía están
adormecidos por el sensualismo de una poesía sentimental, o a los que se
entretienen en la pura bufonería del arte puro".
Por su parte, en el
campo periodístico, Nazario Chávez Aliaga cumplió un rol de mucho valor, difícilmente
emulado hasta la fecha. Fundó en 1926 el periódico más importante que haya
tenido Cajamarca hasta la fecha denominado EL PERU. Este singular órgano de
expresión escrito, que circuló con admirable regularidad durante los últimos
cinco años del oncenio dictatorial del Leguiísmo, no sólo se destacó por su
calidad técnica (Formato grande, 8 páginas impreso en imprenta, considerable
publicidad), sino por su reconocida aceptación a nivel de una cobertura regional
y en los más disímiles sectores. La Casa de la Cultura de Cajamarca en el
libro: "Antología de la poesía Cajamarquina", señala lo siguiente:
"La mejor obra intelectual de Nazario Chávez Aliaga es EL PERU, diario
fundado en 1924..., sirvió de paralelo al nuevo pensamiento, de intención
revolucionaria indigenista".
Vale hacer hincapié,
sin embargo, que la orientación y mensaje del diario EL PERU, no fue el mejor
deseado; pocas referencias encontramos a la vocación indigenista del autor, al
análisis político del momento y a la defensa de derechos y reivindicaciones.
Influyó sin duda la difícil coyuntura del oncenio y la no asunción de
principios doctrinarios e ideológicos. Nada de ello resta valor a este aporte
periodístico a Cajamarca. En la edición del 8 de julio de 1926 NCHA afirmaba:
"La prensa es tribuna y escuela, apostolado y elemento de cultura".
Segunda etapa: La del
luchador político. Es explicable que Nazario Chávez fuera sensible a la vida
política. Desde muy joven no pudo retraerse al análisis reflexivo y esperanzado
de la problemática y necesidades de nuestros pueblos, así como, nunca ocultó su
ambición por el éxito y el poder político. Por los años 30, en momentos que el
partido Aprista Peruano insurge como expresión popular de lucha reivindicativa,
con organización y presencia a nivel nacional, opta políticamente por la causa
de tal movimiento. Su opción, sin embargo, fue más espontánea que comprometida;
por sobre una aceptación doctrinaria estuvo la vehemencia de sus ideales un
tanto indigenista, su predisposición a luchar y el deseo de triunfo. No hemos
encontrado documento o fuente alguna donde asuma la defensa principista del
ideario y la posición apristas. Fue militante, es cierto, desde 1930 hasta
1939; y es innegable que contribuyó sustancialmente en la estructuración
orgánica del partido a nivel del departamento.
En 1931, haciendo
honor a su disciplina y su condición de destacado cuadro partidario, se
convierte en uno de los principales protagonistas del levantamiento popular de
Cajamarca del 5 de diciembre, donde el pueblo, tomando prácticamente la ciudad,
protestó por la anulación de los comicios electorales y por la usurpación del
poder por el Gral. Sánchez Cerro. Fracasado el movimiento, huye a Trujillo, donde
plantea a la cúpula partidaria la continuación de la lucha en la serranía
peruana, lo cual, al no ser aceptado, dio lugar para que, al lado de Alfredo
Tello S. y otros, se enrumbaran a la hacienda Sitacocha con propósitos
evidentemente de movilización e insurgencia. Esta determinación tampoco
prosperó, motivando su traslado inmediato a la capital. En Lima es objeto de
persecución, hasta que finalmente es detenido y confinado al Frontón por un
tiempo de cuatro años consecutivos (1934-37).
En 1939, a través de
una controvertida carta, renuncia irrevocablemente al Partido Aprista Peruano,
arguyendo un conjunto de hecho y referencias convencionales por sobre
basamentos ideológicos. De esta forma, y al margen de una significativa y
valerosa praxis política, de Nazario Chávez Aliaga, en el plano teórico
doctrinario, encontramos solamente una obra que trata de expresar tal vocación
política, escrita en 1938 con el sugestivo título de LIBERACION, la cual, sin
embargo, no encierra ni cumple dicho propósito; se presenta, más bien, como
generalizadas meditaciones sobre el hombre como categoría abstracta, en sí;
reflexiones filosóficas ambiguas e inconsistentes, y en mucho, con nítida e
inocultable influencia de F. Nietzsche. Así nos dice por ejemplo: "Ama el
fin de las cosas porque amando ese fin amas el comienzo de otro mejor: tu
liberación".
Tercera etapa: del
disfrute del poder. Como hemos anotado, en las postrimerías de la década del
30, Nazario Chávez Aliaga renuncia definitivamente a posiciones políticas, que
en ese entonces implicaban: lucha, persecución, sacrificio, etc., para luego
enrumbarse impertérrito, por el camino que le llegaba a deparar la estabilidad
y el disfrute del poder. Deja el terreno popular con todas sus penurias y
desesperanzas para ingresar, como fiel vocero y representante, de los círculos
más connotados de la sociedad peruana. Por cierto, que no le faltó habilidad y
algunos recursos personales para recorrer este nuevo camino.
Así tenemos que pronto
llega a ser alto funcionario de la Secretaría de la Presidencia de la República
durante el primer Gob. de Manuel Prado (1939 - 45); Diputado por Cutervo, cuya
elección impugnada no le permitió ejercerla (1945); Diputado electo por
Cajamarca durante el gobierno dictatorial de Manuel A. Odría (1950-56); y
Secretario General de la Presidencia de la República durante el segundo Gob. de
Manuel Prado (1956-62). Son pues, alrededor de 20 años de ejercicio del poder,
lo cual, entre otras prerrogativas, dio lugar a participar de viajes en
Comisiones Oficiales por la mayoría de los países de América, Europa y Asia. De
igual manera le permitió hacerse acreedor a diversas condecoraciones nacionales
e internacionales.
Prerrogativas
personales aparte, debemos afirmar, por otro lado, que el extraordinario y
hábil uso del poder, poco o muy poco sirvió a quienes, hombres y pueblos
humildes, cifraron generosas expectativas en este hijo Cajamarquino. Es
insignificante la obra práctica y objetiva realizada desde las altas esferas
gubernamentales. Cabe subrayar más bien, dos últimas particularidades que se
dan en la fase final de NCHA, y que consideramos tienen significación. La
primera, relacionada con la plasmación de una personalidad claramente
egocéntrica, de exaltación innecesaria de logros y éxitos que deparó el poder
(Ver Mis Setenta y Autobiografía). La segunda, relacionada con su producción
intelectual en esta tercera etapa de su vida. Sin duda, no es la más deseada,
teniendo en cuenta las facilidades inherentes de que dispuso. Destaca, de todos
modos, el laborioso y paciente trabajo tipo monográfico sobre nuestro departamento,
escrito en 5 voluminosos y pulcros tomos, con el nombre genérico de CAJAMARCA y
editado en 1957 y 1958.
"CAJAMARCA",
es desde todo punto de vista, su obra cumbre, pues allí reúne la más variada,
amplia y documentada referencia a aspectos históricos, geográficos,
poblacionales, organizativos, políticos, sociales, económicos, artísticos,
biográficos, etc., de todo nuestro departamento, constituyendo, de esa manera,
un valioso testimonio monográfico, vasto y coherente, de lo que fue y es
nuestro departamento, de uso y consulta imprescindible.
De la revista El Labrador N° 1, mayo 1992.
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