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miércoles, 20 de octubre de 2010

Escenario: TEJEDORAS DE SOMBREROS.

Laboriosidad y pobreza.

Por: Tito Zegarra Marín.
La historia de la provincia de Celendín y su distrito principal Sucre es, en mucho, la historia del sombrero. No bien presentes nuestros pueblos en el escenario de vida social organizada, en plena adolescencia, fueron atravesados por un inesperado acontecimiento que, inexorablemente trastocó su vida y futuro: la producción del sombrero.
Es así como de la ancestral y ardua actividad sobre la tierra, en la siembra o en la cría, muy pronto, amplios sectores de hombres y mujeres pasaron a educar y disciplinar sus manos en la laboriosa y paciente tarea del trenzado de la paja toquilla. Desde entonces, un destino controvertido e infeliz, económicamente, envuelve a un grueso sector de familias celendinas.

Como veremos más adelante, el sombrero aparece en nuestra tierra por una suerte de aventura y necesidad, y no es fácil auscultar los motivos por los que se abrazó con tanta vehemencia esta actividad. Se la aceptó como tal, extendiéndose e incrementándose hasta convertirse en rubro importante de la población económicamente activa de la provincia, sobre todo hasta la década de 1960.
El sombrero, de esta manera, arraigado en el quehacer cotidiano del hogar celendino, convertido en parte esencial de su existencia, año a año, década a década, va a imprimir su carácter tradicional y dar muestras evidentes de logros artísticos, testimoniando la habilidad y destreza de la mujer de esta tierra.

Pero ello no fue suficiente, el sombrero como veremos, es sencillamente sinónimo de pobreza en nuestros pueblos, o en otros términos constituye expresión inequívoca de trabajo infecundo. Donde existe un hogar que teje sombrero lastimosamente existe penuria económica; y visto en su conjunto, la provincia de Celendín carga con este peso en apariencia necesario pero en esencia totalmente infructuoso.

Pero si algo más hay que rescatar, es que ha constituido un factor extraordinariamente estimulante en la vocación de aventura y mercantil del hombre celendino. Como pocos pueblos, los hijos de esta tierra entre los años de 1920 a 1970 y en menor medida las últimas dos décadas, se han diseminado por distintas provincias y regiones, impertérritos ante dificultades, acicateados por la sangre judía que recorre sus venas, edificando fortunas y riquezas en algunos casos e imprimiendo el sello celendino en todo lugar de destino. El sombrero estuvo cariñosamente en el centro de todo ello.
Sobre el origen del sombrero en Celendín.
No se conoce con exactitud el momento y forma en que se inicia la producción sombrerera en la provincia. Las pocas versiones que se tiene constituyen hipótesis aproximadas de  ocurrido todas ellas sin embargo, tienen como punto de partida Del espíritu de aventura y comercial del celendino, lo que definitivamente es así, pero se omite vincular esta actividad al contexto socio económico que se vivió por esos tiempos, consideramos que ambos factores se conjugan y tienen especial incidencia.

Sobre lo primero; referente a la personalidad aventurera y mercantil, es necesario indicar que este fenómeno es explicable no sólo por la naturaleza interna del celendino. sino porque a raíz de la desintegración del sistema de hacienda de la provincia, que a diferencia de otros lugares se realizó hace más o menos dos siglos atrás, el campesino o poblador se desvinculó de la compleja red del servilismo feudal, las relaciones sociales fueron más abiertas y las posibilidades de movimiento espacial mejoraron.
Y sobre lo segundo, el país por ese entonces atravesó por una aguda crisis socio-económica debido fundamentalmente a la infausta guerra del siglo pasado (guerra con Chile) cuyas consecuencias desastrosas, económica y socialmente afectaron a la capital y a las provincias del interior.


Paralelo a lo mencionado, es importante considerar la vinculación socio-económica que por esa época, mantuvo Celendín con la Amazonía peruana vía Balsas-Chachapoyas, vinculación fluida y directa a través del arrieraje e intercambio de diversos productos.

Es precisamente en estas circunstancias que el desplazamiento poblacional, no significativo, se vio alterado y se optó por la aventura y lo desconocido.

Es así como, según la mayoría de versiones, algunos jóvenes celendinos, en su trajinar por el norte y la Amazonía peruana traspasaron las fronteras norteñas hasta llegar a la ciudad de Guayaquil en Ecuador; es aquí donde conocen y aprenden el tejido del sombrero, que de paso es una de las actividades artesanales importantes en ese lugar.
Más adelante, algunos miembros de estas familias al retornar al lugar de origen lo hacen con un nuevo conocimiento o premunidos de una nueva habilidad entre manos, el arte de tejer sombrero.
(Fotografía: http://celendinpm2.blogspot.com)
A esto hay que adicionar el conocimiento que se tenía de aquellos lugares productores de paja o materia prima para el sombrero como son Moyobamba y Rioja en el departamento de San Martín que a partir de allí, serían los centros proveedores de este insumo.

La paja semi preparada que de estos lugares se lo compra hasta la fecha, tiene el nombre de paja toquilla, diferente en consistencia a la utilizada en la ciudad ecuatoriana pero de fácil utilidad para la región.

Fruto de la suma de estas variables es que se implanta la producción artesanal del sombrero en nuestra provincia, hace aproximadamente un siglo.

El sombrero como artesanía.
La artesanía nace como consecuencia de la división social del trabajo y es la primera actividad económica que se aparta de la agricultura con características diferentes y con proyección industrial, se la define como el "proceso mediante el cual, materiales en bruto o parcialmente transformados desde el punto de vista industrial, son convertidos en objetos de uso para la venta... y que por consiguiente contribuyen a la renta en efectivo de la familia".

Entre algunas características podemos señalar las siguientes:
-Es una actividad manual y creativa.
-La participación de maquinaria o equipamiento moderno es mínima o inexistente.
-Propicia la única forma de trabajo individual o familiar,
-La producción es a pequeña escala, para el mercado principalmente.
-La intervención del factor trabajo es alta y pequeña la inversión en activo fijo,
-La producción está dirigida a la elaboración de productos finales o complementarios,
-El artesano (trabajador) es propietario de los pocos medios de producción que utiliza.
-Es una actividad complementaria o alternada a otras (agricultura, ganadería)
La actividad del sombrero, en este marco, constituye una típica actividad artesanal, de carácter familiar, creativa y manual, exenta de tecnificación y complementaria a otras actividades. Y sobre todo, dirigida al mercado pero víctima, a la vez, del propio mercado
.
Sobre la producción.
En el proceso de elaboración del sombrero interviene como instrumento de producción la denominada "horma" (objeto circular de madera a la medida de la cabeza y que sirve para moldearlo) y como materia prima la paja toquilla semi elaborada o en manojos, y en algunos casos cuando el sombrero es a colores, al que se suele denominar como" pinto", se utilizan colorantes tipo anilinas.

El trabajo socialmente empleado es variado y está en relación directa a la destreza de la tejedora, a las condiciones físicas y a las indigencias económicas. En su confección no hay límites en cuanto a horarios. Se teje por la mañana y tarde ininterrumpidamente, y en algunos casos por la noche con luz a kerosene.
El tiempo promedio en horas que se utiliza en la confección de un sombrero, de tipo comercial o denominado "redondo", es de 10 horas por día, pudiendo variar de acuerdo a la predisposición y urgencias que se tenga , en total son alrededor de 50 horas semanales que entrega la tejedora distribuidos en 5 días y a veces en 6.

Los distritos en los que se tejió con mayor intensidad hasta promediar las década de 1960 son los siguientes: Celendín, Sucre, Oxamarca, José Gálvez. Jorge Chávez, y en menor cantidad Sorochuco y Huasmín.

En esta primera etapa la productividad fue realmente amplia, familias enteras se dedicaron a esta actividad, desde niñas de 10 a 12 años hasta adultas en edad de trabajar. El sombrero en este período pareciera que fue base del sustento familiar o por lo menos complemento importante de la economía, pero en realidad no fue ni lo uno ni lo otro.

Se calcula que por esta fecha en Sucre y alrededores se producía entre 800 a 1000 sombreros semanales y en Celendín y lugares cercanos entre 1500 a 1800. El sombrero denominado pinto era muy común, hoy se lo elabora en pequeñas cantidades.
Hoy en día, los lugares en los que se mantiene relativamente la producción son: Sucre y los caseríos de Conga de Urquía y Macas, donde se puede comprobar que de cada 3 mujeres 2 tejen sombrero En Celendín la producción a nivel urbano casi ha desaparecido y con tendencia a la baja se produce en sus alrededores y algunos de su caseríos como Bellavista, Teresa Conga, Poyunte, entre otros. En los otros lugares la producción sombrerera tiende a bajar en forma más pronunciada.

La comercialización.
La comercialización del sombrero se da en dos momentos, el primero cuando el intermediario compra el sombrero directamente de la mujer productora, y el segundo, cuando este mismo comprador o en algunos casos otra persona cercana o familiar vende el sombrero por el interior del país.

Con relación a lo primero, la alta productividad generó dos importantes ferias de venta de sombreros en Sucre y Celendín, donde todos los domingos cientos de mujeres entablaban una desigual e indignante relación de compra venta de su producto.

Y con relación a la venta en el interior del país, ésta se realizó en varias provincias y lugares importantes del norte y centro, entre las cuales destacan las siguientes San Marcos, Cajabamba. Huama­chuco, Santiago de Chuco. Conchucos. Pallasca. Pataz. Parcoy. Tayabamba, Sihuas. Huaraz. Carhuaz, Caraz, Otuzco. Contumazá. Barranca. La Oroya. Cerro de Pasco. Cajamarquilla, Junín. Huánuco y otras.
Hasta los años de 1960, el traslado de los sombreros a las diferentes provincias se hacía a lomo de acémilas, por caminos de herradura y períodos relativamente largos de tiempo. A partir de esta década se utilizarán progresivamente los servicios vehiculares.

Debemos señalar con énfasis que el mercado para el sombrero es realmente un grave problema para las tejedoras, a nivel de provincia su uso es limitado y cada vez menor y en los lugares tradicionales de venta se tiene que competir con otros sombreros elaborados con paja más consistente tipo junco palma, u otras. En este sentido, la oferta del sombrero sobrepasa ampliamente a la demanda del mismo, a lo que hay...que agregar el precio arbitrario y de hambre que impone el intermediario

Es digno de resaltar, por otro lado, el esfuerzo de un grupo de tejedoras que por los años de 1980, asesoradas y apoyadas por el ilustre sucrense Reinero Álvarez Zegarra, organizaron la Cooperativa de Producción Sombrerera "San Isidro Labrador" con la finalidad de propi­ciar mecanismos que mejoren la producción y comercialización del sombrero. Si bien los resultados económicos no son los deseados esta modesta organización es una muestra de voluntades y posibilidades ante la adversidad.

Compradores de sombreros en Celendín (Fotografia: http://espinademaram2.blogspot.com)
Intermediarios o compradores de sombreros.
Los compradores de sombreros son personas del rugar dedicadas a estas transacciones, ya sea en forma exclusiva y combinando con otras actividades. Su función es la de comprar el sombrero directamente del productor, darle el acabado necesario y trasladarlo a través de acémilas para su venta a las provincias y distritos del interior del país; en total, hasta promediar la década del 60, eran aproximadamente 50 los que anualmente realizaban estas transacciones, de los cuales un promedio de 20 pertenecían a Sucre y el resto a Celendín.
Hay que destacar que muchos de éstos, se forjaron, lucharon y murieron en la producción y comercialización sombrerera. En efecto, los intermediarios de ayer fueron verdaderos pioneros del comercio, viajaron de 3 a 6 meses en forma ininterrumpida, trasladándose a pie y a caballo por los más difíciles y desconocidos rumbos, transformando en morada lugares diversos y dejando en todos ellos su eterno mensaje, el sombrero.

Entre esos hombres, casi todos desaparecidos hijos de Sucre, están los siguientes: Santos Sánchez. Aurelio Sánchez, Gumercindo Zegarra, Antonio Sánchez, Marcelino Rojas, Sacramento Silva, Samuel Silva. Santos Rojas, Gregorio Silva. Secundino Zegarra. Dámaso Zegarra. Dositeo Silva, Emilio Aliaga Florentino Escalante Osias Pérez Agustín Marín CH .Eduardo Aliaga. Julio Araujo. Leoncio Aliaga, Neptalí Zegarra, José G. Sánchez, Máximo Araujo, Jacinto Roque, Félix Aliaga. Juan Zegarra, Pedro Escalante Clodomiro Aliaga Sánchez y otros.

En José Gálvez cabe mencionar a Eleazar Díaz. Gregorio Díaz, la familia Escalante, Cachay y Pelayo Aliaga. En Celendín son notorias las figuras de Augusto G. Gil V., Porfirio Díaz, Martín Ortiz y otras. Es relevante la figura de Augusto G. Gil en tanto llevó el sombrero más allá de nuestras fronteras: con mucha visión amasó fortunas y fue, al mismo tiempo, benefactor para con su pueblo.
Actualmente, los intermediarios, en su mayoría, son coprovincianos que continúan las mismas rutas, menos en número por cierto, pero inmutables en los mecanismos de la compra del sombrero.

Significado de la producción sombrerera.
Como lo reiteramos desde el punto de vista social y humano la producción del sombrero ha constituido una forma sutil de someter a la mujer celendina al mundo de la humillación y la pobreza. Esta práctica, de la que no es culpable, la recogió de su corta historia y la hizo suya, cimentando con ello un largo futuro al trabajo duro e indigno.

Duro por la abnegación que significa postrarse horas interminables, sin el pan deseado, sobre un manojo de paja, e indigno por lo aberrante que es saber que el fruto de su sacrificio semanal tendrá un precio de hambre, menor que el costo real, impuesto arbitraria y draconianamente por el intermediario y sin lugar a reclamo. Aquí no entra en juego la oferta y la demanda, manda sencillamente la decisión tiránica del comprador.
En el mes de abril del presente año el precio de un sombrero de término medio fue de 7 soles y el precio del manojo de paja 5, si sumamos horas de mujer trabajo y observamos las diferencias, los resultados son sencillamente abominables.

Consecuencia de esta realidad es que en las tres últimas décadas la producción sombrerera indica un notable descenso en su productividad y comercialización.

El convencimiento cada vez mayor de lo infructuoso y de que ningún futuro se presenta para esta actividad ha obligado a que sectores importantes del área urbana de Celendín y en menor medida en los otros distritos, reemplacen el tejido de paja por otras actividades propias del campo de la informalidad y en mejor de los casos han optado por la emigración.

Sombrerito Blanco


El sombrero, sin embargo, es parte esencial de la historia hogareña de nuestros pueblos, y difícilmente, ni a corto ni mediano plazo podrá desaparecer. Sustituirlo por otras alternativas en forma inmediata tampoco es fácil, por lo qué y no obstante la áspera secuela, allí lo encontraremos siempre, mezclando laboriosidad y pobreza.

Fuente: Revista el Labrador, mayo 1994.
Fotografía: INTERNET , KmrojasA.
Video: Julio Silva Chávez.

3 comentarios:

  1. La señora que está vendiendo su sombrero es Alejandrina Díaz Bazán. quien el día 24 de diciembre del 2011 sufrió un derrame.se encuentra muy delicada en la ciudad de Lima, alguna información al 5511014, gracias mil

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  2. GRACIAS A ESAS MANOS DE ORO hay huauqueños muy destacados de una u otra forma. lo que nos faltaria es ese toque de union de solidadridad para con nuestro pueblo tan querido y tan olvidado a la vez pensemos de que forma o de que manera nuestro distrito vuelva a florecer con mas intensidad y asi verdaderamente demostremos que realmente lo queremos a nuestro HUAUCO querido en el campo de la alimentacion,educación,salud,deporte,arte,deporte fomentando el turismo y porque no crear formas de trabajo para nuestros ciudadanos de bajos recursos en realidad es casi toda la poblacion a ver queridos paisanos es una forma de demostrar con hechos lo tanto que lo queremos y si en especial es un gran reto especialmente que se presentan como autoridades enfocarse primero en lo mas importante combo ó el papeo y educacion...

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