Eco
Sucrense solicitó el año 2009 una entrevista a Jorge Horna, con el propósito de
publicarla. Nunca apareció en las páginas de esa revista.
Sucremus la ha recibido por intermedio del escritor José Luis Aliaga Pereira, y la publicamos por el interés que puede representar para nuestros lectores.
Sucremus la ha recibido por intermedio del escritor José Luis Aliaga Pereira, y la publicamos por el interés que puede representar para nuestros lectores.
Por Olindo Aliaga Rojas
OAR: ¿Cómo prefiere que le llamen: poeta, educador, shilico, paisano?
JH: Los vocativos que Ud. menciona tienen un significado muy amplio y profundo; prefiero que se dirijan a mí, simple y llanamente por mi nombre de pila: Jorge.
Para Facundo Cabral, cantautor argentino, la poesía es su ángel, su cábala. Para usted ¿qué es la poesía?
Hay cientos de definiciones sobre poesía, no hay nada convencional. Algunos
dicen que la poesía es el reflejo de la realidad a través de la palabra,
entendido este proceso como la percepción del entorno y vivencias, con una
disposición única y personal para elaborar figuras, imágenes, sonidos, señales,
etc.
Los poetas Luis Yañez, May Rivas, Jorge Horna y la narradora Zelideth Chávez Cuentas; en el homenaje a JAVIER HERAUD. Lima, mayo de 2007 |
Neruda tuvo en la mujer a la diosa de su
inspiración-¿Quién es la musa del poeta Jorge Horna?
La deidad válida para mí es la Naturaleza, fuente inagotable de regocijo meditación y reflexión.
Su último libro de poemas se titula Árbol de atisbos: ¿por qué?
Titular un libro de cuentos, una novela o un poemario es la labor más ardua con la que se debe enfrentar un autor. El título es arbitrario, no obedece a una lógica. En este caso, quise que el árbol –personificado- hablara desde su majestuosidad natural.
En su poemario esta presente la naturaleza como elemento creacional de sus poemas ¿es acaso una lucha por la ecología y el medio ambiente?
Algunos críticos, como Víctor Tataje, han teorizado que mis versos son un alegato por la defensa del medio ambiente. En verdad mi intención estricta al escribir no es esa, pero el subconsciente guía.
¿Qué opina de los movimientos medio ambientalistas y ecologistas?
Suscribo toda acción que va en defensa de lo más elemental para la vida: el aire, el agua, el suelo, la biodiversidad.
Nací, crecí y me formé en mi ciudad que tiene
(tenía) al alcance de la mano bosques, manantiales, pampas, caminitos bordeados
con floridas hierbas silvestres; de ese aroma, de ese cántico matutino y
crepuscular de los insectos y los pájaros, de las mariposas azules y amarillas,
aprendí el ritmo hecho palabra.
En el poemario existen epígrafes de conocidos poetas: Juan Cristóbal, Julio Nelson, Marcos Ana, Washington Delgado, ¿son ellos sus poetas favoritos?
Vivo leyendo de todo permanentemente, y poesía con más ahínco; es casi una necesidad biológica, como sostiene el semiólogo Umberto Eco; no tengo un autor o autores preferidos. A cada paso me conmuevo con los versos y cuentos maravillosos de autores peruanos de alta calidad literaria, que la élite dominante no reconoce y la soslaya.
Coloquio
Internacional EFRAÍN MIRANDA: Más allá de los márgenes y los silenciamientos.
Casona de San Marcos, octubre de 2008. De izq. a derecha: Armando Arteaga, Gonzalo Espino y Jorge Horna. |
Entre los poetas antiguos ¿quién es su poeta clásico
preferido?
Mi formación y consolidación en la escritura se nutre de diversas fuentes. Ya le decía a Ud., no me escasillo en la impronta de un solo autor de poesía. Tengo respeto por la tradición literaria clásica nacional y universal. Mi admiración a los buenos poemarios es constante, como constante es mi aprendizaje.
¿Cuál es el verso que mas le gusta y que le haya impresionado?
Insiste Ud. en hurgar en mis preferencias. Mire, le voy a leer los versos del chiclayano Julio Carmona:
“Quien no se siente parte está
perdido. / El que se cree todo, centro,
puro /
va para soledad, va para olvido.”
O la escritura del celendino
Vidal Villanueva:
“Una madre, / un mundo
cotidiano / latiendo. / Yo cuido a mi madre. / Está encerrada / en su mundo. / No conoce a nadie, / es tremendamente / inocente.”
¿Quiénes son Julio
Carmona y Vidal Villanueva? Unos solemnes desconocidos, no difundidos. Sin
embargo, a mi parecer, saben escribir muy bien. Así como ellos hay en el Perú y
el mundo cientos de autores de gran solvencia, pero ignorados.
Unos versos del poeta y escritor contumasino Fidel Zárate dicen: “Celendín, Celendín, Celendín /…./ tu nombre me evoca un jazmín, / Un celaje en fulgores de aurora / un retazo de paz en esta hora / y un gorjeo de cielo y poesía- ¿qué significa para usted Celendín y cuán presente esta en su poesía?
Ya lo expresé. Los 20 primeros años de mi vida que transcurrieron en Celendín, marcaron mi propio ser. Por la década del 60 y 70, en mi ciudad -yo era aún adolescente- existía una efervescencia cultural: en las instituciones educativas se desarrollaban conferencias, seminarios, conversatorios, recitales, representaciones teatrales, a los que asistíamos masivamente los alumnos; se publicaban revistas y periódicos a mimeógrafo cualitativamente interesantes; esos hitos son una especie de paradigmas que he tratado de retomar y proseguir en el campo de la literatura.
¿Qué es lo más importante que le sustraerían los ladrones?
En nuestra patria los latrocinios cada vez son más descarados en las instituciones públicas, el decenio fuji-montesinista fue la maldición que avasalla la moral y la ética. Claro, hay un antes y un después lleno de rufianes y ladrones enquistados en el poder.
Ningún peruano
honesto debe permitir que le roben su capacidad de indignación y acción ante
las injusticias y las desigualdades sociales.
La mina esta esquilmando a los cajamarquinos. ¿No cree usted que la capitalista Yanacocha nos ha robado ya lo más importante de nosotros?
Otro de los infortunios de los pueblos del Perú es que en las entrañas de su suelo existe minerales. La codiciosa actividad minera destruye el paisaje y el hábitat natural, contamina, envenena el medio ambiente, corrompe conciencias; en ese contexto propicia la muerte biológica y moral. Yanacocha es una transnacional que ha desfigurado la vida social de todo un bello pueblo que fue otrora Cajamarca.
¿A qué tiene miedo Jorge Horna poeta?
Escribo poesía -o creo escribir poesía- ; eso lo dirán los que dediquen su valioso tiempo para leer lo que hago. Paralelo a ello siempre hay una preocupación por lo que sucede en nuestra patria y en el mundo: el egoísmo y la soberbia incrustados en las esferas del poder. No obstante, también hay sectores de la humanidad reflexionando, actuando y luchando por un mundo justo, armónico, cuyas necesidades materiales y espirituales sean atendidas para todos.
No miedo, sino
frustración experimento cuando alguien, desde la orilla popular abandona sus
convicciones, ideales y principios, y pasa a las filas del enemigo en pos de
privilegios individuales. Allí estriba una de las miserias humanas, que debemos ser claros en
reprobar.
¿Pueden los poetas vivir de la poesía?
“Vivir de la poesía” como medio de sustento para cubrir nuestras necesidades materiales, en nuestro medio es imposible. Pero, en muchos casos, lo vital desde la perspectiva espiritual, anímica, la buena poesía, y en general la buena literatura, nutre, conmueve, compromete a plantearse formas constantes de lucha por humanizar nuestra sociedad.
Por último, ¿cuál es la debilidad del poeta y cuál su torpeza?
Creo que todo ser humano tiene flaquezas y desatinos; ante esas desazones debe sobreponerse nuestra reflexión, nuestra capacidad de rectificación, y la contundencia de nuestras ideas y principios
Cuando Jorge Horna llegó por primera vez a Lima ¿qué fue lo primero que atisbó (observó) de la gran capital?
Cuando
vine de visita a Lima por primera vez, lo que me impactó fue el
desequilibrio urbanístico, y por lo
tanto social: de las lujosas residencias de los barrios de clases altas a la
miseria de los tugurios y los pueblos jóvenes. La brecha social imperante que
denigra y ofende y que actualmente tiende a agravarse.
Como conmovedor fue también
aquella movilización de gente en el Centro de Lima, exigiendo al imperio
estadounidense el cese de la agresión al pueblo de Vietnam. Fue una
manifestación popular de solidaridad con la lucha liberadora y soberana librada
por los vietnamitas. En esa ocasión -sería
el año 1970- estaban en la vanguardia
los militantes y activistas de los partidos de izquierda revolucionaria, los
gremios de los trabajadores de la CGTP (mineros, textiles, manufactureros),
gremios de trabajadores estatales, la Confederación Campesina, estudiantes de
la U. de Ingeniería, La Cantuta, La Católica y San Marcos, organizaciones
religiosas progresistas, y hombres y mujeres sensibilizados por las atrocidades
cometidas por EEUU. en Vietnam.
Fue un conglomerado de protesta compacto que abarcaba ordenadamente
más de diez cuadras.
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Jorge Horna. Ha publicado los poemarios Llueve
a cántaros y Árbol de atisbos,
también En los labios de Celendín
(Investigación lexicográfica). Permanentemente es invitado a participar en
eventos culturales, recitales literarios, encuentros de escritores. Colabora
con artículos en los espacios virtuales: espinademaram2, celendinpm2, Chungo y
batan.
http://chungoybatann.blogspot.com/
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