Por Gregorio Díaz Izquierdo.
Diez y seis Km2
aproximadamente de ruinas, o mejor, de vestigios arqueológicos de
características arquitectónicas que nos transmiten con cierta secuencia la
evolución cultural que se operó en las gentes que vivieron en este paradisíaco
paraje, hace por lo menos unos dos mil años.
Los restos
arquitectónicos son los más fieles testimonios de los niveles científicos
técnicos y artísticos que alcanzaron las culturas antiguas. Debido a ello es
que con frecuencia se escucha, se lee, se ve o se dice que los egipcios
dominaron la matemática, astronomía, la ingeniería, la física, la astrofísica,
etc. Porque en las pirámides encontramos pruebas de todo eso.
Algo parecido sucede
aquí en el Perú en el templo de Chavín, ubicado en el Callejón de los
Conchucos, Departamento de Ancash, encontramos vestigios en los que se
aplicaron amplios conocimientos de matemática, de física, astrofísica,
ingeniería, arquitectura, hidráulica, acústica, colismo y hasta de música. Para
muchos estudiosos en Chavín nació el barroco: La Estela de Raymondi, Pórtico de
las falcónidas, Obelisco Tello, etc.
Después de este breve
preámbulo regresamos a la Lechuga para intentar un comentario sucinto, pues
lamentablemente no contamos con datos e informes que nos permitan referirnos
profundamente como quisiéramos hacerlo, sobre este antiguo núcleo humano
sucrense.
Encontramos en la Lechuga en casi todo el ámbito el usó de la piedra casi sin cortes, ni
tratamiento especial, tal cual se la encuentra, esparcida o amontonada en los
yacimientos líricos cercanos, seleccionada y ordenada en los muros de las
viviendas, sin mayor preocupación que la solidez de la construcción, en cambio
en algunos muros que podrían haber pertenecido a un edificio público o comunal,
las aristas fueron construidas a plomado y las esquinas o ángulos rectos de 90
grados al estilo Tantarica en Contumazá o Marcahuamachuco en Huamachuco.
Según el Señor
Fernando Silva Santisteban hay además de las similitudes arquitectónicas entre
los caxamallcas y Marcahuamachucos testimonios lingüísticos del Culle que se
hallaba aquí y allá, eso plantea por lo menos dos interrogantes:
1.
¿Caxamallcas
y Marcahuamachucos pertenecieron a una sola unidad cultural, con diferentes
asentamientos geográficos y diferentes centros administrativos? Pues ambos
tenían al rayo o katequil como uno de sus dioses más importantes.
2.
¿Marcahuamachuco
fue una cultura nexo entre los Caxamallcas y los núcleos Pachas y Chavín, entre
otros que se desarrollaron en el Callejón de Los Conchucos en Ancash? Pues en
La Lechuga, asentamiento Caxamalca, encontramos galerías y cámaras subterráneas
con muros y techos íntegramente de piedra al estilo Chavín, además de grandes
bloques cortarlos, cuadrados, pulidos y ornamentados.
Nos encontramos,
entonces, frente a un monumento de gran importancia histórica y arqueológica,
que por añadidura es de fácil acceso, se encuentra a pocos kilómetros del
Caserío Cruzconga –Carretera Cajamarca - Celendín en territorio Sucrense.
Con la futura pavimentación
de la vía Cajamarca – Celendín – Balsa, se abre una gran oportunidad para
promover la puesta en valor cultural y turística de La Lechuga.
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