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sábado, 29 de octubre de 2011

MACHU-PICCHU, SOLEDAD…


Por Jorge Wilson Izquierdo.
La ciudadela Machu-Picchu está a la izquierda del río Urubamba en el valle Vilcanota, a 2450 m. de altura en el Cusco, rodeada de vertiginosos abismos. Todavía se discrepa si es factura inca o anterior a ésta. Ha sido edificada con bloques exactos de piedra, en la estrecha pendiente de unos 400 m. entre el Huayna-Picchu (pico joven, más alto) y el Machu-Picchu (pico viejo). Comprendía una zona agraria con andenes de hasta 4 m. de alto y otra urbana con construcciones de un piso y agudos techos de madera e ichu (paja), entre un telúrico entorno de selva tropical.

Han permanecido allí, azotados por sol, viento y soledad, vestigios de palacios, viviendas en calles perfectas, acueductos, talleres, criaderos de víboras, cárcel y el observatorio solar o Intihuatana. Con fines religiosos el Templo del Sol, a su lado un centro ceremonial y a la derecha los aposentos del inca. Allí también la Plaza Sagrada y la residencia del Willac Uno (sumo sacerdote). Portadas, hornacinas y ventanas trapezoidales. Una de sus piedras tiene más de 16 ángulos y otras dos, 30. En el bar de industrias habrían beneficiado chuño y harina de maíz imperial. Las escalinatas, suman más de 3000 peldaños enlazando las diferentes partes. El torreón. Todo piedra. Así, en la época del Incario Histórico, o sea desde 1438 hasta 1532, en que los españoles trajeron la conflagración. Machu Picchu fue mudo testigo y posiblemente refugio de unas (princesas al servicio del Sol y del Inca), en sueño eterno y a sus osamentas: 109 de ellas, 22 de hombres y 4 de niños que habrían tratado de preservar la esencia de sus ritos. Todo con manos del abandono por alrededor de 350 años, derrumbándose, bajo el apático vuelo de pájaros solitarios, urpis, cóndores y korakenkes.

En 1875, el viajero francés Charles Wienner lo supo, pero abortó su intento de encontrarle. Y era asiduo el rumor de que Agustín Lizárraga con algunos acompañantes, lo había logrado. Por entonces, el explorador yanqui Hiram Bingham, quería ubicar a Vilcabamba, en cuyas montañas se refugió y murió Manco Inca tras mantener en jaque a los invasores en 1536. Pero estas noticias lo desviaron y con una comisión de la Universidad de Yale (EE.UU.), acometió la empresa guiado por Melchor Arteaga, un natural de Mandorbamba que aseguraba lo de las ruinas.

Entonces, pese al aura de supersticiones que suele rodear a las "ciudades fantasmas o perdidas", Hiram Bingham pagó bien y trocheando el monte pertinaz, arribó con asombro ante algo increíble: ¡Machu-Picchu! Atónito, escribió: "¿Podrá alguien creerme lo que aquí he encontrado?"...Tal vez no fue el primero en llegar, pero sí al que un interés científico le supo sacar del anonimato a esa joya arquitectónica de América en poder del Perú. Realizadas las excavaciones, sacaron miles de ceramios, objetos de plata, oro, cobre, bronce y de piedra, primorosamente artísticos, que fueron llevados a Yale y que, al cabo de CIEN ANOS, estamos reclamando sea repatriada la totalidad de lo que se llevaron.

Debido al ensamblaje inexplicable de los muros, existía el Mito del Kak'aqlla: al ave que por saber aquel secreto le arrancaron la lengua para que no lo revelara. O que también se debía a unas hojas vegetales que "disolvían" la roca y, con ese barro, vaciaban los  bloques en cuyas junturas no cabe un alfiler.

A Machu-Picchu no se le desentrañará del todo jamás. Bingham creyó ver allí la "cuna mítica de la élite inca o Tambutoco"; Luis E. Valcárcel, "una legendaria fortaleza que 1ª custodiaba Vilcabamba" y otros que, por ocupar una zona andino-selvática, haya sido una estrategia de avance hacia la Amazonía fronteriza del Cusco. Quedando en suspenso los altares rituales de piedra, las fuentes mágicas de agua y el propio lugar inaccesible y siniestro por donde filtrarían pentafónicas arias de guerra, danza o del ofertorio de las Vírgenes del Sol mientras cóndores y nubes pasaban y pasaban.

Si usted a una fotografía de Machu-Picchu (Encontramos escrito Machupicchu o Machu Picchu, pero en el Diccionario Peruano Documental del Perú (pág. 67, 1971), aparece Machu —Picchu, con guión intermedio), ladea hacia la izquierda, distinguirá el perfil gigantesco de un rostro indio. ¿Tendrá relación con algo o será casualidad?

Entre quienes le han cantado están Pablo Neruda, Martín Adán, Julio Garrido, César Toro Montalvo, etc. Y un escritor paisano nuestro, Oscar Medina Zevallos, nacido en Chalán, se convirtió en un best seller internacional con su libro "El enigma de Machu- Picchu, 500 años después" (1999).

Así fue ascendiendo a su gloria esta grandiosa reliquia histórica y turística. Primero declarada Patrimonio Nacional del Perú, después de la Humanidad y, finalmente, una de las SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO MODERNO (2007). Y como este próximo 24 de julio, se cumple un siglo de haber sido descubierta, el 2011 ha sido denominado por el gobierno "Año del Centenario de Machu-Picchu para el Mundo", por ser de justicia.

De la revista El Labrador, mayo 2011.

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