Entrevista de Tito Zegarra Marín.
E1 Dr. Víctor Rodríguez Chávez es uno de los
sucrenses que, al bordear los 90 años conserva una lucidez admirable,
cordialidad y buen humor, propios de un profesional exitoso, de un hombre de
vida fecunda. A continuación la presente entrevista.
T.Z.M. Dr. Rodríguez, primeramente cuéntenos de
aquellos momentos gratos e inolvidables que vivió durante su infancia en la
tierra querida.
V.R.CH. Muy bien, yo
fui pastor de vacas. En ese pastoreo me dedicaba a buscar, cazar y criar
pajaritos; eran épocas de maizales, en la Pampa
Grande, por Chulipampa, el Isco y otros. Luego me dedicaba a
sacar cabuyas de las pencas para hacer cordeles que nos eran de utilidad. Como
pastor, recuerdo de un enorme carnero que tenía, bravo, hermoso, y muchas veces
me defendía.
T.Z.M. Y su Escuela, Doctor, sus maestros, ¿qué
recuerdos tiene Ud. de ellos?
V.R.CH. He tenido
buenos maestros: Manuel Gil es uno de ellos; luego Demetrio Sánchez con quien
aprendí las primeras letras. Recuerdo de una fuerte competencia entre mi
Profesor Demetrio Sánchez y Saúl Silva, casi una lucha en la que las mujeres
fueron las motivaciones, como mi tía Clarita Rodríguez. Al final quedaron dos
escuelas fiscales, pero eran muy pobres, asientos de maguey. Demetrio Sánchez
fue un excelente profesor, estudió en La Cantuta.
T.Z.M. Como muchos de nosotros, Ud. Tuvo que
salir de Sucre, en plena juventud: ¿cómo lo recuerda al Huauco de ese entonces?
V.R.CH. Yo salí por el
año de 1928, y bueno, había pocas casas; no había eucaliptos, sólo dos, muy
gruesos, que estaban en la casa de mi tío Ambrosio Chávez; las familias
principales las conformaban los Zelada, que siempre eran autoridades; el Sordo
Jesús Aliaga; los Rodríguez y otras, había dos escuelas, como ya lo dije. La
laguna en las épocas de lluvia era inmensa, cubría todo el valle, tapaba los
maizales y cuando esto sucedía los choclos eran comunes, todos cogían sus
choclos, nadie se molestaba. Por esta época murió ahogado don Joaquín Marín al
buscar huevos de patos, que habían muchos; nosotros los buscábamos para convertirlos
en patitos y también comerlos.
T.Z.M. Sobre la Iglesia de Sucre, Dr.,
aquella monumental y hermosa obra, ¿Qué sabe de su construcción?
V.R.CH. La Iglesia es
realmente muy bonita. En su inicio tuvo sus torres que luego se cayeron.
Recuerdo de una enorme escalera por la cual subíamos a una de las torres para
jugar el "chano docena". Ya
no conocí al Padre O. Haya, que fue el gestor de esa obra. Mi madre nos llevaba
a rezar, no había asientos, había mucha fe por San Isidro Labrador.
T.Z.M. ¿La producción en ese entonces qué
características tenía, cubrió las necesidades de la población?
V.R.CH. El maíz fue la
base, de allí se derivaba todo; también el trigo, y en épocas buenas había
abundancia, no así en épocas de mucho verano, sequías. En las jalcas también se
producía, y gratis por que los terrenos no tenían dueños. Yo he ido a las jalcas
desde muy niño y no tenía miedo.
T.Z.M. El Huauco de ese entonces tuvo mucha
relación con Chachapoyas. ¿Cómo percibió Ud. esa vinculación?
V.R.CH. Sí, existía el
arrieraje. Don José Chávez, papá de Almanzor tenía más de 50 mulas en las
cuales transportaba los productos desde Cajamarca a Chachapoyas. Hubo también otras
familias, muchas se quedaron en Chachapoyas y otras fueron más al oriente,
había mucho intercambio comercial. La gente se dirigía por allí.
T.Z.M. Volviendo a la Laguna, ¿cree Ud. que
debía desecarse o convertirse potencialmente en un atractivo turístico?
V.R.CH. Yo ya no
estuve cuando se desecó; pero se hizo bien. El Dr. Clodomiro Chávez lo prometió
y cuando llegó al Parlamento lo cumplió; el que dirigió la obra fue el Ing.
José María Zegarra. Por esa época no se pensaba turísticamente. Recuerdo que
Aladino Escalante, uno de los hijos más eminentes que ha tenido el Huauco,
enrolado a una religión, viajó a Inglaterra por 14 años, estudió en Escocia,
regresó como pastor protestante; hablaba 4 idiomas y murió pronto; recuerdo que
él se interesaba en la laguna como promesa turística.
T.Z.M. Y cuéntenos el itinerario de su vida al
salir de Sucre y también su trayectoria profesional.
V.R.CH. Salí primero a
Huamachuco, muy joven, invitado por mi hermano Elías y con una esperanza muy
grande, porque hasta ese año no tenía la idea de educarme y de que mis padres
iban a salir de la pobreza. Yo era también peón, ganaba 20 centavos y los
ahorraba, era admirador de la plata, la soñaba, guardaba centavo a centavo. Mi
hermano Elías me escribió una carta histórica, por ella fui a Huamachuco a pie
y estudié en el Colegio San Nicolás. Después fui Trujillo donde me gradué de
Abogado y luego a Lima donde me recibí de Doctor en Derecho.
Arrieros en la plaza del Huauco.. |
T.Z.M. Nos alegran sus éxitos profesionales,
Doctor. Queremos peguntarle ahora sobre dos destacados hijos de Sucre:
Clodomiro Chávez Mariñas y Alcibiades Horna Marín.
V.R.CH. Sobre el
primero, Clodomiro Chávez, fue muy inteligente, temporalmente trabajé con él en
su estudio en Lima, vivía modestamente, fue deportado a Argentina, no tenía
ambición al dinero, y como parlamentario fue de una gran lucidez y demasiado
valiente, emocionaba escucharlo. Sería bueno que lean sus crónicas
parlamentarias.
Alcibiades Horna
Marín, mi primo, hijo de José Horna, es uno de los pocos o tal vez el único que
quiso muchísimo a Sucre, lo visitaba constantemente, dejando todo quehacer. Era
capaz de dar su vida por su pueblo. Aquí en Cajamarca fue un exitoso
empresario, se interesó por el periodismo y llegó a ser regidor y Teniente
Alcalde.
T.Z.M. Volviendo al Dr. Clodomiro Chávez, ¿Ud.
recuerda de aquél ingrato incidente en Celendín como consecuencia del calor de
la campaña política?
Clodomiro Chávez A. |
A Celendín ingresó
acompañado de una gran muchedumbre a caballo, unos 500, entre del Huauco, Lucmapampa,
Huacapampa, de las jalcas. El ingreso fue pacífico pero algunas familias
celendinas odiaban gratuitamente a Clodomiro y desde sus balcones arrojaban
alfalfa. Entonces, ante esta provocación, reaccionaron los chavistas, se hizo
tronar a los caballos y Celendín tembló, se convirtió en un cementerio, ni un
alma, creo que llegaron más acaballados, la ciudad parecía tomada, fue una
buena lección.
T.Z.M. Ud. Siempre ha
estado vinculado con nuestro pueblo; lo ha visitado; ha tenido algunos
proyectos. Desde su punto de vista, ¿qué cree que es necesario para impulsar su
desarrollo?
V.R.CH. El progreso es
natural; no hay directiva que lo haga cambiar de la noche a la mañana. Huauco quiere
decir Tambo, auspicio. La casa de Manuel Rodríguez Chávez era la casa posada
para trasladarse al oriente. Sucre debe progresar: depende mucho de sus hijos,
de la juventud; pero hay que trabajar duro. El Común, El Sauco deben servir a
su progreso y a la gente pobre. Hay la pampa de Combayo, que no pertenece a
Sucre y que queda al pie de Oxamarca. Esta pampa, con inversión y en el futuro
puede ser pilar para el despegue de todos esos pueblos, ya que es muy grande.
T.Z.M. Finalmente Dr., ¿cuál cree Ud. que es el
peor defecto del sucrense y cuál su mayor mérito?
V.R.CH. El peor
defecto es que son costumbristas, aunque sean ricos, los mismos estilos, el
mismo ropaje, el fondo, el sombrero, el poncho; aunque imagino y espero que
haya cambiado en las nuevas generaciones.
El mayor mérito, ser
emprendedor, ambicioso, soñador. En el pasado fue muy solidario, unido; hoy
desconozco, por mi edad y mi salud.
Infinitas gracias. Dr. ha sido muy grato
conversar con Ud.
De la revista El Labrador, mayo 1997.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario