Por Eliazar Mariñas Aliaga.
Una de las características
del poblador sucrense es su devoción religiosa y el apego a sus tradiciones
populares. Justa mente, es en estas circunstancias en que gran número de
nuestros paisanos alimentan su espíritu y su sistema nervioso. Dándose cita año
tras año a su tierra natal, viniendo de diferentes puntos del país, sacrificando
su tiempo, su trabajo y hasta exponiéndose a muchos riesgos y percances, típicos
de la actual situación que vive nuestro país. Pero, por sobre todo, impera el amor
a su tierra y la necesidad de curarse del stress, enfermedad que se ha
generalizado en las grandes urbes.
Ellos nos visitan
todos los años especialmente en dos típicas manifestaciones populares, tales
como los tradicionales y muy alegres carnavales y para la ya famosa fiesta
patronal. En estas oportunidades nuestro pueblo se ve contagiado de mucha
alegría y vitalidad, lástima para nuestra tierra que no pase de ser una simple
"visita médica"
Precisamente, de una
de estas tradiciones populares me voy a ocupar seguidamente. Los Carnavales, como
todos sabemos, se festejan en muchos países latinos, destacándose los famosos
carnavales de Río de Janeiro en Brasil y en casi todos los pueblos del Perú, siendo
con mucha justicia nuestro pueblo cajamarquino calificado como la Capital del
Carnaval Peruano, ya que en todos los rincones de nuestro departamento se vive
intensamente estas fiestas y ni qué decir del lujosísimo y vistoso carnaval de
Cajamarca, capital del departamento, a cuya ciudad la llenan visitantes de todas
las partes del Perú y del mundo.
Hablar de carnaval es
referirse a mucha alegría, belleza, colorido, humor, bromas de todo calibre,
liberación del espíritu, talento, mucha creatividad, etc.
En esta fiesta se
satirizan y caricaturizan a personajes que de una u otra manera son símbolos de
alegría y diversión para propios y extraños.
Otra de las formas de
manifestación festiva es el consumo en exceso, casi gratuito, de comidas y bebidas.
Raro sería el hogar que para los carnavales no llegase preparado para recibir y
atender a sus pasajeras visitas la carne, el pan, la típica chicha de jora, abundan
para el agrado de nuestro goloso paladar. Algunas de estas ricuras sólo se consumen
en esta fecha. Sería un poco raro, por ejemplo, comerse un plato de sopa de pan
con quesillo y unos vasos de chicha de jora en otras épocas que no sea
carnaval. El consumo de las populares cervezas en estas fiestas es muy bajo, ya
que los licores que se beben con más frecuencia son: el económico y efectivo
aguardiente y la rica chicha de jora, con las cuales en múltiples oportunidades
nos llegamos a dar unas señoras trancas.
La alegría en el
carnaval es desbordante. En esta fiesta se hacen menos notorias las diferencias
sociales y geográficas; se divierten el pobre y el rico; el feo con el bonito,
el alto con el bajo; e1 campesino con el citadino: en los bailes populares
bailan jóvenes, viejos y niños en total confusión. Pero existe algo que
verdaderamente caracteriza e identifica al carnaval; es su típica y singular
música, la cual, aunque un poco monótona, es rica y variada en su letra, las
hay, desde las más romanticonas hasta las de doble sentido y picarescas.
Las estrellas en el cielo
caminan de dos en dos.
así caminan mis ojos
negrita por verte a vos.
Cuando me iba a la gloria
en el camino te hallé
como fuiste de mi gusto
contigo me regresé.
en el camino te hallé
como fuiste de mi gusto
contigo me regresé.
Pasando por las
moderadas, hasta las más pícaras y burlonas, sacándose muchas veces los
trapitos al sol y las intimidades entre hombres y mujeres en los típicos
contrapuntos.
Dónde está ese calzón blanco
que te compré en Celendín,
conmigo lo has estrenado
con otro le diste fin.
Una vieja se olvidó
su calzón en la cocina.
vino el gato y lo llevó
creyendo que era cecina.
su calzón en la cocina.
vino el gato y lo llevó
creyendo que era cecina.
La paloma de mi suegra
ya se quiere suicidar.
porque el pájaro de mi suegro
ya se quiere jubilar
Calla cholo tú no sabes
lo que te va a suceder.
te he chancado ya los huevos
lo que te va a suceder.
te he chancado ya los huevos
tu pishgo lo voy a torcer
Como ven, los
compositores de coplas carnavalescas se lucen y sacan sus mejores argumentos
para deleitarnos y hacernos gozar a lo grande. También son característicos los
infaltables incidentes. Producto, por supuesto, de los inmoderados tragos. Frecuentemente
se ven ojos morados, labios partidos, cabezas rajadas, canillas hinchadas,
bocas con algunos dientes menos. Etc.
Los carnavales en nuestro pueblo han sufrido algunas bajas en sus números tradicionales, tal el caso de la salida de los "chalanes", que eran personajes montados a caballo, cubiertos de ponchos de jebe y que se paseaban por todas las calles invitando y provocando a que se les eche baldazos de agua. También se están esfumando los clásicos pachacos. Ya no se ven esas numerosas “manchas” de personas provistas de baldes, tazones, bolsas, jeringas, chisguetes, completamente mojados y pintarrajeados: casi por todas las calles discurrían estos pachacos Quizás el motivo por el cual ya no se ve todo esto es la modificación urbana. Antes había una acequia central llena de agua, lo cual facilitaba los juegos acuáticos.
Pero muchas de las
cosas más representativas de nuestro carnaval, felizmente todavía están
latentes; por ejemplo.la entrada del Rey Momo con toda su gracia y acompañado
de una multitudinaria y alegre muchedumbre. También no puede faltar la belleza
femenina, representada por las reinas del Carnaval, con bonitas chicas
sucreñas.de igual manera todavía sigue en pie las jaladas de unshas, cuadrillas, bailes populares, gallo
enterrado y otros. Pero puedo afirmar que el carnaval de este año, en
nuestro pueblo, ha sido uno de los mejores de los últimos años, y ojalá se llegue
el momento en que los divisionismos se acaben y que todo el pueblo goce a lo grande
sin rencores ni egoísmos. El programa del carnaval de este año fue muy nutrido.
Estuvo lleno de colorido, de una creatividad marcada y de bellezas femeninas.
Como fin de programa
no puede faltar el "entierro del
Momo", y la lectura de su testamento dejando tristes a sus hijos, nietos,
entenados.etc., aunque la verdadera real herencia que nos ha dejado, son un
estómago y un hígado hechos un desastre.
Finalmente, formó parte
del programa del carnaval 94, después de la alegría, de la broma, de los
derroches de energía y desvelos, vino algo que ojalá todos deberíamos imitar
aunque sea en nuestros sueños, me refiero a que se programó una gran obra
benéfica, sacrificio de un grupo de sucrenses residentes en Lima. Ellos son personas
que no sólo piensan en sí mismos, sino que también se desvelan por los demás
Este grupo estuvo presidido por el señor Marcelino Bacón Chávez, guíen no es la
primera vez que tiene esta feliz iniciativa. El y sus acompañantes se movilizaron
por toda Lima tocando las puertas de los paisanos pidiendo ropa, ya sea nueva o
de medio uso, para ser donada a la población más necesitada del pueblo de Sucre
y sus alrededores. La campaña se llevó a cabo los días domingo 20 y 23 de
febrero en la Plaza de Armas de Sucre con la presencia de autoridades políticas,
policiales y religiosas, la población beneficiada salió contenta, aunque como
es típico en estos actos, nunca faltan los descontentos y criticones que ignoran
el gran trabajo e inversión que cuesta todo esto.
Finalmente quiero
rubricar este articulo felicitando; a los diferentes comités organizadores del
carnaval e invitándolos a la perseverancia en estos actos culturales para que
cada vez sean mejores.
De la revista El Labrador, 1994.
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